Vacunar

No quiero poner el dedo en la llaga en estos momentos en que unos padres estarán sufriendo por la muerte de su hijo a causa de la difteria, pero sí expresar mi indignación en todo ese colectivo que como si fuera una religión abrazan la medicina alternativa poniendo en peligro no solo la vida de sus hijos sino la de los que le rodean. Este triste suceso debiera hacerles pensar que un niño es un ser indefenso, al que hay que cuidar y proteger y que carece de la posibilidad de decidir y defenderse. La libertad de decidir comienza cuando no afecta a un tercero y la irresponsabilidad de un grupo de personas que desconfían de la medicina convencional, pero que recurren a ella para asuntos urgentes, debiera hacerles pensar en lo irracional de su postura.— Ana Alonso Castrillo.