La imputación del único sospechoso da un impulso al caso del crimen de Traspinedo
La decisión acerca al banquillo de los acusados a Óscar S., amigo de Esther López y última persona que presuntamente la vio con vida
Esther López, de 35 años, desapareció en Traspinedo (Valladolid, 1.200 habitantes) la noche del 12 de enero de 2022. Su cadáver fue hallado en una cuneta cercana al pueblo el 5 de febrero siguiente, después de tres semanas de batidas y búsquedas infructuosas. Casi desde el principio, las pesquisas policiales apuntaron a una única persona: Óscar S., amigo de la víctima y última persona que presuntamente la vio con vida. Él ha defendido siempre su inocencia con una versión de lo que hizo aquella noche que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil cree haber rebatido con extensos informes repletos de análisis técnicos. Pese a ello, el sospechoso había conseguido hasta ahora, mediante recursos legales, dilatar el procedimiento. La llegada de una nueva jueza ha puesto punto y final a este tira y afloja al considerar que los exhaustivos informes policiales dan “verosímil la atribución que de los hechos relatados se hace a Óscar”. Casi tres años después del suceso, el próximo 20 de diciembre, el acusado tendrá que declarar por primera vez en sede judicial como investigado en los que parece el impulso definitivo al caso. Los allegados de la víctima, que reclamaban desde hace tiempo la detención e imputación del amigo, han celebrado la decisión.
La reconstrucción que los investigadores han hecho de lo ocurrido aquella noche de enero indica que tanto el acusado como la víctima acudieron a varios bares en Traspinedo junto a otros amigos, si bien llegó un momento en que se quedaron a solas. Entonces, cerca de la casa del sospechoso, él se montó en el coche y arrolló supuestamente a la fallecida. Esta quedó gravemente herida, pero no murió. El sospechoso presuntamente la dejó varias horas en el frío del invierno, consciente de que ella había consumido drogas y alcohol. La autopsia concluyó que la mujer falleció por la conjunción de la hemorragia interna sufrida por el atropello, de la hipotermia y de los efectos de los estupefacientes.
Los investigadores consideran, tras el hallazgo de restos biológicos pertenecientes a López en el vehículo del sospechoso, que este supuestamente la transportó hasta la cuneta donde apareció semanas después. Además, la posición del cuerpo cuando fue encontrado era compatible con haber sido colocado allí y no como resultado de un atropello fortuito. El acusado ha insistido siempre en que la dejó sola junto a una carretera porque ella insistía en seguir de fiesta ―algo desmentido por los demás acompañantes aquella noche― y se desentendió.
La actual jueza del caso, que remplazó a la anterior, considera que “los hechos investigados revisten por ahora, y sin perjuicio de ulterior calificación, los caracteres de asesinato para la acusación particular y de asesinato/homicidio y omisión del deber de socorro, para el Ministerio Fiscal” y ordenó la apertura del procedimiento con jurado popular que acercan a Óscar S. al banquillo. Es lo que la Fiscalía había pedido al considerar que había “indicios suficientes” contra el único sospechoso. El ministerio público le recriminaba que tras el atropello —y consciente de que Esther se encontraba con vida—, “el acusado, lejos de prestar o solicitar ayuda, esperó entre una y tres horas hasta que comprobó que estaba ya muerta y procedió a ocultar el cadáver, meterlo en el maletero de su vehículo y tirarlo, horas después, en el lugar donde fue hallado, no dando noticia de donde se encontraba”.
La titular del Juzgado de Instrucción Número 5 de Valladolid ha citado a través del auto de transformación al investigado y a las partes personadas en el procedimiento para el próximo 20 de diciembre, a las 11 de la mañana, en la que le expondrán los delitos por los que puede ser juzgado. En esta audiencia, las partes podrán exponer sus posiciones, en particular si efectuarán acusación o no y si solicitan la apertura de la vista oral. La magistrada no descarta otras posibles calificaciones contra el investigado, como delito contra la integridad moral (al ocultar el cadáver) o contra la seguridad vial, si condujo bajo los efectos de las drogas o el alcohol.
La defensa del investigado ha mostrado su “absoluta perplejidad” ante la decisión de la magistrada y critica que se dé tanta veracidad al último informe de la UCO, que sustenta la decisión judicial. Según su criterio, todo ello ha propiciado un “cierre precipitado de la instrucción”. También rechaza que se abra juicio con jurado popular. Fuentes cercanas a la investigación insisten en la consistencia de sus pruebas, amparadas por la geolocalización de los móviles de la víctima y del acusado conforme a sus conexiones a las antenas de telefonía y a las terminales wifi de las casas cercanas.
El proceso se ha dilatado durante tres años en los que para intentar recopilar pruebas incriminatorias, por parte de la acusación, y argumentos defensivos por parte de los letrados del sospechoso. Óscar S. llegó a comparecer en dos ocasiones ante la magistrada, defendió su inocencia y logró pasar todo este tiempo en libertad. La representación de la familia de López trató de que ingresara en prisión provisional, pero su petición, y posterior recurso, fue declinada por última vez en enero de este año porque la Audiencia Provincial consideró que no había “riesgo de que el investigado se fugue ni de que destruya pruebas o atente contra los bienes de la víctima”. Ahora, la hermana de Esther López y sus familiares han reclamado que el 20 de diciembre se acuerde el ingreso en prisión provisional del ya imputado, empleado de una agencia de viajes, por si este cambio de estatus judicial le llevase a escaparse.
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