El Congreso se estrena en catalán, gallego y euskera en la legislatura del debate territorial
La Cámara baja tendrá desde este martes 650 pinganillos para traducir, que costarán 53.000 euros y se contratará a 12 intérpretes hasta disponer del sistema fijo en febrero
La XV legislatura arranca este martes marcada casi desde su inicio por el debate territorial, la reforma del Reglamento del Congreso que permitirá hablar a los parlamentarios en cualquiera de las lenguas cooficiales del Estado. El Congreso implantará así para este martes y de manera temporal hasta que acabe este periodo de sesiones, en Navidades, un sistema provisional que facilitará a los parlamentarios, los invitados en la tribuna o los periodistas un total de 650 pinganillos para la traducción simultánea con una contratación de urgencia que costará unos 53.000 euros. En este periodo habrá hasta 12 traductores, aunque no todos trabajarán al tiempo ni desde el Congreso.
La presidenta de las Cortes y tercera autoridad del Estado, la socialista balear Francina Armengol, ya lo avisó el 17 de agosto en su discurso de aceptación del cargo tras el pacto labrado entre el PSOE, sus socios nacionalistas de la anterior legislatura y en este caso JuntsxCAT, que podría ahora resultar determinante también para la futura investidura de Pedro Sánchez cuando fracase la del popular Alberto Núñez Feijóo. Armengol anticipó que quería iniciar el mandato desde el primer pleno con la posibilidad de que los diputados se expresasen tanto en castellano como en catalán, gallego o euskera. Si se expresan en alguna otra lengua permitida en otras comunidades deberían traducir sus palabras ellos mismos. Era un gesto algo más que simbólico de Armengol, bien vista por las formaciones nacionalistas, y ha sido una concesión política del PSOE de Sánchez hacia sus potenciales socios, ya que esa reclamación histórica hasta ahora no se había permitido y había provocado encendidos debates y discusiones de presidentes de la Cámara baja con los pocos diputados que se atrevían a introducir algo más que un saludo o una cita literaria en cualquier idioma que no fuera el castellano.
La XV legislatura va camino de convertirse en la del debate territorial y, de nuevo, la de la discusión del encaje de Cataluña y los territorios históricos en España y esta primera cesión del PSOE y sus aliados ha enervado de entrada a la derecha del Parlamento. El PP asegura que defiende la riqueza y diversidad de las distintas lenguas que conviven en España, pero estos días y ayer mismo su portavoz, Borja Sémper, han atribuido este cambio de hasta seis artículos en el Reglamento de la Cámara “no en favor de las lenguas sino en favor de Pedro Sánchez”. Para el PP del gallego Alberto Núñez Feijóo esa medida es un pago, otro chantaje más de los separatistas que quieren romper la unidad de España y los españoles. Vox no solo se opone sino que ha presentado su propia reforma de las normas del Congreso para impedirla así como para acotar más la formación de grupos para perjudicar a los normalmente beneficiados en diversas legislaturas y con diferentes gobiernos partidos nacionalistas. Esas enmiendas no prosperarán, pero se discutirán este jueves.
La reforma del Reglamento del Congreso para habilitar políticamente, con medios y recursos humanos y materiales, la utilización de los idiomas cooficiales en el pleno, las comisiones y en los escritos registrados por los diputados saldrá adelante con el apoyo más que probable del PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV, BNG y JuntsxCAT, aunque este último partido que lidera el expresidente catalán fugado de la justicia Carles Puigdemont no registrase la propuesta inicialmente con las demás formaciones. Los siete diputados de Junts que controla Puigdemont son imprescindibles para la investidura de Sánchez y han exigido este cambio en España y en Bruselas en los foros de la Unión Europea para poner a prueba la disposición de Sánchez y el Ejecutivo de coalición a negociar otras demandas, y en particular una ley de amnistía para los condenados del procés independentista. Ese asunto está detrás de todas las discusiones políticas del momento y será uno de los ejes del debate de este martes.
Desde el punto de vista operativo, la Mesa del Congreso, que dirige con cinco componentes la mayoría progresista frente a cuatro miembros del PP, recibirá, discutirá y aprobará este martes, antes de que comience el pleno, los datos y contratos técnicos que se han acelerado en muy pocos días para permitir esta novedad desde esta misma sesión. El secretario general del Congreso someterá a la Mesa su informe, que será respaldado, en el que contempla desde el punto de vista material el uso en los próximos meses de los 200 dispositivos y auriculares que la Cámara ya tenía en su poder para la traducción de discursos de invitados internacionales que así lo requerían, se comprarán además otros 450 por un importe de 7.600 euros, y se alquilarán en este periodo de sesiones, que llegará hasta enero, una serie de equipos de traducción simultánea (petacas que funcionan por radiofrecuencia) que supondrán un desembolso de otros 46.000 euros. En total se hará una inversión en esos recursos materiales de 53.000 euros.
El Congreso habilitará también unas partidas para la contratación para el pleno de esta semana, y las siguientes hasta que en el próximo periodo de sesiones que comenzará en febrero esté en funcionamiento ya el nuevo sistema fijo de traducción, una bolsa de unos 12 interpretes, que irán trabajando según las necesidades de cada momento. Se calcula que para esta primera sesión harán falta unos seis traductores, que además no harán su labor desde cabinas del Congreso sino como hacen habitualmente, por ejemplo para el Senado, desde sus casas con la señal oficial de la Cámara o desde las oficinas de las empresas en las que trabajan. Serán contrataciones como autónomos, en función de los días y horas trabajadas con un importe máximo, en cualquier caso, de hasta 15.000 euros más IVA.
Sonido original
Los servicios técnicos y del departamento de comunicación de la Cámara emitirán la señal de los debates por los canales oficiales de la web y YouTube con el sonido original, con la versión traducida y hasta con subtítulos al castellano de todas las intervenciones que no se produzcan en ese idioma. Los diputados, en el hemiciclo, podrán optar por seguir las discusiones con sus pinganillos o a través de las dos grandes pantallas móviles que se situarán juntos a las taquígrafas, que transcribirán los discursos al castellano. Para las publicaciones oficiales se modificarán dos artículos (96 y 97.1) para determinar que el Diario de Sesiones reproducirá las intervenciones parlamentarias íntegramente “tanto en la lengua en que se hubiesen pronunciado, como en castellano” así como las demás iniciativas que se publiquen.
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