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La justicia avala restringir los encuentros sociales a un máximo de seis personas en Cataluña

La transmisión del coronavirus se acelera en la comunidad, que registra una media de 1.000 infectados nuevos cada día

Jessica Mouzo
Mesas de un restaurante de Barcelona, limitadas a seis comensales.
Mesas de un restaurante de Barcelona, limitadas a seis comensales.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Luz verde de la justicia a las nuevas restricciones sociales decretadas en Cataluña para contener la transmisión del coronavirus. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha avalado la decisión del Govern de limitar las reuniones y encuentros sociales, tanto públicos como privados, a un máximo de seis personas. Con la curva epidemiológica en claro ascenso —Cataluña reportó en la última semana 6.941 casos y tiene al 85% de sus comarcas en riesgo muy alto de rebrote—, el secretario de Salud Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon, justificó en su petición al TSJC “el potencial riesgo de contagio” que suponen estas actividades y que están detrás, por cierto, del grueso de nuevas infecciones. La medida entrará en vigor, previsiblemente, este sábado, en cuanto se publique en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC).

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El auge de contagios en los últimos días ha precipitado un paso adelante del Govern para reforzar el paquete de medidas contra la covid-19. Además de continuar con los cribados masivos en zonas con alta incidencia y reforzar el rastreo de sospechosos en las escuelas —este viernes echa a andar un testeo masivo con 500.000 PCR en centros educativos catalanes para atajar las cadenas de transmisión—, el Ejecutivo catalán optó esta semana por intensificar las restricciones sociales: ha decidido reducir de 10 a seis el máximo de personas que pueden reunirse en público o en privado, reforzar la concienciación en el uso de parques infantiles y rebajar las cuarentenas de contactos estrechos de 14 a 10 días para facilitar su cumplimiento.

″Dentro de los brotes actualmente activos, el ámbito donde se ha producido un mayor número de brotes y casos continúa siendo el ámbito familiar y social, representando un 61,6% de los brotes activos y más del 50% de los casos. Estos datos suponen un incremento significativo respecto a los datos del informe del 9 de septiembre (47,5% de los brotes declarados y 37% de los casos). Donde proporcionalmente más están creciendo los brotes notificados es en el ámbito familiar y social", ha expuesto Argimon a la jueza. La Sala de lo Contencioso Administrativo ha considerado que la petición “explica razonadamente la necesidad” de las medidas y ha dado luz verde a estas restricciones. Quedan exentas de estas limitaciones en las reuniones sociales, no obstante, las actividades educativas, de culto, deportivas y de trabajo.

Los cribados masivos que se están haciendo, unidos al fin de las vacaciones y a la vuelta a la escuela y al trabajo, han vuelto a intensificar la incidencia del virus en Cataluña. El índice de riesgo de rebrote, que mide el crecimiento de la epidemia, se sitúa por encima de los 200 puntos (204, este viernes), una cifra similar a la registrada a mediados de agosto, cuando se produjo el último gran repunte de casos en Cataluña. Además, la velocidad de reproducción de la covid-19 —la Rt, que mide a cuántas personas infecta de media cada positivo y la comunidad científica recomienda que esté por debajo de 1 para poder controlar la transmisión— se ha instalado en 1,21 y acelera la transmisión. El propio Argimon admitió el martes que las cifras de esta semana eran las previstas para final de mes.

En este contexto, los expertos insisten en reforzar las medidas de seguridad individual. “Las medidas no se cumplen bien. En la calle vemos a todo el mundo con mascarilla, pero llegan a una terraza y se la quitan. Ahí hay más riesgo que caminando por la calle porque las mesas están muy cercas y estás una hora sentado, hablando y sin mascarilla. Falta un mayor grado de cumplimiento de las medidas”, valora Magda Campins, jefa de Medicina Preventiva del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. “Debemos limitarnos a nuestras burbujas de convivencia. Tenemos que parar, frenar nuestra actividad social”, insiste Joaquín López-Contreras, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Sant Pau de Barcelona.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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