Los desafíos de crecimiento para las economías de mercados emergentes
A medida que el mercado laboral mundial se unifique, gracias al avance tecnológico, las oportunidades aumentarán
Las economías de mercados emergentes prosperaron en los últimos años como consecuencia de un entorno externo favorable caracterizado por un aumento en los precios internacionales de las materias primas, por tasas de interés excepcionalmente bajas y por una considerable liquidez en los mercados financieros internacionales. Este entorno externo favorable, junto a condiciones macroeconómicas estables a nivel nacional, dieron por resultado en muchas economías emergentes un largo período de crecimiento relativamente elevado.
Este escenario a nivel mundial está cambiando y las economías emergentes se enfrentan actualmente a un entorno externo más complejo. Primero, la tendencia decreciente en el precio de las materias primas y —más importante aún— la fuerte caída en el precio del petróleo a partir de junio de 2014, están generando presiones en varios países, en especial en los exportadores de petróleo, como México. Segundo, existe la preocupación de que el aumento previsto en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los EEUU pueda causar importantes flujos de capital desde las economías emergentes hacia los EEUU.
La expectativa que tenemos es que esta transición será fluida. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que estamos frente a un cambio significativo luego de un período prolongado de condiciones monetarias laxas. Más aún, el aumento en las tasas de interés no será el único cambio. Los aproximadamente 4.000 millones de dólares en bonos adquiridos por la Reserva Federal durante su fase de flexibilización cuantitativa (QE) vencen en los próximos años y estos recursos regresarán a esa autoridad monetaria, lo que hará que su balance contable se vea reducido. La fluidez con la que esto ocurra también impactará a las economías emergentes.
Estos cambios ya están teniendo algún efecto. Últimamente, el crecimiento económico en Asia Oriental, América Latina y Europa Oriental ha sido más débil que lo esperado. En este contexto, será todo un desafío que las economías emergentes logren crecer de manera sólida y sostenida. Estos países deberán diseñar y llevar a cabo reformas económicas a favor del crecimiento para generar puestos de trabajo de mayor calidad y reducir la pobreza. Esto requerirá de una hábil combinación de políticas macro y microeconómicas.
Con el fin de promover un diálogo fructífero en torno a estos desafíos, el tema “Productividad, Crecimiento y Derecho” fue elegido para la Conferencia Anual del Banco Mundial sobre Economía del Desarrollo (ABCDE, por sus siglas en inglés), organizada este año conjuntamente por el Banco Mundial y el Banco de México. La conferencia aborda asuntos muy diversos, entre los que destacan la necesidad de mejorar la eficiencia y la productividad laboral, así como fortalecer el estado de derecho.
El contexto actual de innovación y cambios tecnológicos acelerados crea una necesidad urgente de reformas orientadas a mejorar el capital humano para poder generar los puestos de trabajo de alto valor agregado que reemplacen a aquellos rutinarios y de baja productividad, que tenderán a desaparecer. Las economías emergentes deberán actuar sin demora para asegurar que la innovación sirva al bienestar de sus habitantes. Sin esfuerzos sistemáticos para generar capital humano especializado, muchos quedarán rezagados.
Si regulamos a los mercados financieros de manera excesiva, muchas personas, e incluso regiones enteras, quedarían excluidas de los beneficios de las finanzas mundiales
Además del fortalecimiento del capital humano, también es imperativo consolidar el estado de derecho para lograr un crecimiento económico duradero. En muchos países emergentes, un estado de derecho débil genera costos altos, al aumentar la incertidumbre en las interacciones cotidianas y en las transacciones económicas, al reasignar recursos privados a la protección de personas y propiedades, y al retrasar la administración de la justicia. Mejorar esta situación puede ser un proceso difícil y gradual, aunque sin lugar a dudas es necesario.
Creemos que para las economías de mercados emergentes, tales como India y México, que han comenzado a implementar importantes reformas estructurales, el pronóstico a mediano plazo es bueno. En el caso de México algunas de estas reformas tienen como objetivo corregir el funcionamiento de mercados específicos —como el de las telecomunicaciones—, mejorar el clima de inversión en el sector energético, establecer las bases para una mejora en la calidad de la educación pública, crear un mercado laboral flexible y fortalecer el papel del sector financiero en apoyo del crecimiento económico. India, por su parte, ya dio los primeros pasos hacia la unificación de su sistema de impuestos indirectos a nivel nacional, algo que servirá para reducir sustancialmente los costos de transacción de corporaciones y pequeñas empresas y mejorar la productividad. También está considerando la modernización de algunas de sus leyes laborales.
Otro desafío regulatorio que enfrenta el mundo actualmente, y en especial las economías emergentes, se relaciona con las finanzas. La incorporación de complejos productos financieros en el mercado, el incremento de los flujos financieros ilícitos entre naciones y la necesidad de una mayor seguridad, hacen claramente necesario que los mercados financieros sean regulados. Pero, al mismo tiempo, existe el riesgo de que si regulamos a los mercados financieros de manera excesiva, muchas personas, e incluso regiones enteras, quedarían excluidas de los beneficios de las finanzas mundiales, elevando los costos de transacción y perjudicando a la iniciativa empresarial. Existe un equilibrio delicado entre estos dos riesgos (falta de regulación y regulación excesiva) y cada país deberá encontrar el suyo.
Los desafíos son enormes, pero hay razones para ser optimistas respecto al futuro de las economías emergentes. A medida que el mercado laboral mundial se unifique, gracias al avance tecnológico, las oportunidades para las economías emergentes aumentarán. Aquellos países que logren disminuir los costos de transacción e implementar las reformas adecuadas, así como establecer un marco regulatorio eficiente, podrán aprovechar esta oportunidad y alcanzar un crecimiento económico elevado, e incluso podrían tomar el liderazgo del crecimiento mundial.
Kaushik Basu es vicepresidente senior y economista jefe del Banco Mundial. Agustín Carstens es gobernador del Banco de México.
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