Croquetas, buñuelos y empanadas, los mejores bocados de los mercados de Barcelona se instalan en la plaza de Cataluña

Es viernes al mediodía, y las hordas de turistas o el estruendo del tráfico y de las obras del centro de Barcelona no son dignos competidores del disfrute del olor de las croquetas o buñuelos de bacalao tostados o del jamón ibérico recién cortado. Tampoco eclipsan el color de los encurtidos, ni ensordecen el sonido de la carne asándose, vuelta y vuelta, a la parrilla. Este fin de semana, las palomas de la plaza de Cataluña han sido desalojadas por los comercios de la feria Mercado de Mercados, donde comerciantes, paraderos y chefs recordarán la importancia de la gastronomía y los productos de proximidad. Un evento que, ante todo, demuestra cómo la cultura de mercados tradicionales se ha adaptado a las nuevas tendencias de consumo y gustos de los clientes, y ha hecho suyo el lema “renovarse o morir”, preservando su seña de identidad: el producto de la mejor calidad.

En el epicentro de la plaza, se encuentra el puesto Rosa Marina que, con más de 70 años en el mercado de Santa Caterina a sus espaldas, ofrece un mostrador lleno (por poco tiempo) de buñuelos, empanadas, coca de recapte, tostas o bocados de bacalao, así como distintos guisos con este pescado. “Renovar o morir” fue lo que inspiró a su actual dueña, Rosa Marina Navarro, a transformar el negocio después de 50 años de trabajo: “Teníamos que adaptarnos a los nuevos clientes, así que hace un año decidí comprar el obrador a un compañero que se jubilaba y, desde entonces, no solo vendemos bacalao y aceitunas, sino que podemos ofrecer toda esta variedad del producto ya cocinado”, ha contado. Su postura la comparte Inmaculada Roquet, quien junto a su marido lleva más de 20 años al frente de Olivas Francesc, en el mercado de La Boqueria. “Los jóvenes no vienen al mercado a comprar encurtidos, pero sí a por estas monadas. Todo esto es fruto de la ley de la supervivencia”, ha afirmado mientras señalaba con el dedo las muestras de bocados de atún con encurtidos y mermelada de tomate, o de queso, con anchoas y aceitunas.

Este escaparate se repite en muchos de los 13 puestos que reúne la duodécima edición de Mercado de mercados, impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona, a través del Instituto Municipal de Mercados de Barcelona (IMMB) y con la colaboración de la Federación de Mercados Municipales de Barcelona (FEMM). Allí, los comerciantes no solo ofrecen productos frescos y de calidad de distintas variedades (frutas, verduras, carne, pescado, encurtidos, legumbres), sino que tratan de mostrar al público como la atención individualizada de la venta tradicional va de la mano de los nuevos tiempos. Eduard Escofet, presidente de la FEMM, presume de que los mercados de abastos están “a punta de lanza comercial” y ha explicado que, para competir con los supermercados, se han puesto en marcha distintas estrategias para facilitar el acceso de los clientes al producto fresco y de proximidad que ofrecen.

El ritmo frenético de las grandes ciudades ha provocado un cambio en los hábitos alimenticios, ahora son pocos los que a diario tienen tiempo para ir al mercado y cocinar, lo que no significa que tengan que renunciar al producto de los puestos de barrio. Josep Balagué lleva “toda la vida” en el mercado de Santa Caterina trabajando, él forma parte de la “tercera generación” de una parada que empezó siendo de legumbres y ahora lleva el nombre de “Cuinats Josep”, como muestra su camiseta. “Hace unos años incorporamos croquetas, empanadas y demás productos preparados”, ha contado, así podrán calentarla y comerla en los sitios habilitados en las propias paradas o llevarla a casa o al trabajo. La instantaneidad es también la que llevó a Montserrat Alegre del mercado de Sant Gervasi a incluir los productos de su parada de comidas a granel en aplicaciones para móvil como Glovo, Uber Eats o Just Eat.

Para Escofet, el mercado no es solo un lugar donde “ir a comprar” sino una puerta a la “gastronomía de calidad” y esta ha sido la otra gran apuesta de los mercados de abastos de Barcelona, “demostrar que la restauración e incluso la alta cocina buscan nuestros productos por su garantía de calidad”, ha explicado. Entre los restaurantes invitados a la feria está el bistró vegetariano Rasoterra o el restaurante The Fish and Chips Shop que para elaborar sus platos compran los productos en los mercados de La Boqueria y de Galvany, respectivamente. Sus dueños han asegurado que su asistencia en la feria, además de darse a conocer, busca “mostrar a los ciudadanos que un restaurante puede funcionar con materia prima de mercado, sin necesidad de abastecerse de macro corporaciones”. Además, gracias al proyecto “Tu mercado tiene una estrella”, el Mercado de Mercados contará con la presencia y los talleres de chefs con estrella Michelín, como Oriol Castro del restaurante Disfrutar o los hermanos Sergio y Javier Torres, del restaurante Cocina Hermanos Torres, que este viernes han preparado un showcooking sobre sostenibilidad.

Además de los talleres de cocina, durante estos tres días la feria pone bares y terrazas a disposición de los visitantes y organiza actividades familiares e infantiles para mantener vivo su espíritu original: “Pese a estas transformaciones, los mercados siguen siendo una necesidad social y cultural. Casi han desaparecido las asociaciones o teatros vecinales, solo quedan los mercados de abastos como un lugar para conectar con los vecinos y, sobre todo, con el barrio”, ha confesado Escofet.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal