Juicio a Eduardo Zaplana: El adjudicatario de las ITV valencianas admite haber pagado mordidas por el amaño del contrato

Los empresarios José y Vicente Cotino han admitido este martes haber pagado sobornos por la adjudicación de parte de las estaciones de ITV valencianas, que fue amañada. Así lo han manifestado ante el tribunal de la Audiencia de Valencia que juzga al expresidente de la Generalitat y exministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, por el llamado caso Erial, en el que el dirigente del PP se sienta en el banquillo acusado de prevaricación, cohecho y blanqueo, entre otros delitos, por los que la Fiscalía Anticorrupción le pide 19 años de cárcel. Durante el interrogatorio, los hermanos Cotino han reconocido que el concurso estuvo “predeterminado” para que una de las empresas del grupo empresarial familiar se llevara uno de los lotes y que, posteriormente, pagaron por ese acuerdo, es decir, un soborno.

El abono de las mordidas, según han explicado, se realizó años después con los beneficios obtenidos de la venta de las participaciones de las sociedades en las que recayó la adjudicación. Y se dispuso a nombre de dos personas, el testaferro confeso de Eduardo Zaplana, Joaquín Barceló, alias Pachano, y el exjefe de gabinete del expresidente de la Generalitat, Juan Francisco García, tal como han explicado. Los Cotino no han mencionado a Eduardo Zaplana como destinatario último de las mordidas, aunque tampoco el fiscal les ha preguntado por esta posibilidad que da por probada tras la confesión del testaferro del exministro.

Según han relatado los empresarios, el ex director general de la Policía, su tío Juan Cotino, ahora fallecido, fue quien les transmitió tanto el acuerdo como el modo de pago del mismo. Tal y como han expresado, la adjudicación se produjo en 1997, y en 2001, Juan Cotino, cuando era director general de la Policía en el Gobierno de José María Aznar, llevó a Luxemburgo 640.000 euros para la constitución de dos sociedades, que llegaron a mover cerca de 12 millones de euros, según la investigación, y que acabaron en manos del jefe de gabinete y uno de los más directos colaboradores de Zaplana y de quien se confesó la semana pasada testaferro del entonces presidente de la Generalitat. Durante el interrogatorio, uno de los dos hermanos, Vicente Cotino, ha comentado que no conoció a Pachano hasta que compartieron un vuelo con él a Luxemburgo, a donde fueron para la firma de las empresas, y que no han tenido más contacto con él hasta la actualidad, a raíz del juicio. “Mi tío Juan Cotino me dijo que las empresas en Luxemburgo eran para el acuerdo por las ITV y le pregunté que eso para quién era y me dijo que de momento continuara yo al frente de la compañía durante un tiempo indeterminado”, ha descrito el empresario, quien ha reconocido que el pago a García y Barceló se produjo en 2005.

Por su parte, el exjefe de gabinete del presidente de la Generalitat ha relatado cómo se llevó a cabo el amaño. Juan Francisco García ha contado que fue Juan Cotino, en presencia de Eduardo Zaplana, quien le comentó “el interés” de su grupo empresarial familiar por el concurso de las ITV. “Se confeccionaron pliegos para que tuvieran los menores problemas y estuviera en situación de ventaja”, ha reconocido García que, además, ha hablado de la “voluntad” que existía para que los Cotino fueron adjudicatarios. El presidente del tribunal ha querido abundar en la confesión de este presunto delito de prevaricación y le ha exigido a García que detallara alguna de las condiciones incluidas en los pliegos para beneficiar a las empresas escogidas: “Tuvieron acceso al borrador del proceso de adjudicación y conocimiento de algunas características antes que los demás. Se incluyeron matices que les beneficiaban. El concurso se dividió en cinco zonas porque les beneficiaba, se elevó el tope de las ofertas y se valoró la implantación y conocimiento de la situación socioeconómica valenciana. Se hizo todo de manera tan fina que esos pliegos fueron informados favorablemente”, ha descrito.

“Cuando se resolvió la adjudicación, Cotino me transmite que vamos a tener participación del 30% de la adjudicataria”, ha continuado Juan Francisco García. También en ese momento, habló con Zaplana de los contratos. “Estoy arrepentido de determinadas actuaciones y reconocer los hechos sirve para reparar”, ha manifestado quien, en 2012, legalizó 2,3 millones de euros en la amnistía fiscal. García tampoco ha señalado directamente a Zaplana como beneficiario de esas mordidas pero sí ha dudado de que su amigo Barceló fuera realmente el receptor: “Alguien le diría a Cotino que debía ser beneficiario”.

Según la investigación, la red liderada por Eduardo Zaplana movió hasta 20,6 millones de euros en mordidas tanto por la adjudicación de las ITV como del plan eólico de la Comunidad Valenciana. Durante la sesión de este martes también ha declarado el sucesor de Zaplana en la presidencia de la Generalitat y expresidente de Bancaja, José Luis Olivas, quien se ha desvinculado de cualquier adjudicación del plan eólico. “No sabía ni quién se había presentado ni quién había sido seleccionado”, ha afirmado. Sin embargo, según Anticorrupción, Olivas recibió 580.000 euros de los Cotino por la adjudicación de parte de los parques eólicos. El fiscal sostiene que ese soborno se pagó a través de facturas falsas emitidas por una empresa de Olivas que jamás trabajó para el grupo empresarial y por las que tanto este como Vicente Cotino fueron condenados por falsedad y fraude fiscal.