El Consejo del Poder Judicial debatirá si el sustituto del presidente puede compatibilizar el cargo con su actividad privada
Vicente Guilarte sopesa renunciar a una de las dos funciones tras la salida de Rafael Mozo al frente del órgano de gobierno de los jueces
A poco más de 24 horas de que se jubile el presidente suplente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Rafael Mozo, ningún miembro del órgano se atreve a asegurar quién será su sustituto. La decisión, advierte la mayoría, está en manos del vocal conservador Vicente Guilarte, el siguiente de más edad y al que, según el acuerdo alcanzado por el pleno tras la dimisión de Carlos Lesmes, le correspondería ocupar el puesto. Pero Guilarte compatibiliza su cargo de vocal con su trabajo de abogado y profesor universitario, una circunstancia que la mayoría de consejeros consultados consideran o ilegal o, cuanto menos, inadecuada, por lo que pretenden limitar su capacidad de decisión para que no pueda ejercer simultáneamente ambas tareas. “O renuncia a su trabajo o renuncia a la presidencia, no debe haber otra opción”, señala un vocal conservador.
La situación debe quedar solventada el miércoles, cuando el órgano, cuyo mandato venció en diciembre de 2018, celebra un pleno que servirá para despedir a Mozo, que se jubila ese día. Seis vocales, tres del sector conservador y tres progresistas, propusieron el viernes por escrito al todavía presidente suplente que incluyera en el orden del día un punto por el que el pleno declare que para ejercer la presidencia del Consejo por sustitución se exige dedicación exclusiva y el pase a la situación administrativa de servicios especiales. El todavía presidente suplente ha incorporado esa reclamación al orden del día, aunque con otra redacción: “Propuesta de los vocales Álvaro Cuesta Martínez, María Pilar Sepúlveda García de la Torre, Juan Manuel Fernández Martínez, Clara Martínez de Careaga García, Juan Martínez Moya y Nuria Díaz Abad para que el pleno debata y se pronuncie acerca de las condiciones para el desempeño de la presidencia de este órgano constitucional por sustitución”.
Pese al cambio del texto, los vocales consultados dan por seguro que el debate se centrará en lo que pretendían los promotores del escrito: decidir si la presidencia suplente del CGPJ puede compatibilizarse con otro trabajo. Y entre los consejeros consultados hay una mayoría que sostienen que no. Para unos es directamente ilegal. “Si para ser miembro de la comisión permanente tienes que tener dedicación exclusiva, es obvio que para presidir esa comisión, también”, señala un vocal firmante del escrito que ha llevado a debatir el asunto en el pleno. Otros consideran que podría no ser irregular, pero admiten que no es “adecuado” o “estético”.
Guilarte no ha querido adelantar su decisión, aunque a algunos compañeros les ha dado a entender que está pensando en asumir la presidencia suplente. Pero en estas conversaciones ha dejado también entrever que, si lo hace, renunciará a sus actuales trabajos, en un despacho de abogado y como catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Valladolid. “Es una decisión personal, yo puedo entender cualquiera de las dos opciones. Lo que no parece lógico es que las compatibilice”, señala un vocal conservador.
El dilema que se ha planteado ahora deriva de que el actual CGPJ, constituido en 2013, se rige por una versión de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que en su momento aprobó el PP y ya está derogada, que contemplaba que solo siete miembros del órgano ―los de la comisión permanente― tienen dedicación exclusiva y cobran un sueldo íntegro del CGPJ, mientras que el resto solo ingresa dietas por asistencia a plenos y reuniones de comisiones. Esto ha llevado a que haya vocales que compatibilizan su trabajo de juez o jurista ―mayoritariamente abogado y letrado de la Administración de Justicia― con la pertenencia al Consejo, desde el que tienen poder de decisión sobre asuntos que pueden beneficiar o perjudicar al tribunal al que pertenecen o al se enfrentan como abogados.
Guilarte se presentó al CGPJ bajo esas condiciones y en los casi 10 años que ya lleva como vocal nunca ha pertenecido a la comisión permanente, un puesto que sí ha sido muy codiciado por otros miembros del órgano y al que él, según miembros del Consejo, nunca ha aspirado porque prefería simultanear su trabajo y con el cargo de vocal a tiempo parcial. Sin embargo, la insólita situación que vive el CGPJ, en funciones desde hace más de cuatro años, con su presidente dimitido y un pleno cada vez más mermado (tras la salida de Mozo serán 16 los vocales, frente a los 20 más el presidente que dicta la ley) le han puesto en esa disyuntiva.
Aunque el orden del día del pleno ya recoge la propuesta de seis vocales de debatir las condiciones que debe cumplir el presidente suplente, algunos miembros del órgano creen conveniente dejar la designación del sustituto de Mozo para otra sesión posterior. Es decir, fijar el miércoles las reglas, pero dar tiempo a Guilarte para que tome su decisión según lo acordado. Así, además, se evitaría que Mozo seapartícipe en el pleno en el que se elegirá a su sucesor, una situación que algunos consejeros consideran anómala. Para otros, sin embargo, lo anómalo sería que Mozo se jubile el miércoles y el jueves empiece sin una persona ya nombrada para sustituirle. En cualquier caso, si se produce este vacío formal, la mayoría de vocales están de acuerdo a que Guilarte, por edad, asuma ese cargo temporalmente. “Peor una cosa es una presidencia accidental compatibilizada con u trabajo de abogado y profesor y otra avalar esa fórmula para largo recorrido”, señala un vocal progresista.
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