Dos arzobispos y dos obispos cargan contra Pedro Sánchez y el independentismo por la ley de amnistía

Los arzobispos de Valladolid y Oviedo y los obispos de Alicante-Orihuela y Huelva han cargado este domingo y lunes contra el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el independentismo catalán por su negociación para aprobar una ley de amnistía que permita sacar adelante su investidura.

Mientras que este domingo el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, censuraba en sus redes sociales que la amnistía “podría ser valiosa si fuera recíproca y los amnistiados renunciaran a un proceso ilegal y unilateral” y si no se amparase en “la violencia contra las personas”; el de Oviedo, Jesús Sanz, afirmó que “la amnistía no es un borrón con cuenta nueva”. “Los que delinquieron grave y violentamente contra la convivencia destruyendo un Estado de derecho, determinan con su moneda de cambio el futuro de un pueblo”, escribió el prelado.

Este lunes el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, ha echado más leña al fuego al criticar que Sánchez impulse “como condición para ser investido” una ley de amnistía “para que determinados delitos sean borrados”. En una intervención en Radio María, Munilla considera que es “profundamente inmoral” que unos políticos amnistíen a otros políticos “a cambio de recibir sus votos para seguir gobernando”. “El poder se convierte en un Dios, es adictivo. El ansia de poder llega a eliminar nuestros valores, nuestros ideales”, ha añadido durante su intervención. El obispo carga contra Sánchez y le reprocha que se apoye en Junts y ERC para sacar adelante su investidura: “Es especialmente doloroso que se pretenda tomar por tonta a una nación al decir que se hace por el interés del bien común, eso no se lo cree nadie”, ha censurado.

Por último, el obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, ha irrumpido en el debate político con una dura crítica al independentismo. El prelado estima “moralmente cuestionable” que cada una de las nacionalidades o pueblos del Estado “pretendan unilateralmente una configuración política de la propia realidad como Estado, y reclamen la independencia en virtud de su sola voluntad”.

Hace un año y medio este obispo pidió el voto para la derecha en las últimas elecciones andaluzas durante su homilía de la romería de El Rocío, en la que instó a los fieles a tener en cuenta las “afinidades o incompatibilidades” de los principios morales católicos al votar.

Ahora, en una carta titulada Valoración moral del nacionalismo y dirigida a los medios de comunicación, el obispo onubense censura que los nacionalismos “niegan unilateralmente la soberanía de España”. Tras admitir que como pastor de la Iglesia no debe “intervenir directamente en la acción política y en la organización de la vida social”, Gómez Sierra, sin nombrar la amnistía,se refiere a “la tensa situación que estamos viviendo”. El prelado alega que opina sobre el nacionalismo para iluminar “la conciencia de los fieles” y matiza que sus consideraciones están inspiradas en la Doctrina Social de la Iglesia.

La carta considera que el nacionalismo ignora “las múltiples relaciones históricamente establecidas entre los pueblos y sometiendo los derechos de las personas a proyectos nacionales o estatales impuestos de una u otra manera por la fuerza”. El obispo se escuda para justificar sus críticas en que es su deber “decir una palabra” que ayude a sus fieles en “la valoración moral de los nacionalismo, teniendo en cuenta su incidencia política para toda España”.

Tras defender la Constitución como el marco jurídico vigente, el obispo ensalza que la Iglesia “reconoce un derecho real y originario de autodeterminación política en el caso de una colonización o de una invasión injusta, pero no en el de una secesión”.

Durante su homilía previa a los comicios andaluces de 2022, Gómez Sierra cargó contra el derecho al aborto, la eutanasia, el matrimonio igualitario o la escuela laica. Su mensaje provocó la censura de los partidos de la izquierda andaluza, que le tildaron de “homófobo”.

Mientras, un portavoz de la Conferencia Episcopal (CEE) se desmarca de las opiniones de los prelados y alega que en el organismo de la Iglesia española “no ha habido un debate sobre estás cuestiones políticas”.