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ERC llega a la presidencia de Cataluña

Pere Aragonès, investido solo con los votos independentistas, desplaza a los herederos de CDC

El nuevo presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (a la izquierda), abraza al presidente de ERC, Oriol Junqueras, tras ser elegido por mayoría absoluta, este viernes. En vídeo, Pere Aragonès es investido presidente de la Generalitat.Foto: ALBERT GARCIA | QUALITY

El republicano Pere Aragonès se convirtió este viernes en presidente de la Generalitat ha convertido este viernes en presidente de la Generalitat (el primero de ERC desde Josep Tarradellas, en plena Transición) al recibir el apoyo de los 74 diputados independentistas (ERC, Junts y CUP). Los otros 61 parlamentarios catalanes (PSC, Vox, En Comú Podem, Cs y PP) votaron en contra. La proclamación se realizó en medio de una ovación de la bancada secesionista y la indiferencia de la oposición. Aragonès insistió hasta el final en su “vía amplia” para sumar apoyos y lograr la abstención de los comunes. No lo logró. Oriol Junqueras, presidente de ERC, aprovechó un permiso penitenciario para asistir a una jornada de carga emotiva para su partido. Aragonès se propone “culminar” la independencia sin fijar plazos ni fórmulas más allá del anhelo de un referéndum pactado como en Escocia.

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La designación de Aragonès, el primer president de ERC después de Tarradellas hace más de 40 años, fue acogida con largos aplausos en los pasillos de la Cámara por parte de los republicanos, felices además por la presencia de Junqueras. Hubo foto de familia en las escalinatas del palacio. Nadie de Junts (la formación heredera en parte de CDC, el partido tradicionalmente hegemónico del nacionalismo catalán) apareció en ese momento. Tampoco de la CUP. Era el momento de ERC. Tras dos debates fallidos —el 26 y el 30 de marzo—, Aragonès es el primer candidato, como recordó el socialista Salvador Illa, que ha necesitado tres sesiones para ser investido. Esquerra alega en su descargo que es también el presidente más votado junto a Pasqual Maragall en 2003 y después de Jordi Pujol en 1980.

Las negociaciones al límite —el plazo expiraba el 26 de mayo— contrastaron con una investidura de guante blanco y bajo volumen que pone fin a ocho meses de Govern en funciones, que arrancaron inhabilitación de Quim Torra. Aragonès toma posesión el lunes y sus consejeros el miércoles. “Me comprometo a ser el president de todo el mundo. Los conflictos en una democracia se resuelven políticamente. Y es votando”, dijo en una alocución final en la que tuvo palabras hacia Junqueras y Pere Horta, el primer edil de ERC de Pineda de Mar, su municipio, ya fallecido.

Los grandes consensos se tienen que construir en el Parlament y con toda la sociedad. El referéndum será inevitable”, ha dicho Oriol Junqueras, que ha asistido a la sesión histórica para Esquerra

Desde los despachos del grupo parlamentario —la tribuna de público está inhabilitada por la covid— Junqueras siguió el debate de su delfín, convertido en sucesor desde su encarcelamiento por sedición y la fuga a Suiza de la secretaria general Marta Rovira. Con antelación, acaparó los focos y ofreció entrevistas en los platós dispuestos en los pasillos. “Se debe construir en el Parlament y con toda la sociedad. El referéndum será inevitable”, dijo a los periodistas, subrayando la importancia de que Cataluña tenga un presidente de ERC. “Después de 80 años, ERC tiene la oportunidad de volver a servir al país. Aquello que quitaron con la fuerza de las armas lo hemos recuperado con la fuerza de las urnas”, añadió en referencia a la aniquilación de la Generalitat republicana presidida por Lluis Companys por parte del franquismo.

La sesión, que empezó el jueves con la participación de PSC y Junts, no arrojó esta vez dudas sobre el desenlace pero sí planeó la hipotética solidez de una coalición de Govern entre ERC y Junts (33 y 32 escaños sobre 135). No deja de ser estrambótico, como pasó en marzo, que un partido no invista a su socio. Toda la oposición mira con escepticismo la reedición de la alianza y su eventual fortaleza está fijada hasta 2023, cuando expira el plazo dado a la mesa de diálogo con el Gobierno. Ni Junts ni la CUP creen en ella pero serán leales a ERC.

La CUP, el único grupo que ha dado los votos os tres debates dio sus votos a Aragonès, reivindicó el acuerdo que firmó en marzo con los republicanos. El nuevo president ha firmado pactos a su derecha y a su izquierda y deberá hacer equilibrios para mantenerlos. El mismo Junqueras y Marta Vilalta, portavoz de ERC, recalcaron que nace ahora un Gobierno de izquierdas. Hay una duda razonable de que esa etiqueta pueda incomodar a Junts.


Pere Aragonès, tras superar la investidura.
Pere Aragonès, tras superar la investidura.Albert Garcia

Dolors Sabater, líder del grupo parlamentario de la CUP, recordó que tienen la obligación de “confrontar” y “desobedecer” al Estado y advirtió de que los nueve votos de los anticapitalistas no son “un cheque en blanco”. De entrada, Sabater reclamó al nuevo Ejecutivo que cancele ya la actuación de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra en los casos de desahucios. “Si la represión en el movimiento anti desahucios no para, la CUP lo tendrá muy difícil para sostener esta mayoría”, afirmó. Su compañero, Carles Riera, abundó en que el pacto ERC-Junts no recoge buena parte de los acuerdos sociales suscritos con ellos. “Que no estén no es excusa para no cumplirlo”, avisó.

El debate reflejó las secuelas de la ruptura de la confianza entre Aragonès y En Comú Podem, que pretendían una coalición aunque juntos solo sumaban 41 diputados. Los números no salían porque el PSC veta a ERC y Junts no les cedía votos. La ruptura fue una metáfora del fracaso de la “vía amplia” que reivindica Esquerra con fuerzas que, como los comunes, defienden el referéndum y la libertad de los presos del procés. Aragonès pidió a Jéssica Albiach, de los comunes, que se abstuvieran como hizo ERC en la investidura de Sánchez con los líderes independentistas en prisión, como gesto de futuros acuerdos. “Su Gobierno es un cambio de cromos. Han puesto el 60% del presupuesto de la Generalitat en manos de Junts”, le espetó Albiach tras acusarle de desperdiciar un Ejecutivo “progresista” en favor de ese partido. Otra grieta se agranda en ese flanco. La CUP les instó a deponer su actitud “hostil” hacia el movimiento “popular y de desobediencia” [el independentismo] y les instó a sumarse a la “cruzada” para tumbar el régimen.

“Si la represión en el movimiento anti desahucios no para, la CUP lo tendrá muy difícil para sostener esta mayoría”, afirmó Dolors Sabater, de la CUP

Aragonès habló de Escocia en su discurso y el popular Alejandro Fernández le replicó que cuando Londres rechazó de entrada el referéndum “no montaron”, dijo, “un lío como el de ustedes en 2017”. “Es usted un presidente honorífico dirigido desde Waterloo y la cárcel de Lledoners”, remachó. Carlos Carrizosa, de Ciudadanos, dio 100 días al Govern pero no en el terreno del procés: “No olvido lo que hizo Junqueras”.



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