Koh Samui, Koh Phangan y Koh Tao: playas tropicales, buceo y ‘full moon parties’
Estas tres islas del golfo de Tailandia comparten belleza, pero cada una tiene una particularidad que la hace diferente: de los mercados callejeros a aguas perfectas para el buceo y una animada fiesta nocturna
Este rincón del planeta bendecido por Buda, la Trimurti hindú, Dios, el Universo o la Providencia y que se conoce como sudeste asiático añade a su lista de maravillas topográficas, culturales, étnicas y, cómo no, gastronómicas, la belleza de los mares del océano Índico. Son aguas templadas, cristalinas en las orillas y que van adquiriendo la gama de azules, desde el turquesa, ámbar o verdoso, hasta el más puro añil a medida que se alejan de un litoral que se rompe en blancos arenales tropicales flanqueados de cocoteros. Son numerosos los archipiélagos diseminados en estos mares en los diversos países de la zona: Malasia, Filipinas, Brunéi… Pero para los viajeros hay un claro favorito desde ya hace más de una década: son tres de las islas principales del golfo de Tailandia: Koh Samui, Koh Phangan y Koh Tao.
Se trata de tres islas de fácil acceso y comunicación entre sí, cada una con sus características propias, siendo difícil decidir cuál es más bella. Y, además, las tres ofrecen un buen número de actividades al aire libre y unas buenas opciones de juerga nocturna, en alguna isla más que en otra, por supuesto. Añadamos al cóctel un clima agradable y quizá la mejor relación de calidad/precio del planeta: pocos rincones del mundo ofrecen tanto por tan pocos bahts, y el viaje puede convertirse en las mejores vacaciones de nuestra vida.
Aunque el aeropuerto de Koh Samui recibe decenas de vuelos diarios desde Bangkok, Chiang Mai y varias capitales asiáticas, lo ideal, si se dispone de tiempo, es emprender el periplo en la ciudad costera de Surat Thani, adonde se puede llegar en un tren nocturno desde la capital tailandesa o en un vuelo de apenas una hora de duración. Sin que cuente con algún monumento relevante o una playa de ensueño, Surat Thani es una buena representante de la cultura del sur de Tailandia. Sus habitantes son amables y hospitalarios —no están maleados por el turismo masivo de otros puntos del país— y cenar en su mercado nocturno antes de embarcarse rumbo a las islas y deleitarse con las especialidades sureñas de la gastronomía thai es un plan que pocos turistas disfrutan, ya que en su mayoría salen despavoridos del aeropuerto o de la estación ferroviaria hacia el embarcadero de los ferries.
Desde esta ciudad de unos 150.000 habitantes hay varias opciones para viajar a las islas. A los más aventureros les fascinarán los barcos nocturnos que zarpan del muelle de Ban Don, junto al mercado de comidas, y en pocas horas arriban a Koh Samui, o ya de mañana a Koh Phangan y Koh Tao. Se duerme cómodamente sobre colchonetas en la cubierta, pero es aconsejable llevar un saco de dormir o envolverse en un amplio sarong que se adquiere en el bazar. Más rápidos y confortables, los ferries de la compañía Lomprayah enlazan también Surat Thani con las islas principales del archipiélago Chumphon.
Koh Samui para sibaritas
La isla de Samui (Koh significa isla en tailandés) es una de las más hermosas y también de las más desarrolladas para el turismo. Ofrece una combinación de diversión y descanso en playas magníficas. Además, cuenta con sofisticados y lujosos resorts, pero también con muchos alojamientos de precio moderado o barato, restaurantes buenísimos y una buena dosis de juerga nocturna. Con un tamaño inferior a la mitad de Ibiza —lo ideal aquí es alquilar una moto para moverse—, aquí esperan varias playas para instalarse y disfrutar de unas vacaciones tranquilas, como los arenales de la costa norte de Bophut, Maenam, Bangrak o Choeng Mon, con alojamientos de todos los precios y lujosísimos hoteles, como el Anantara o el Six Senses Samui.
Si lo que se desea es la combinación de arenales maravillosos y variedad de restaurantes, discotecas y clubes nocturnos, lo ideal es asentarse en la extensa franja costera de Chaweng, en el litoral oriental de la isla. La carretera general recorre Chaweng de norte a sur, bordeando la playa de blanca arena con su variedad de chiringuitos, hotelazos como el Dara Samui o cabañas míticas donde durmieron los hippies en los setenta, más tarde los mochileros y hoy se han reconvertido en grupos de bungalows mucho mejor acondicionados pero a precios muy moderados, como el OP Bungalow.
A la hora de disfrutar de una de las mejores cocinas del mundo, a lo largo de Chaweng hay espléndidos restaurantes, algunos con muchos años de tradición, como el Samui Seafood. Pero al menos una noche hay que ir al mercado nocturno en la zona de Chaweng Central, un divertido patio de comidas donde probar las sopas de pollo, vegetarianas o la deliciosa tom yam kung, con langostinos, leche de coco, zumo de lima, lemmon grass, cilantro… No faltan raciones de pad thai o los célebres curris rojos, verdes o amarillos de pollo, cerdo o pescado. Y todo ello a precios mucho más económicos que en los mejores restaurantes de Chaweng.
En esta misma franja central de la extensa playa se concentra un buen número de bares y alguna discoteca, locales de música en vivo y algún cabaret con espectáculos de kathoeys, los ladyboys de Tailandia, un país pionero en el mundo en la integración de las personas trans. The Green Mango es una de las discotecas al aire libre más divertidas no solo de Koh Samui, sino de todo el antiguo Reino de Siam.
Koh Tao, la pequeña isla de las tortugas
A 35 millas náuticas al norte de Koh Samui, Koh Tao (literalmente significa “la isla de las tortugas”) es el retiro de los que buscan tranquilidad absoluta o buceo intenso, ya que en las aguas que la bañan se encuentran algunos de los mejores fondos de Tailandia, gracias a sus ricos corales y variedad de fauna marina. Con la ventaja, además, de que es una actividad que se puede disfrutar durante todo el año: la temperatura del agua se mantiene constante alrededor de los 29 °C. Está lejos de tierra firme, a unas cinco horas de navegación o a dos desde Koh Samui, lo que garantiza que no llegan curiosos a pasar el día.
La playa de Sai Ri, en la costa occidental, es el principal centro hotelero, con decenas de grupos de bungalows económicos, pero también se puede optar por el lujo del Mango Bay Resort, en la bahía de Mamuang, en la costa este.
Koh Phangan, la isla fiestera
Esta es la isla fiestera por excelencia de Tailandia, famosa por sus full moon parties (la próxima es el 30 de octubre de 2023) y meca de mochileros. Debido a la ausencia de buenas carreteras, la isla no está desarrollada a nivel turístico, lo que la hace más atractiva. Aunque desde el pasado mes de agosto parece imposible no mencionarla sin recordar que es aquí donde Daniel Sancho confesó ser el autor de la muerte y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta. La isla tiene una extensión de menos de 200 kilómetros cuadrados y se llega fácilmente en 45 minutos de navegación desde Koh Samui.
Las mejores playas, más amplias y de arena más fina, se sitúan en el sur y en la costa este; son Ban Khai, Hat Rin —donde la mayoría de visitantes se alojan en los bungalows, ya que es donde se celebran esas raves legendarias— o Thong Nai. Pero tampoco hay que olvidarse de las pequeñas calas del norte y noreste: Ta Pan y Khuat Chaloklum son lugares muy tranquilos y apartados del ruido de Hat Rin. Una seria advertencia para el juerguista en Koh Phangan: mucho cuidado con llevar estupefacientes. En las fiestas de Luna llena abundan los billetes al Nirvana y también las patrullas policiales.
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