La UAB aparta de la docencia a otro profesor, denunciado por abuso de autoridad y acoso sexual

La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha suspendido de empleo y sueldo durante un año y dos meses a un profesor de filología hispánica por “abuso de autoridad” y por obtener “un beneficio indebido” con su condición de empleado público, según un comunicado enviado al alumnado. El centro apartó el pasado martes a otro docente condenado por la Audiencia de Barcelona por abusos sexuales. La secretaria general de la UAB, Esther Zapater, y la decana de la Facultad de Filosofía y Letras, Margarita Freixas, han explicado este viernes los detalles de ambas denuncias.

La sanción al filólogo se aplicará el próximo lunes con una resolución donde se atiende una denuncia de una alumna de doctorado por acoso sexual presentada hace un año y siete más por abuso de poder y acoso laboral, según adelantó el diario Ara. El acusado puede presentar alegaciones hasta hoy.

La UAB también apartó este martes a un catedrático de física condenado por la Audiencia de Barcelona a 18 meses de cárcel y nueve de inhabilitación por abusos sexuales cometidos entre 2016 y 2018 a otra alumna de doctorado. Ese docente seguía impartiendo clases en el centro desde que se publicó la sentencia, en febrero, hasta esta semana. De hecho, puede recurrir esta decisión judicial porque la sentencia no es firme.

La primera denuncia contra el profesor de la Facultad de Filosofía se presentó en marzo de 2022, cuando se activó el protocolo de la UAB. El expediente disciplinario, que se abrió en septiembre de ese año, se resolvió el pasado 17 de febrero. El profesor siguió impartiendo clases en todo ese tiempo salvo entre los meses de septiembre y enero por “razones personales”.

Zapater ha indicado que en los últimos dos años la UAB ha abierto cuatro expedientes disciplinarios por este protocolo y que están “abiertos” a modificarlo, como se hizo el pasado diciembre. Ha subrayado que el proceso está abierto a que participe toda la comunidad universitaria, incluyendo los estudiantes. Sin embargo, ha lamentado que no puede haber más “agilidad” en este tipo de casos porque “el marco legal” vigente no lo permite: “Nuestro ordenamiento jurídico permite que cualquier actuación de una de las partes se tiene que trasladar a otra y esta tiene derecho a formular alegaciones. Los tiempos judiciales son incalculables”.

A lo largo de ese año, las directivas de la UAB afirman que no han podido apartar al profesor por no tener competencias, pero defienden que se han aplicado otras medidas cautelares. Freixas ha detallado que se desdobló la asignatura de sintaxis que impartía el acusado para introducir a otra profesora como supervisora. La decana ha reclamado que, en su facultad de 4.000 alumnos, debe potenciarse “la sensibilización” sobre violencias machistas, especialmente en el alumnado que cursa estudios de doctorado: “Tenemos que conseguir que tengan confianza en nosotros. Que vean que los expedientes se ejecutan y que hay reparación para las víctimas”.

Varios representantes del sindicato CGT en la universidad han acompañado a una de las ocho personas que denuncia al profesor. Han criticado después del acto que no se ha realizado “un acompañamiento proactivo” a esta estudiante del grado de filología hispánica. “Cuando fue al gabinete jurídico de la UAB a presentar evidencias, le explicaron que al denunciar tendrían un interrogatorio frente al denunciado o su abogado. Cuando pidió a la universidad si podían aplicar alguna medida para garantizar su integridad, le respondieron que no”.

La universidad Pompeu Fabra de Barcelona abrió a mediados de febrero un expediente disciplinario a un catedrático de Farmacología después de recibir las denuncias de cuatro estudiantes de doctorado.

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