Música y líderes mundiales para... ¿mejorar el mundo?
El festival Global Citizen inundó ayer el Central Park, en Nueva York, de alegatos antipobreza. Coldplay, Pearl Jam, Beyoncé, Michelle Obama, Bill Gates y otros líderes llamaron a la sociedad civil a ser parte en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados el día anterior en la ONU
“¡No somos una generación de mirones!”. Y todos corearon el mensaje. Desde la artista Beyoncé hasta la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama. Desde el actor Leonardo di Caprio hasta el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim. Desde la premio Nobel de 18 años Malala Yousafzai hasta la reina Rania de Jordania. Todos estuvieron allí. Sus voces, y las de otros muchos, se alzaron el sábado ante miles de personas para un mensaje unitario mundial: la sociedad civil puede mejorar el mundo. Puede eliminar la pobreza extrema, puede empoderar a las mujeres, puede revertir el cambio climático... Sucedió en Central Park, escenario verde del Global Citizens Festival, un macroconcierto benéfico en el que participaron docenas de políticos, artistas y filántropos reconocidos junto a miles de personas que abarrotaron el pulmón verde de Manhattan desde las cuatro de la tarde hasta bien entrada la medianoche.
No parecía haber evento más emocionante para los ciudadanos de Nueva York para dar la bienvenida a los recién aprobados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la 70 Asamblea de la ONU que se celebra en la ciudad desde el viernes. El acto destacaba en su cartel la actuación de cuatro súper estrellas del pop internacional: Coldplay, Pearl Jam, Ed Sheeran y Beyoncé. Tocaron ante ciudadanos comprometidos, aquellos que ganaron una entrada por haber participado en la campaña mundial Global Citizen, un movimiento que se suma al reto de acabar con la pobreza extrema en 2030. Los afortunados fueron aquellos que participan en acciones propuestas en su plataforma digital, como las llamadas de atención a políticos influyentes a través de redes sociales, la firma de manifiestos o el envío de tuits a líderes del mundo o la asistencia a eventos varios.
Bajo el sol de septiembre arrancó Coldplay con un Chris Martin tan metido en su música como de costumbre. Las primeras notas de Every tear drop is a waterfall sonaron desde un escenario decorado con los iconos de los ODS y el público, ya muy nutrido, enloqueció de inmediato. “Gracias por venir tan temprano a vernos, es genial estar rodeado de amigos. El motivo de esta reunión la hace extra especial”, comentó el vocalista. Su paso por el escenario fue rápido, apenas 20 minutos, pero no se fueron sin regalar himnos como Yellow, Viva la vida o A sky full of stars, muy bien recibidas.
“Vuestras acciones, vuestras voces son importantes” jaleaban los actores Hugh Jackman y Stephen Colbert. “Quiero un grito por el fin de la pobreza”, pedían, y el público se desgañitaba. “Y ahora otro por el acceso a agua potable”. Y, de nuevo, algarabía. Así animaban el lugar los dos artistas, maestros de ceremonias de toda la gala, que fueron dando paso a las distintas personalidades, como la reina Rania de Jordania, que tuvo unas palabras para los niños sirios que ha conocido, dijo, en los campos de refugiados de su país y Líbano. “De nosotros depende su futuro”, aseveró.
10 alegatos por el cambio
Barack Obama, presidente de EE.UU. : "Todos nacemos iguales, todos merecemos la misma dignidad".
Michelle Obama, primera dama de EE. UU: "En mis viajes por todo el mundo he encontrado a mujeres jóvenes que no tuvieron oportunidad de recibir una educación. "Veo en estas niñas a mis hijas. Para mí, realmente esta es una cuestión moral".
Joe Bidden, vicepresidente de Estados Unidos: "Está a nuestro alcance. Podemos cambiar el mundo… Me niego a creer que nosotros no lo vayamos ni a intentar".
Erna Solberg, primera ministra de Noruega: "Reclamamos educación gratis y segura durante al menos 12 años para los niños de todo el mundo".
Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz: "Un libro y una pluma pueden cambiar la vida de un niño, no un arma. "Fue un arma la que me alcanzó en el lado izquierdo de la frente, fue un arma la que hirió mis dos amigos, no era una pluma . Pero fue una pluma la que realmente nos ayudó a seguir adelante".
Chris Martin, cantante de Coldplay: Acontecimientos como el de hoy nos hacen sentir cómo montones y montones de personas se preocupan por las mismas cosas. Eso me da esperanza" .
Salma Hayek, actriz: "Los países que respetan los derechos de las mujeres, mejoran. Los que los ignoran, se hunden".
Stefan Löfven, primer ministro de Suecia: "El saneamiento es crucial para lograr la igualdad el mundo, y especialmente para los derechos y necesidades de las mujeres y las niñas".
Frans Timmmermans, primer vicepresidente de la Comisión Europea: "La Comisión Europea se compromete con 500 millones de euros de ayuda para la crisis de Siria y cubrirá las necesidades de más de 1,5 millones de personas afectadas".
Leonardo di Caprio, actor: "El planeta ya no puede esperar. La situación de los más desfavorecidos ya no puede ser ignorada. Éste es el momento de actuar".
Todos los que fueron subiendo al escenario apadrinaron un objetivo. Los explicaron al público, uno por uno, y se pidió a los asistentes su participación para alcanzarlos en la meta debida: 2030. Siempre con el mensaje, repetido hasta la saciedad, de que no somos (no debemos ser) simples testigos. “Debemos presionar a los Gobiernos y Estados para que se alcancen estas metas”. “Somos ciudadanos globales y juntos somos más fuertes”. “Las empresas privadas deben comprometerse a cumplir los ODS, se las tiene que obligar”. Hasta el primer ministro británico, David Cameron, se mojó con un mensaje emitido en vídeo, ya que recordó que su país es uno de los pocos que sí destina el 0,7% de su PIB a ayuda al desarrollo (inevitable recordar a estas alturas que España destina el 0,14%) y pidió que el resto hiciera lo mismo. Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, destacó el ODS número seis: el acceso a agua y saneamiento. “No tener aseo afecta a la salud, a la seguridad, al futuro y a la dignidad de las personas”.
Fue la de Leonardo di Caprio una de las intervenciones más aplaudidas y también una de las más críticas. El actor, comprometido con la defensa del medio ambiente desde hace años, confirmó su presencia en la próxima Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP21) de París en diciembre, y advirtió que si no se toma en serio la conservación del planeta, quedará destruido en poco tiempo. “Nos estamos quedando sin tiempo”, alertó. Mencionó informes sobre el clima de la ONU que advierten de la multiplicación de desastres naturales debido a este proceso, lo relacionó con la inseguridad alimentaria que viven 15 millones de niños en África y llamó la atención sobre el incierto futuro de los mil millones de personas que viven en zonas costeras de Asia y que perderán todo si el nivel del mar sigue subiendo. “Si no sabemos qué hacer con los miles de refugiados que huyen de Siria, ¿cómo les ayudaremos a ellos?”, preguntó.
Así transcurría la tarde, impregnada de fervor activista mundial cuando el cantautor Ed Sheeran salió al escenario acompañado únicamente de su guitarra acústica. Allí desgranó varios de sus temas para goce y disfrute de sus fans, muy numerosos y muy entregados, algunos de ellos con caras pintadas y con pancartas con su nombre. I’m a mess, Photograph y Sing no faltaron. Y tampoco Thinking Out Loud, que tocó en compañía de Chris Martin.
Oscurecía. Y fueron llegando los platos fuertes. Uno: la intervención en vídeo de Barack Obama. El presidente de Estados Unidos apeló a la dignidad de las personas y a la importancia de facilitar el acceso a la educación, de combatir la pobreza y las enfermedades como la malaria o la tuberculosis: “Todos nacemos iguales, todos deben vivir con dignidad. Tenemos que unirnos para cambiar; cada nación tiene que hacer su trabajo y el cambió entonces será una realidad. Debemos ofrecer dignidad a cada ser humano”, insistió.
Los derechos de las mujeres y las niñas ocuparon la parte central de la gala y fueron uno de los objetivos más repetidos y aplaudidos gracias al empuje de muchas de sus embajadoras, como la actriz Salma Hayek o la primera dama Michelle Obama, quien apareció en vídeo para recordar que 62 millones de niñas en todo el mundo no pueden ir al colegio. Animó a los asistentes a participar en la campaña en redes sociales #62milliongirls etiquetando con este hashtag fotografías en las que se explique qué aprendió cada cual en la escuela. “Yo aprendí a dar mi opinión” dijo. Y aseguró que esta iniciativa mostrará el poder de la educación. “Hacedlo ya, vamos, quiero ver vuestras fotos en Instagram ya”, pidió en tono maternal.
La reina de la noche
Pero, sin duda, la reina de la noche, la mujer que dio ejemplo de poder, de feminismo y compromiso fue la artista Beyoncé. Despertó euforia. Madre, trabajadora, activista (es responsable de la campaña Chimes for Change para dar voz a mujeres de todo el mundo junto a Salma Hayek y el diseñador Gucci) y, por encima de todo, mujer, dice ella, con todo el significado que esa palabra pueda tener. Levantó pasiones con su música y su mensaje en un espectáculo, ya en plena noche e inundado de juegos de luces, con escenarios móviles y bailarinas que se contorsionaban con la precisión de un reloj suizo. Lo suyo fue mucho más que una lista de canciones.
Lanzó un alegato a favor del empoderamiento de la mujer, de su valía, de su independencia, de sus derechos. Su repertorio creó una mezcla de susurrantes baladas y trepidantes melodías rotundas y tan enérgicas como ella misma. Beyoncé dio ejemplo, porque no se dejó fuera ni una sola crítica, defendió con garra y decisión mensajes imbatibles a favor de las mujeres y contra los estereotipos, véase Flawless, Diva, Run the World (girls) o Single Ladies, con la que coronó su actuación ante un público absolutamente extasiado.
#Beyonce en #globalcitizens, ahora en CentralPark. Celebrando los #ods y pidiendo acabar con la pobreza. Momentazo pic.twitter.com/ZeEelE98Ep
— Lola Hierro (@Lola_Hierro) September 27, 2015
Noche cerrada era ya cuando Beyoncé se despedía. Pero aún quedaban por llegar algunos de los momentos más emocionantes de la velada porque la diva no se marchó sin presentar a Michelle Obama de nuevo, pero esta vez no en vídeo, sino en persona. “Me siento honrada por acompañar a una mujer a quien admiro y adoro, alguien que cree tan apasionadamente como yo, en el compromiso ilimitado con las niñas de todo el mundo”, dijo la primera dama estadounidense. Y entonces tuvo lugar otro de los más esperados de la noche: Bono –vocalista de U2 y destacado activista desde tiempos inmemoriales- saltó al ruedo para cantar Girl on Fire, un tema cuya letra, dijo, le recordaba a Michelle Obama.
Los cabezas de cartel del festival, Pearl Jam, cerraron el evento y dedicaron uno de sus temas a la ganadora más joven del premio nobel de la paz, Malala Yousafzai, de solo 18 años, que no se perdió el festival y que recibió del público la ovación más sonada de la noche. “Quiero que la educación sea una prioridad, porque ¿cómo podemos acabar con la pobreza cuando negamos el derecho a la educación", dijo la adolescente. "No es por falta de dinero, tenemos miles de millones de dólares, pero el dinero va a acciones militares, que no son útiles a la sociedad”.
“Esta es para Malala”, anunció el cantante Eddie Vedder. “Nunca antes había tocado para un público repleto de activistas y es un sentimiento increíble”, dijo el vocalista antes de arrancar con Alive. Y colofón: emoción a raudales cuando arranco de una guitarra acústica los primeros acordes de Imagine de John Lennon, o cuando compartió micrófonos con Beyoncé y cantaron Redemption Song. El festival, mágico e inspirador, cerró con un puro himno: la versión de Neil Young Rockin’ in the Fre World.
En Twitter, las cuentas @GlblCtzn recoge tuits de los participantes y @Planeta_Futuro ofrece más detalles de esta crónica.
Artículo publicado en colaboración con la UN Foundation.
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