Barcelona apuesta por consolidar el ‘Sant Jordi de verano’ tras la pandemia
La administración catalana se compromete a apoyar a los libreros afectados por el clima adverso durante la Diada
Barcelona estudia, una vez más, redoblar la apuesta. La diada de Sant Jordi del sábado en Cataluña adquirió un tono agridulce, entre el amplio optimismo de las instituciones y la sociedad civil por volver a la normalidad prepandémica y el clima adverso, plagado de chaparrones, granizo y ráfagas de viento que se llevó libros y carpas por delante. Con todo, las cifras que manejan los sectores del libro y de las rosas son positivas, equivalentes a las de antes de la pandemia. En este contexto, el teniente alcalde de Cultura del Consistorio barcelonés, Jordi Martí, se mostró ayer dispuesto a consolidar una fiesta del libro durante el verano, como el Llibrestiu que se celebró en julio de 2021, una propuesta que había sugerido el domingo Patrici Tixis, presidente del Gremio de Editores de Cataluña, tras las tormentas que asolaron la última diada.
Existe “toda la predisposición” por parte del Ayuntamiento, remarcó Martí después de una reunión en el Palacio de la Virreina entre el Consistorio, el Institut de Cultura (Icub) y representantes del mundo del libro. Martí señaló que, “si hay consenso” con el sector, el proyecto de una fiesta del libro durante el verano debería pensarse “no solo” como una respuesta a las circunstancias actuales, sino como una actividad “que pueda quedar en el futuro”.
El Llibrestiu de 2021, que se celebró en julio, fue una apuesta por desestacionalizar la venta de libros, concentrada tradicionalmente en la Diada de Sant Jordi, la Semana del Libro en Catalán y la campaña de Navidad; unas fiestas que se celebraron durante dos ediciones con las restricciones derivadas de la pandemia. Durante el 2020 ya se había ensayado un evento similar; y solo el año pasado participaron un centenar de librerías en Cataluña. El objetivo, según han sugerido representantes del mundo del libro, sería que ahora se llevase a cabo antes de las vacaciones de verano.
La cita en el Palacio de la Virreina estuvo atravesada por la situación de los libreros afectados por el clima adverso durante la jornada del 23 de abril, en la que hubo pérdidas que, según algunos de ellos, se elevan a miles de euros. Todavía no hay una cifra cerrada de las pérdidas sufridas durante la Diada. Tixis explicó que están evaluando los daños y ha pedido que los paradistas informen a la Cámara del Libro de los ejemplares que han quedado totalmente destruidos para poder facilitar la ayuda de la Administración.
Las carpas de algunas librerías se volaron con el viento y miles de volúmenes se echaron a perder al mojarse con la lluvia. El presidente del Gremio de Libreros de Viejo de Cataluña, Marçal Font, explicó tras la reunión con el Consistorio que las perdidas en el sector del libro patrimonial pueden elevarse a unos 50.000 euros: “Muchas primeras ediciones se han perdido”, subrayó. Una librería como la Antiquària Farré, que “sufrió especialmente” la tormenta, puede haber perdido hasta el 80% de los ejemplares que llevó al Sant Jordi, según Font, que destacó la dificultad de estimar económicamente el valor histórico de los libros dañados en este sector.
Martí ha señalado que el Ayuntamiento respaldará económicamente a aquellas librerías y editoriales que hayan sufrido pérdidas. “Toda la complicidad en dar apoyo a esta excepcionalidad, a aquellos que hayan tenido una castaña importante perdiendo material, sobre todo libros”, subrayó el regidor de Cultura. El respaldo del Consistorio estuvo precedido por la reunión que durante la mañana de ayer mantuvo el sector del libro con la consejera de Cultura del Generalitat, Natàlia Garriga. En esta cita se anunció que el Govern también abrirá una línea de ayudas para las librerías afectadas. Martí señaló que todavía no ha conversado con la Generalitat al respecto.
El resumen global de Sant Jordi que hicieron tanto el Consistorio como los representantes del sector del libro fue positivo. “El mejor Sant Jordi de todos los tiempos”, mantuvo Maria Carme Ferrer, presidenta del Gremio de Libreros de Cataluña, que calculó que las cifras de ventas serán similares a las de 2019, cuando se vendieron 1,6 millones de libros en la semana de Sant Jordi y se facturaron 22 millones de euros.
El Gremio de Floristas coincide en que los profesionales del sector lograron vender los seis millones de rosas que habían previsto antes de la Diada, una cifra cercana a los siete millones de 2019, el año en que más vendieron.
Una fiesta descentralizada por toda la capital catalana
El mundo del libro y el Consistorio calificaron ayer la superilla literaria como un “gran éxito”, un espacio de 140.000 metros cuadrados, equivalente a 20 campos de fútbol, en el centro de Barcelona por el que van a seguir apostando en los próximos años. Las condiciones epidemiológicas favorables hicieron posible un proyecto que se pensaba implementar en 2020, hasta que la pandemia del coronavirus lo suspendió todo.
Aun así, Patrici Tixis, presidente de la Cámara del Libro de Cataluña, sugirió que la fiesta del libro y de la rosa estuvo agraciada por un conjunto de superillas, en alusión a la descentralización de los espacios por toda la ciudad. Los libreros y floristas profesionales también dispusieron de otros espacios exclusivos, repartidos por diferentes puntos, como la plaza Valdivia; el paseo Lluís Companys; la plaza de la Vila de Gràcia; la plaza de Orfila; la plaza de Sarrià; el Espacio Poblenou-Pallars-Llacuna-Pujades; la plaza Reial; la plaza Universitat, o el paseo Sant Joan en la zona de Arc de Triomf.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.