Los narcos gallegos fracasan en su campaña de Navidad: 240 millones en un alijo de coca
La droga, más de siete toneladas, fue incautada en una nave industrial coruñesa de Cambre, y hay cuatro detenidos
Un operativo conjunto de la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera ha asestado uno de los mayores golpes a las redes de distribución de cocaína con la incautación de un alijo con un peso estimado en 7,2 toneladas que fue descubierto en una nave industrial de Cambre (A Coruña). Los narcos han visto frustrados sus planes de coronar su particular campaña de Navidad, un clásico en el calendario de las bandas gallegas, porque en los últimos meses del año aumenta la demanda de la droga, aunque también los decomisos. La actuación policial supone la retirada del mercado europeo de millones de dosis del estupefaciente, cuyo valor en el mercado habría superado los 240 millones de euros.
El hallazgo del alijo se produjo en la tarde de este martes por agentes policiales, lo que precipitó la detención de, al menos, cuatro personas relacionadas con la empresa propietaria de la nave dedicada a la venta de pescado congelado y radicada en una zona que opera como centro de abastecimiento para el sector conservero. Los detenidos se encuentran en la Comisaría de A Coruña y se prevé que pasen este jueves a disposición judicial.
Los investigadores trabajan sobre la hipótesis de que el envío, procedente de algún enclave portuario de Sudamérica, todavía sin precisar, pudo llegar a esta nave situada en el polígono industrial de la localidad de Cambre, camuflada en un contenedor de atún a través de un puerto gallego, probablemente el de A Coruña, el de menor incidencia en la operativa del narco.
Dada la cantidad de cocaína requisada, la Policía tampoco descarta que la droga hubiera llegado en varios contenedores, y después fuese almacenada en el polígono de Espíritu Santo, en Cambre, para su posterior distribución, aunque tampoco ha trascendido cuándo llegó la mercancía a la Península y quiénes son los receptores últimos de este importante alijo, uno de los mayores intervenidos en la historia del narcotráfico en España.
La subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, ha confirmado que el operativo sigue abierto con diferentes registros, pero se ha reservado el resultado de las pesquisas para no comprometer la investigación. “Se trata de una de las operaciones antidrogas más importantes a nivel estatal de los últimos años, en lo que respecta al volumen de cocaína incautada”, ha subrayado Rivas.
Una cantidad de droga retirada a la venta que supone más del doble de las tres toneladas apresadas en el narcosubmarino interceptado en la ría de Aldán, en Cangas (Pontevedra), en noviembre de 2019. Es el primer alijo de estas proporciones que se apresa en esta localidad coruñesa, aunque las Rías Altas gallegas son uno de los puntos rojos en el tráfico de estupefacientes, si bien la provincia de Pontevedra sigue encabezando las estadísticas, al igual que sus puertos (Vigo y Marín), tanto en número de aprehensiones como en actividad de los grupos asentados mayoritariamente en las Rías Baixas. La alternancia en las descargas de estupefacientes en el norte y sur de la costa gallega ha marcado las tendencias en la logística de las bandas, que se mueven constantemente para esquivar la presión policial.
Décadas de grandes alijos
El último porte de cocaína detectado por la Policía que supera al de este martes en A Coruña se incautó en agosto en el puerto de Algeciras (Cádiz), que soporta el mayor tráfico y actividad del crimen organizado, también en el interior de un contenedor. Las 9,5 toneladas de droga intervenidas —que batieron un récord en España—, se embarcaron en Puerto Bolívar, en Machala (Ecuador), el principal centro bananero del mundo, y estaba camuflada entre cientos de cajas de bananas. La red que operaba detrás de este envío disponía de un potente entramado empresarial para transportar cocaína, y utilizaba principalmente los puertos de Algeciras y de Vigo.
La Policía pudo interceptar esta organización que llegó a enviar hasta 40 contenedores mensuales con carga de bananas contaminadas con la cocaína que iba a ser recepcionada por diferentes organizaciones que operan desde España y que controlan el mercado europeo de estupefacientes. De hecho, la mercancía requisada estaba diferenciada con hasta 30 logotipos, que identifican a los grupos o dueños de la droga en diferentes países.
Desde la Operación Temple, en julio de 1999, que desató la captura del buque Trammsaar cuando transportaba a Galicia 6.540 kilos de cocaína, el volumen de los alijos llegados a España han crecido exponencialmente. Días antes, el mercante Koei Maru descargó en alta mar otros 6.400 kilos, de los cuales casi 5.000 fueron almacenados en un chalé en construcción en A Pobra do Caramiñal (A Coruña). Los mismos proveedores colombianos de ambos alijos llegaron a introducir una tonelada de cocaína al mes (según recogió la sentencia de la Audiencia Nacional), y la mayor parte se ocultaba en Galicia para ser trasladada a Italia y Reino Unido.
La organización gallego-colombiana que estaba detrás de este envío, marcó un punto de inflexión en cuanto a la forma de operar de las clásicas bandas gallegas, ya que abrió nuevas alianzas con grupos de distribución que abastecían el mercado europeo de la cocaína, donde el consumo empezaba a dar síntomas de los máximos niveles que hoy se han alcanzado, según los informes de la OMS, y que es imposible revertir ante una demanda imparable.
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