Garzón aboga por configurar Sumar como un “frente amplio” en el que el partido de Díaz sea “uno más”
El líder de Izquierda Unida propone para una coalición con el PSOE congelar alquileres y un plan de trabajo garantizado que cree un millón de puestos especialmente destinados a jóvenes y desempleados de larga duración
Sumar es todavía hoy un espacio en construcción. La coalición que reunió en las generales del 23-J a 16 formaciones políticas y obtuvo entonces 31 escaños tiene pediente su definición más allá de la marca electoral. En un contexto político inestable, con la legislatura en el aire, el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, toma ahora posiciones en un debate crucial para el futuro de la izquierda y lanza una propuesta para configurar un “frente amplio” en el que “todos” los partidos o coaliciones “se sientan representados” y que incluya a la formación de Yolanda Díaz (Movimiento Sumar) como “uno más”. El borrador del informe político al que ha tenido acceso EL PAÍS y que el ministro de Consumo en funciones presentará este viernes ante el órgano de dirección de IU plantea también una batería de medidas para negociar un hipotético Gobierno de coalición con el PSOE, como la congelación de los alquileres o un “plan de trabajo garantizado” que cree hasta un millón de puestos destinados fundamentalmente a jóvenes y desempleados de larga duración.
El texto que el líder de Izquierda Unida debatirá en la Coordinadora Federal presenta por primera vez una propuesta clara para articular Sumar, sugiriendo dos fases diferenciadas en el proceso, y defiende que su formación “debe volcarse en trabajar en un espacio conjunto democrático y plural” sin obviar las críticas a algunos aspectos de lo realizado hasta ahora.
“La coalición Sumar tiene posibilidades de poder consolidarse como un Frente Amplio con mecanismos democráticos de coordinación en el cual todos los partidos y coaliciones se sientan cómodos, representados y por tanto partícipes. Un espacio en el que el partido Sumar, que está en formación desarrollando sus propias estructuras, sería un partido más”, establece el documento.
Para Garzón, ese frente amplio “no se puede hacer deprisa y sin debate”, para lo que plantea dos etapas. Una primera de “consolidación de la coalición y organización de un encuentro amplio” que se iniciaría en noviembre o diciembre de este año —una vez resuelto un acuerdo de gobierno con el PSOE— y finalizaría en junio de 2024. En este período se debería poner en marcha una Comisión Coordinadora que sería la encargada de acordar un calendario y un reglamento para la celebración del encuentro. La cita, propone el ministro, serviría para aprobar un manifiesto que marque los principios generales del frente amplio y “articular la participación ciudadana” en la Comisión Coordinadora. La segunda fase pactaría la puesta en marcha ya de ese espacio, con un debate sobre su modelo organizativo, la forma de participación de los inscritos, la de los partidos y las competencias de cada uno de los órganos aprobados. En este apartado, Izquierda Unida hace una apuesta concreta. “Desde nuestra experiencia creemos que la mejor fórmula para que convivan partidos, organizaciones sociales y personas es la Federación de Partidos donde se regule las relaciones y las competencias de cada actor y de los órganos”, y va más allá dejando claro que en ningún caso contemplan diluirse como organización. “Para IU, la construcción de cualquier espacio conjunto o frente amplio debe hacerse desde el reconocimiento y asunción de las personalidades jurídicas de las partes que participen en el mismo, por tanto, excepto la fórmula de partido político, cualquier otra (jurídica o no) puede ser válida”, subraya.
En su análisis, Garzón aborda los defectos del proceso. El titular de Consumo recuerda que con el adelanto electoral, la “premura” para confeccionar las listas sin primarias “impidió la puesta en marcha de mecanismos democráticos”, pero advierte de que aunque es “lógico” que esas “deficiencias” se produjesen, no se puede “postergar más el objetivo de hacer partícipe” a la ciudadanía. “Es por ello que analizamos de forma crítica que se mantengan las portavocías que se designaron sin diálogo durante la campaña y que se hayan nombrado las portavocías en el Congreso de forma unilateral por la dirección del grupo”, cuestiona sin rodeos el máximo responsable de IU, cuya organización nunca negó su malestar por haberse quedado fuera de ese reparto, igual que Podemos. Garzón, quien ha apoyado el proyecto de Díaz desde sus inicios, afirma también que se necesita “mejorar la participación de las organizaciones políticas y de las personas” y hace valer el papel de los partidos (su ”experiencia y legitimidad democrática”), sin los cuales, subraya, “no se puede construir un proyecto sólido”. En otro apartado, llama ademas a “evitar los errores el pasado”.
“Somos conscientes de la gran confusión que genera la dualidad de Sumar, por darse el mismo nombre al partido [de Díaz] y a la coalición, en un momento en el que todo está por concretar. Una definición que queda relegada a segundo plano ante la prioridad de lograr un acuerdo de investidura que garantice la continuidad del Gobierno de coalición y descarte la repetición electoral”, reconoce el ya exdiputado en una crítica velada a la marca escogida por el equipo de la vicepresidenta segunda en funciones para el registro de su propia formación.
Acuerdo de gobierno
Garzón incluye en su documento una serie de medidas articualdas en torno a cinco ejes para abordar las negociaciones de un hipotético Ejecutivo de coalición con el PSOE. El ministro en funciones propone elevar un 1% del PIB la inversión pública para crear hasta un millón de puestos de trabajo que prioricen a jóvenes y parados de larga duración en servicios sociales, el cuidado del medio ambiente, las infraestructuras y el patrimonio y el sector sociocultural. También aboga por intervenir el mercado de la vivienda, congelando alquileres (una medida presentada también por Podemos estos días) o dedicar los pisos de la SAREB a alquiler social para menores de 35 años. Además, IU pide una ley que garantice la “suficiencia financiera de los municipios, la España vaciada y el rural”, un plan nacional para avanzar hacia un modelo energético “sostenible” y un sistema estatal de cuidados.
A dos días del gran acto que ha convocado el PP para protestar contra una futura ley de amnistía, el coordinador federal de Izquierda Unida no escatima tampoco en dardos a Alberto Núñez Feijóo, al que acusa de “hacer perder el tiempo” a la ciudadanía ante un debate —los próximos días 26 y 27— que “solo consigue evidenciar su aislamiento y devaluar la designación como candidato por parte de Felipe VI”, remarca. Garzón ve “insólito” el hecho de que los populares pidan elecciones “al mismo tiempo que se presentan a una investidura” cuando además, un Gobierno en funciones “no puede” convocarlas, recuerda. “Es evidente que Feijóo tiene la necesidad personal de alargar el sainete para simular un liderazgo que es muy débil”, concluye.
En medio de los contactos con Junts, el ministro en funciones reconoce que aunque el independentismo sufrió “un duro revés electoral” el 23-J (PSC y Sumar-En Comú Podem quedaron por delante en Cataluña), sí “será políticamente determinante”. “La amnistía puede ser un primer paso para desenquistar definitivamente la relación entre Catalunya y el resto del Estado”, explicita también Garzón, que anima a no temer las consecuencias. “Viendo la reacción furibunda de las derechas ante representantes públicos hablando en el Congreso en lenguas cooficiales del Estado, podemos imaginar la respuesta, pero no debemos tener miedo”, alienta.
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