El plan de las Tres Chimeneas: la última oportunidad para impulsar la castigada área del Besòs

Una década después de dejar de funcionar como central térmica, el conjunto de las Tres Chimeneas y la sala de turbinas de Sant Adrià de Besòs y los terrenos que la rodean ya tienen el plan urbanístico que determinará su futuro: qué y cuánto se puede construir. La comisión de Urbanismo de la Generalitat ha aprobado este jueves, y después de seis años de trabajos, el Plan Director Urbanístico (PDU) para un ámbito de una envergadura y singularidad que lo hacen único: son 32 hectáreas en primera de mar, pegadas a Barcelona y con el edificio más alto de Cataluña, las tres torres de la antigua térmica. El plan es la reconversión de suelo industrial en vivienda y actividad económica más grande desde la de la Vila Olímpica de Barcelona, ha destacado el Departamento de Territorio.

Será un nuevo barrio con 1.700 pisos (40% públicos y 60% de precio libre) entre Sant Adrià y Badalona y con actividad económica vinculada a la creación de un Hub digital del audiovisual y el videojuego, y equipamientos. Y es la última oportunidad para impulsar la castigada área del Besòs. En su tramo final el río concentra, desde hace décadas, los ámbitos de mayor vulnerabilidad de Cataluña y las administraciones confían en la capacidad de la zona para ejercer de “tractor” o “motor” para mejorar los indicadores socioeconómicos hasta Montcada i Reixac.

Las cifras de los metros cuadrados de techo que se podrán construir marean: 285.000 en edificios de máximo 10 plantas, para no superar la altura de la sala de turbinas. La sala de turbinas será pública y su uso se decidirá por concesión de la administración y las Tres Chimeneas podrán albergar oficinas y hasta un hotel.

El suelo es en un 25% público (del Área Metropolitana de Barcelona) y el 75% restante pertenece a la sociedad Front Martítim del Besòs, formada por Endesa y Metrovacesa. Como propietarios, deberán correr con los gastos de urbanización (tendrán que hacer el parque, las calles y los llamados aprovechamientos urbanísticos, los metros cuadrados de techo construible que deben ceder a la administración). Los gastos ascienden, según figuraba en una versión preliminar del PDU, a más de 80 millones de euros. La sociedad responde que estudiará el PDU definitivo antes de valorarlo y confirma su intención de actuar como promotores y constructores del sector. El departamento de Territorio se ha esforzado en dejar claro que la operación no supone un pelotazo para los propietarios del suelo: “Está al límite de la viabilidad económica”.

Finalmente, además, será Endesa (y no la administración) quien sufrague la mitad del coste de trasladar la actual subestación eléctrica a unos terrenos por encima de las vías del tren, ha explicado la Generalitat. En toda la operación, la administración actuante, interlocutora con la propiedad, será el Consorcio del Besòs, del que forman parte los municipios que tocan al río (Barcelona, Sant Adrià, Santa Coloma y Montcada, además de la Generalitat).

Una de las novedades que se han conocido con la aprobación en la Comisión territorial de Urbanismo del Ámbito Metropolitano de Barcelona es que se creará una oficina que velará por la calidad arquitectónica del proyecto. La aprobación de este jueves es técnicamente “provisional”, y no será definitiva hasta que pase por la Comisión de Territorio de Cataluña, un trámite en el que el documento no se modifica ni una coma. Una vez pase por esta comisión, se publicará en el Diario Oficial de la Generalitat y estará en vigor. A la zona le queda un largo trámite de reparcelación y no se verán obras antes de 18 o 24 meses.

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