Kiko Rivera busca la redención televisiva en la música
El hijo de Isabel Pantoja trata de hacerse un hueco en la industria y alejarse de los platós. Lanza tema y además de actuaciones en España prepara regresar a Nueva York
Las deudas con Hacienda se pagan mejor a golpe de plató que de mesa de mezclas. Pero quizá no resulte agradable llegar a la edad adulta, parar un segundo y comprobar que solo gracias al interés que suscitan ciertas desventuras amorosas y personales —y ni siquiera las propias: las de familia y alrededores— se logra cubrir las facturas. Entonces, quizá, sea el momento de plantearse qué camino escoger y, ya bien entrados los treinta, qué profesión decidir.
Nadie sabe qué pasará cada día por la cabeza de Francisco Kiko Rivera Pantoja cuando vea que sus apellidos están entre los más repetidos de los programas del corazón. Pero parece decidido a salir de ese círculo. Tiene necesidad de cambio y de profesionalización. Lo lleva intentando varios años gracias a canciones como Quítate el top, su primer gran éxito —y que todavía siguen pidiendo en las radiofórmulas, como explican desde el sector— o con Así soy yo y Dale, gracias a las que consiguió sendos Discos de Oro, el equivalente a vender 20.000 copias de cada una.
Pero Rivera quiere ir más allá. No le vale con ser DJ y hacer bolos por España. Busca el salto internacional, la proyección mediática (en los medios que él acepta; no es el caso de este periódico) y una carrera profesional. No se trata de sacar un tema pegadizo para triunfar un verano: el hijo de Isabel Pantoja ya no es Paquirrín, sino que intenta ser músico.
Mentirosa es su último y nuevo tema, que le vuelve a poner en el foco musical tras unos meses apartado después de ser padre (tiene tres hijos de dos mujeres diferentes), bajar de peso, tratar de ser youtuber, tener problemas legales con las discotecas en las que quería trabajar y, sobre todo, de una compleja depresión. Una canción para hacer el camino de regreso a la radio y a la industria: ha vuelto a fichar con Warner, aunque como artista "licenciado", como se le llama en la casa de discos. "No está dentro de la compañía", explican desde la misma. "Él trae canciones, discos, y nosotros los distribuimos. Hizo un parón, pero ha vuelto con nuevo material. Cuando nos trajo Mentirosa pensamos que era el mejor trabajo que nos había presentado. La idea es seguir trabajando juntos los próximos meses", explican desde el departamento artístico de Warner.
"La única mala eres tú, eres tú. Ya me cansé de tus tabús, tus tabús, mentirosa", reza el estribillo de la canción, que desde el 15 de noviembre lleva 560.000 reproducciones en su canal de YouTube (con casi 9.200 suscriptores). Un tema producido por Austin, que ha trabajado con Juan Magán, entre otros, y que desde el sector se ve con mayor calidad que trabajos anteriores. "Tiene un sonido popular, mucho funk brasileiro. Él bebe de todo: pop, reguetón, pop urbano, incluso de las baladas románticas, tiene varias", afirman desde Warner.
Entonces, ¿qué fue antes, el artista o el personaje? La fama, ¿ayuda o frena su carrera? Fuentes de la industria musical consultadas no terminan de tenerlo claro. "La realidad del propio Kiko es que intenta quitarse el lastre de ser un personaje, pero le cuesta mucho", confirman algunas de ellas. "La popularidad siempre ayuda, pero las canciones son lo primero", aseguran. "Y esta es la mejor canción que ha hecho. Los temas hablan por sí solos, y lo está haciendo poco a poco, a través de su trabajo. Un artista se forja, y teniendo un buen repertorio se puede conseguir. Al final, el gran público lo acabará respetando".
El tema de Rivera no aparece entre las 100 canciones más importantes de Promusicae (la asociación de Productores de Música de España, el organismo que controla las listas) ni entre las 100 más vendidas de iTunes. Tampoco suena en las grandes estaciones de radiofórmula, como Los40 o Cadena Dial, ni en MáximaFM. Especializada en DJs, donde suenan canciones de grandes como David Guetta o Axwell Λ Ingrosso, un pinchadiscos como Rivera nunca tendría cabida. "MáximaFM no toca ese estilo", aseguran desde la emisora. Lo confirman fuentes de la industria: "No sé si funcionaría tanto como DJ de renombre. Hace bolos a nivel local, contratado por salas, ayuntamientos... Tendría un perfil similar al de Fonsi Nieto".
Donde sí suena es en KeBuena, más especializada en música latina y urbana. Desde la misma aseguran que han empezado a pinchar Mentirosa y que "como cantante no desentona". "La producción de Austin y está bastante bien, bien hecha", aseguran desde la emisora. "La canción es más urbana, menos electrolatina, tiene un sonido más fresco. Tiene percusión, electrónica, más ritmo de calle, palmas, cerca del flamenquito, que está tan de moda con Rosalía. Encuentra su propio sonido y es arriesgada".
Parece que a Rivera le ha sentado bien esa parada técnica, que ha repensado por dónde tirar su carrera y quiere centrarse en la parte de artista, no tanto de DJ. Sin embargo, tiene dos bolos próximos, en Tenerife y en Baqueira Beret, y quiere volver a Nueva York, donde hace unos meses le contactó una discoteca tras hacer el vídeo de Mentirosa. Entonces llenó una sala —de españoles y de norteamericanos— en una de sus sesiones.
"Después del parón llega con una canción diferente, una producción más cuidada y una buena promoción detrás. Tiene las miras más altas. Ha salido un poco de los focos, viene renovado", aseguran fuentes musicales, que ven cómo la gente "le acoge bien y le tiene cariño, siempre dentro del contexto de gente que consume esa música".
Que consume esa música y que le busca como artista y como personaje. La misma gente a la que él parece dirigirse. Porque Kiko Rivera, proclive a contar su vida previo pago en las revistas del corazón, no parece estar dispuesto, en cambio, a hablar de su carrera musical así como así. Este diario ha tratado recabar su opinión a lo largo de los últimos 10 días, sin conseguirlo, con evasivas de tres personas de su equipo. Al parecer, estaba aislado y sin cobertura. Aunque, eso sí, no ha dejado de colgar contenido en redes sociales y de anunciar bolos en discotecas.
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