Un guardia civil amenaza a un policía en El Prat: “La suerte que tienes es que hay cámaras”
Un agente destinado en el aeropuerto irá a juicio por abusar de un compañero en una discusión sobre el uso de la mascarilla
Un veterano agente de la Guardia Civil destinado en el aeropuerto de El Prat (Barcelona) será juzgado por humillar a un agente del Cuerpo Nacional de Policía al que la tripulación había llamado la atención, en pleno vuelo, por no llevar bien puesta la mascarilla. El guardia le insultó en repetidas ocasiones, le amenazó y le advirtió de que sería detenido: “La suerte que tienes es que hay cámaras aquí. Si no, te reventaba la cabeza”, le dijo. Ignoraba que el policía había activado la grabadora del móvil y estaba registrando el episodio, ocurrido en la pasarela que conecta el avión con la terminal. Esa grabación será la principal prueba de cargo en el juicio.
La tarde del 25 de septiembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus, David regresaba a Barcelona tras un viaje a Tenerife. Iba en el asiento de la ventanilla. Durante el vuelo, se quedó medio dormido. La mascarilla se le caía y dejaba al descubierto la nariz. Una auxiliar de vuelo le llamó la atención “tres o cuatro veces” y le advirtió de que, si no se la ponía correctamente, el comandante avisaría a la Guardia Civil de El Prat. David, que tenía 33 años y trabajaba en la comisaría de La Verneda de Barcelona, le dijo que hiciera “lo que tuviera que hacer”, según declaró en el expediente sancionador que se le abrió por esos hechos, en el que fue asistido por el Sindicato Unificado de Policía (SUP). El expediente quedó más tarde archivado.
Al aterrizar en El Prat, una pareja de agentes de la Guardia Civil ya esperaba a David en la pasarela que conecta el avión con la puerta de embarque B28 de la terminal T1. Comenzó entonces una discusión que fue subiendo de tono. Uno de los guardias, Jorge, el mayor, “abusó de su condición” de funcionario y, además de insultar a David, le llegó a dar empujones y pisotones, “provocándole para tener motivos para su detención”, según un auto dictado ahora por la Audiencia de Barcelona, al que ha accedido EL PAÍS.
Una jueza de El Prat había archivado inicialmente el caso al considerar que se trató solamente de un episodio “incómodo” y “hostil”. Pero los magistrados creen que, escuchada la grabación aportada por el policía, hay indicios suficientes para juzgar al guardia por los delitos de coacciones, abuso a la autoridad y contra la integridad moral. Los jueces reprochan que la tarea del guardia civil es evitar o minimizar incidentes en el aeropuerto barcelonés, “nunca crearlos”.
David y Jorge no empezaron su relación con buen pie. “Salió del avión con la mascarilla bajada y tuve que llamarle la atención”, declaró el guardia en el expediente abierto al policía, que en ese mismo trámite aseguró que nunca tuvo “intención” de quitarse la mascarilla y que “seguramente la goma estaría dada de sí”. Sus versiones sobre lo ocurrido en la pasarela son opuestas. El guardia asegura que el policía se resistió a mostrar el DNI (enseñó la placa con el emblema del CNP y el carné de policía), que intentó rebasar su posición para marcharse, que le habló de forma “desconsiderada” y que no respetó la distancia de seguridad. El policía sostiene que Jorge le habló mal desde el principio y le insultó, lo que le llevó a grabar el episodio. “De lo contrario no me creería porque fue la situación más surrealista que he vivido en mi vida”, afirmó.
La conversación recoge momentos de máxima tensión en la pasarela del avión, especialmente desde que el guardia se da cuenta de que está siendo grabado. “¿Qué estás grabando? Suelta el móvil que te vienes detenido”, le dijo. Mientras David suplica que le dejen marchar (”todo esto no es necesario”), el otro guardia civil trata de templar los ánimos (”¿por qué no nos relajamos todos un poco?”). Pero Jorge insiste en que va a arrestarle. “En este momento estás en calidad de detenido. No vas a hacer ninguna llamada. Cuando estés en el calabozo tendrás derecho a una llamada”. Según el policía, el guardia llegó a forcejear con él y tirarlo al suelo mientras le dirigía a la puerta de embarque: “Tira para delante ya, que te vas a comer el suelo”, se le oye decir al guardia.
“Me llamaste subnormal tres veces, me pisaste el pie”, protesta David. “Sí, claro, torturas, torturas...”, se burla el guardia en un diálogo que solo se calmó con la llegada de mandos del Cuerpo Nacional de Policía del aeropuerto que habían sido alertados del incidente. Los guardias civiles interpusieron más tarde una denuncia administrativa contra David por vulnerar las normas sanitarias. Lo acusaban de una actitud “nada cooperante”, pero evitaron la vía penal. David, en cambio, acudió a los juzgados a través de su abogado, Carlos Carretero, cuando recibió el archivo de su expediente. Allí, la Policía concluyó que, oída la grabación, la declaración de los guardias estaba “viciada de origen y falta de objetividad” y que su actuación en el aeropuerto “podía ser constitutiva de infracción penal”.
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