Gobierno y PP mantienen posiciones de partida que dificultan los pactos
La Moncloa espera al desbloqueo del Poder Judicial para ver si el giro de Feijóo es real
Ninguno de los dos es un recién llegado a la política: pese a su diferencia generacional —Pedro Sánchez acaba de cumplir 50 años y Alberto Núñez Feijóo tiene 60— ambos son veteranos políticos con muchos kilómetros detrás. Pero apenas han tenido relación. Ni ellos ni sus equipos se conocen mucho. Ni se fían aún el uno del otro. Estos días marcarán en parte su relación futura y la profundidad de un posible giro en la enorme tensión entre el PSOE y el PP de los últimos años. Todo parece por ahora un tanteo.
Los dos guardan sus cartas para ver con qué actitud llega el otro a la primera cita clave, el jueves en La Moncloa. Feijóo, según su entorno, quiere abrir una etapa de pactos, pero espera “un gesto” de Sánchez hacia sus posiciones, especialmente en temas fiscales, que le permita dar ese paso. El Gobierno y el PP mantienen posiciones muy alejadas respecto a asuntos sobre los que podrían suscribir pactos de Estado.
El presidente espera a ver si las palabras de Feijóo se trasladan a los hechos y cambia de verdad la línea de Pablo Casado. La prueba será si de verdad quiere desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva casi tres años y medio con el mandato caducado, algo inédito. Todo está listo, pues, para ver hasta dónde llega la negociación directa entre los líderes de los dos principales partidos para abrir una nueva etapa en la convulsa política española.
En el PP opinan que Feijóo ha dado un paso importante al centrar su primer discurso como presidente de la formación en la posibilidad de grandes acuerdos de Estado con el PSOE, y creen que Sánchez debe corresponder. Quieren que el jefe del Ejecutivo “dé un paso igual de grande y generoso que el que ha dado Feijóo con su oferta de acuerdos”, aseguran fuentes de la dirección popular. “Para que haya un acuerdo, tiene que ser cosa de dos y tenemos que sentirnos bien tratados”, dicen las mismas fuentes. En la dirección afirman que el PP quiere llegar a un pacto y confían en que sea posible, pero están a la expectativa de la “actitud” de Sánchez y de que no le presente un trágala a Feijóo.
Mientras, en La Moncloa, quieren ver cuál es el verdadero Feijóo: el que ofrece acuerdos en su discurso y traslada una imagen moderada o el que autoriza a las primeras de cambio la llegada de Vox al poder al entregarle varias consejerías en el Gobierno de Castilla y León, algo que Casado había descartado por completo y el presidente gallego permitió de inmediato. El PSOE quiere aclarar si Feijóo es el que dice que quiere “política para adultos” o el que asegura que el Ejecutivo “se está forrando” por la subida de la energía.
El equipo del dirigente gallego trata de transmitir distancia con Vox y asegura que el nuevo líder popular no tiene previsto buscar una cita con Santiago Abascal. Pero a la vez, no descarta la posibilidad de que Vox gobierne con el PP no solo en Castilla y León, sino también en Andalucía, o incluso en La Moncloa en el futuro, si sus votos son imprescindibles. Es una puerta que nadie cierra en el nuevo Partido Popular de Feijóo.
Sánchez y su equipo aseguran que están deseando rebajar la tensión de la política española y lograr acuerdos con el aún presidente de la Xunta, sobre todo ahora con una guerra en Europa, una inflación desbocada y una crisis económica en ciernes. Y creen que sería bastante factible, por ejemplo, buscar un primer pacto alrededor del paquete de 6.000 millones del plan de choque frente a las consecuencias de la invasión de Ucrania, pero esperan a ver cómo va Feijóo a La Moncloa.
Un primer acuerdo podría consistir en nombrar un equipo negociador para la renovación del CGPJ y la posibilidad de abrir el decreto de las ayudas a su tramitación como proyecto de ley para que el PP pueda incorporar sugerencias.
Pero el pacto no será sencillo, porque los populares insisten en más bajadas de impuestos y el Gobierno asegura que ya se han hecho algunas muy fuertes —hasta 12.000 euros al año deja de ingresar el Estado por la bajada de los tributos a la electricidad, según sus cálculos—. Además, se ha rebajado 20 céntimos el precio del combustible a través de ayudas públicas, la vía por la que han optado países como Francia para evitar reducir impuestos a un combustible tan contaminante como la gasolina o el gasoil.
En cualquier caso, en el estilo clásico de Feijóo, el presidente del PP va dejando señales en las dos direcciones, la del posible acuerdo y la de la tensión. “No hay que confundir la moderación con la sumisión, ni la vocación de pacto con el entreguismo”, enfatizó el lunes la secretaria general del PP, Cuca Gamarra.
Los populares enfrían las posibilidades de apoyar el paquete de medidas frente a la guerra, la decisión más inmediata, si no hay más bajadas de impuestos, y acusan a Sánchez de “incumplir” el acuerdo de la Conferencia de Presidentes celebrado en La Palma. La Moncloa asegura que no hay margen para muchas más bajadas. Ahí estará el primer choque, pero el tono de ambos lados indica que es probable que la reunión abra espacio a algún pacto, aunque sea menor.
Plan de choque. Ayudas frente a más bajadas de impuestos
Poder Judicial. Condiciones que impiden un mínimo acuerdo
Lenguas cooficiales. Feijóo rebaja la tensión frente a las lenguas
Al margen de este conflicto, los socialistas esperan que Feijóo, que defiende la convivencia en los territorios con dos lenguas cooficiales, suavice la posición del PP. Feijóo siempre ha sido muy beligerante con el independentismo, pero en este asunto ya marcó diferencias con Pablo Casado en el congreso de Valencia, donde habló un par de minutos en gallego. En su discurso en el congreso de Sevilla señaló: “Las lenguas no se combaten, se respetan. Los idiomas no están para enfrentar, sino para unir. Somos el partido del bilingüismo cordial”, defendió Feijóo.
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