España protesta ante Marruecos por instalar una piscifactoría en aguas de las Chafarinas
Transportes abre expediente a la empresa española que ha suministrado las jaulas y le da 20 días para retirarlas
El Ministerio español de Asuntos Exteriores entregó la semana pasada una nota de protesta al responsable de la Embajada de Marruecos en España por la instalación de una piscifactoría junto a las islas Chafarinas, según fuentes diplomáticas.
En los últimos meses, el Gobierno español ha intentado evitar los roces con el país vecino, con el objetivo de superar una crisis diplomática que aún no está definitivamente cerrada, ya que no ha regresado a su puesto la embajadora de Marruecos en Madrid, Karima Benyaich, llamada a consultas en mayo pasado.
Sin embargo, el ministro José Manuel Albares no ha querido pasar por alto, según las fuentes consultadas, una actuación que supone la ocupación ilegal de aguas territoriales españolas, un riesgo para la seguridad de la navegación y una amenaza para el medioambiente.
En paralelo, el Ministerio de Transportes ha abierto un expediente a la empresa española Morenot, especializada en piscicultura y con sede en Amposta (Tarragona), que ha suministrado e instalado las jaulas marinas para la compañía marroquí concesionaria de la piscifactoría. Según las fuentes consultadas, la firma catalana, filial de un grupo noruego, tiene 20 días de plazo para retirar las jaulas si no quiere arriesgarse a una sanción por instalarlas sin autorización, vulnerando la normativa medioambiental y de seguridad marítima. Las Chafarinas y las aguas que la rodean están declaradas Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de la Red Natura 2000.
Rabat no reconoce aguas territoriales a las dos plazas españolas (Ceuta y Melilla) y a las islas y peñones (Chafarinas, Vélez de la Gomera y Alhucemas), pero España considera propias las aguas circundantes y las gestiona, lo que hasta ahora ha respetado Rabat. Dada la proximidad de la costa marroquí, 1,9 millas (3,5 kilómetros) en el caso de las Chafarinas, se toma como referencia la mediana. La piscifactoría, sin embargo, se ha instalado a unos centenares de metros de la isla del Congreso, la más occidental del archipiélago, y ocupa una amplia superficie de hasta 62 hectáreas al oeste.
El boletín oficial de Marruecos publicó el pasado 7 de marzo la concesión de la licencia de instalación de la piscifactoría a la empresa marroquí Mediterranean Aquafarm S.A. Durante el verano empezaron a instalarse las jaulas, una especie de almadrabas donde quedan atrapados los peces. A principios de este mes ya estaban instaladas 16 jaulas, según adelantó El Confidencial.
El primer partido que denunció la situación fue Vox. En respuesta a dicho grupo, el Gobierno se limitó a contestar en octubre que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no había recibido ninguna solicitud ni comunicación de empresa alguna ni de las autoridades marroquíes para instalar una piscifactoría junto a las Chafarinas.
Tras consultas con los ministerios de Defensa, Medioambiente, Agricultura y Transportes, bajo la coordinación de Exteriores, el Gobierno ha decidido actuar en un doble frente: presentando la protesta a Marruecos y abriendo expediente a la empresa. No hacerlo habría supuesto asumir como hecho consumado que las Chafarinas no tienen aguas territoriales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.