El líder del PSOE en Madrid barajó convocar sus primarias antes del Congreso Federal como Tudanca

La calma sigue sin regresar al PSOE. Juan Lobato, secretario general del partido en Madrid, se ha sumado este miércoles a las críticas de Luis Tudanca, líder de la formación en Castilla y León, y le ha agradecido que “abra el debate” sobre el supuesto intento de la dirección federal de “socavar las legitimidades” de varios barones territoriales. Tudanca, un dirigente muy próximo a Pedro Sánchez que, sin embargo, está inmerso ahora en un enfrentamiento inédito con Ferraz, acusó el lunes al “entorno” del secretario federal de Organización, Santos Cerdán, de cuestionar su liderazgo desde hace un año “lanzando nombres, filtraciones y candidatos” alternativos que ”han generado ruido y desestabilizado” a su federación. Previamente, la comisión de ética y garantías del PSOE había suspendido, a instancias de Ferraz, el calendario de primarias en Castilla y León aprobado por el comité autonómico alegando que no se puede realizar hasta después del 41º congreso federal que el PSOE celebrará del 29 de noviembre al 1 de diciembre en Sevilla. Tudanca ha decidido mantener el pulso mostrando su indignación —aunque ha acatado la suspensión de las primarias— y ahora recibe el apoyo del líder en Madrid. “Entiendo perfectamente a Luis Tudanca, me solidarizo con él”, ha remarcado Lobato.

“No se puede estar todo el día enfrentado con PP y Vox en las instituciones y a la vez estar a nivel de partido y medios de comunicación todos los días con noticias, con artículos, con esto de ‘los señores fuentes’, ‘los señores entornos’... Y esto no pasa solo en Castilla y León, yo lo veo en Madrid. Nos ha pasado a todos”, ha afirmado Lobato en una entrevista concedida a Europa Press. El secretario general de Madrid es más cuidadoso que Tudanca y no señala directamente al número tres del PSOE, Cerdán, pero sus reproches, según coinciden fuentes de la dirección madrileña, tienen un único destino: la planta quinta de Ferraz, justo donde se encuentra la Secretaría de Organización.

Lobato se queja de que lleva “no sé cuántos meses o años” soportando artículos “de nombres, de opciones” en torno a su figura, y advierte que no solo él, sino también las bases del partido en Madrid están “bastante hartos” de quienes se dedican “siempre a socavar la legitimidad y el trabajo de tantísima gente”. “Tener que estar todos los días bajo el acoso y derribo de noticias que no tienen nada que ver con el trabajo diario de los militantes de lucha contra [Isabel Díaz] Ayuso y contra el PP, y contra el PP y Vox en Castilla y León, creo que no es justo con la militancia y creo que es un despropósito en términos políticos”, sentencia.

La reacción de Lobato se produce semanas después de que EL PAÍS informase de que tendrá enfrente una candidatura alternativa y, por tanto, se jugará su reválida como secretario regional en unas primarias. Lo que no se sabe aún es quién será su contrincante y si contará con el aval explícito de Ferraz, es decir, de Pedro Sánchez. La batalla de Madrid era, hasta el estallido de la crisis en Castilla y León, la que más expectación había generado en el PSOE. Lobato es secretario general de Madrid desde noviembre de 2021, tras imponerse con el 61% de los votos al alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala. Contó entonces con el respaldo de Ferraz. Tres años después, gana enteros la posibilidad de que los mismos aspirantes vuelvan a competir por llevar el timón de la tercera federación con más militantes de España, aunque en ese escenario todo apunta a que sería Ayala el que contase esta vez con el favor de la dirección federal del PSOE.

“¿Por qué nos empeñamos desde el día siguiente que se elige una secretaria general, un secretario general en un municipio, en una comunidad autónoma... ¿Por qué desde el día siguiente se tiene esa forma de actuar de ataque y de falta de respeto a los militantes, siempre con filtraciones, con los líos?”, ha reprochado el dirigente socialista madrileño.

Lobato ha reconocido también que barajó la posibilidad de convocar el proceso de primarias en Madrid antes del congreso federal, justo lo mismo que intentó Tudanca. “No hubiera descartado en Madrid realizar una propuesta similar. No lo habíamos pensado y decidido aún definitivamente, pero yo creo que era un buen esquema que se usó con total normalidad hace tres años y dejó los temas resueltos [de los procesos autonómicos], creo que fue bien y que hubo un congreso federal muy bueno, habiéndolo hecho de esta misma manera como ahora planteaba Luis”, sostiene. Uno de los motivos por los que Ferraz actuó con tanta rapidez y anuló en 24 horas el calendario aprobado por Castilla y León fue precisamente el de evitar un efecto dominó y que federaciones como Madrid —cuyo secretario general ha discrepado de La Moncloa en asuntos como la ley de amnistía o la financiación singular para Cataluña— o Extremadura hiciesen lo mismo. Eso habría supuesto un obstáculo para la presentación de otras candidaturas en teoría más en sintonía con el aparato federal.

A la respuesta de Ferraz paralizando las primarias en Castilla y León contribuyó la carta firmada por 11 de los 41 miembros de la dirección de Tudanca y enviada a la comisión de garantías, en la que pedían la anulación del proceso. Alegaban que “no se sometió a debate ni aprobación el calendario de actos y procesos” en la ejecutiva, lo que interpretaban como un “incumplimiento de los procedimientos internos establecidos”. El calendario aprobado por el máximo órgano de la federación de Castilla y León —por 105 votos a favor, 14 en contra y 11 abstenciones— establecía que la presentación de precandidaturas se realizase del 8 al 15 de octubre. La recogida y presentación de avales sería del 16 al 26 de octubre, y la proclamación de candidatos, del 27 al 28 de este mes. La militancia habría votado en primarias al secretario general el 9 de noviembre si hubiera habido al menos dos candidaturas. En caso de necesitarse una segunda votación, habrían acudido a las urnas el 16 de noviembre.

La comisión de ética y garantías canceló ese proceso de primarias con el argumento de que “la elección de los órganos es un proceso en cascada, de los órganos federales hacia abajo, de tal forma que el Congreso Federal es el encargado de definir las normas que regirán cada proceso orgánico, entre congreso y congreso, aprobando y modificando los Estatutos que regirán hasta el Congreso siguiente”. Pero el órgano también reconoció en su resolución que los estatutos eran interpretables y por eso aconsejó que en el Congreso Federal “esta cuestión quede aclarada en los próximos estatutos para evitar confusiones”.