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LAS CONSECUENCIAS DE LA DANA
Crónica
Texto informativo con interpretación

La cultura afronta el desastre de la dana, entre la parálisis y la creación

Creadores valencianos, compañías de teatro, librerías, salas de ensayo, colectivos musicales y programadores de salas de conciertos se recomponen como pueden tras la devastación

Aspecto de una  ilustración del libro 'María 'La Jabalina' y de una fotocopiadora tras el paso de la dana por el estudio de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner en Benetússer, en una imagen cedida por los autores.
Aspecto de una ilustración del libro 'María 'La Jabalina' y de una fotocopiadora tras el paso de la dana por el estudio de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner en Benetússer, en una imagen cedida por los autores.

Más de dos semanas después de la dana, aún es complicado cuantificar el daño material en el tejido cultural valenciano. La Mostra de València tuvo que suspender su último tramo, la fira Trovam! aplazó su celebración hasta diciembre (un mes) y gran parte de la programación musical y escénica de las salas y los teatros de nuestras ciudades ha sido cancelada. El entretenimiento en general y la cultura en particular pasan a un segundo plano ante la magnitud de una tragedia como la que se está viviendo, sobre todo, en L’Horta Sud, pero también en parte de la Ribera Alta y zonas de Los Serranos y Utiel, con centenares de viviendas arrasadas y decenas de librerías, auditorios y locales de ensayo completamente devastados. También salas de cine paralizadas, como las del complejo MN4. Pero también se olvida a veces que es precisamente el componente sanador de la cultura el que ayuda a salir adelante con mayor premura, el que puede actuar como dinamizador para doblegar la parálisis mental que atenaza.

Estado en el que quedó el local de la compañía Pot de Plom en Picanya, en una imagen cedida por el actor.
Estado en el que quedó el local de la compañía Pot de Plom en Picanya, en una imagen cedida por el actor.

El actor y cómico Xavi Castillo lo tiene claro: por eso no ha dejado de actuar ni habiendo perdido la práctica totalidad del local que tenía desde hace bien poco su compañía, Pot de Plom, en una zona de Picanya a solo 50 metros del barranco del Poyo. Casi le entra la risa ante la pregunta qué porcentaje ha podido salvar: “Diría que un 99 por ciento se ha ido al garete, entre escenografía, máscaras, textos y demás”, dice tras contarme que el fin de semana estuvo actuando en Alcoi y Paterna, y que ahora mismo se va a Manacor y Oliva. “¿Cómo coño voy a hacer de Darth Vader si no tengo ni la máscara?”, se pregunta sobre un show infantil que ha tenido que preparar prácticamente sin material.

Hace unos días compartió un video del improvisado paso de peatones, hecho a base de rocas y puertas de madera, que la gente ha hecho para poder cruzar el barranco entre Picanya y Paiporta, ya que cuatro de los que lo vadeaban han quedado destrozados. Pese a la destrucción, no piensa parar: “Hay suspensiones justificadas, como en Aldaia, pero no en la Vila Joiosa, Borriana o Vinaròs: si las ferreterías que pueden permanecen abiertas, nosotros también”, afirma. El sector teatral ha visto cómo Albena, Micalet, Cuenfuegos, Maduixa, Bramant Teatre o Sala L’Horta, entre otras compañías, han visto su infraestructura hecha trizas. Habrá que ver cómo se concreta la ayuda de dos millones de euros anunciada por el gobierno central. Y esperar a que la Conselleria del ramo se pronuncie en algún momento sobre cómo piensa afrontar la reconstrucción del sector.

Estudio inundado de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, en Benetússer, tras la dana, en una imagen cedida por los afectados.
Estudio inundado de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, en Benetússer, tras la dana, en una imagen cedida por los afectados.

De una opinión similar a la de Castillo es la ilustradora y dibujante Cristina Durán, premio nacional del cómic en 2019, quien vio su estudio de Benetússer asolado por la riada. “Hay quien necesita dibujar, actuar o cantar, porque es terapéutico, pero también quienes necesitan reposarlo todo”, afirma sobre una decisión que, entiende, debe ser personal. Parte de la biblioteca de comics que acumulaba durante 45 años su pareja, el guionista Miguel Ángel Giner, y “casi todos los primeros trabajos de treinta años de profesión”, han ido a parar a una montaña de escombros de entre la que descubre “recuerdos que son como una reconstrucción de la memoria, hecha a trozos”. Tuvo la relativa suerte de que el agua les pilló, a ella y a toda su familia, en su casa contigua al estudio, aunque recalca lo “ofensivo que es que te llegue la alarma cuando el agua te llega a los pies”.

Lo que más le aflige “es lo sentimental, aunque duela decirlo por estar vivos”, admite. Justo cuando terminaba de dar los últimos retoques a un libro sobre su experiencia como enferma de cáncer de mama, se ha visto en la obligación, casi moral, de abordar todo este desastre desde una óptica similar a la que empleó en El día 3 (2019), su novela gráfica sobre la tragedia del metro: “Si pudiera, no cogería un lápiz de aquí a Navidad: solo voy a hacer tres encargos relacionados con la DANA y ahora que pensaba que ya no afrontaría otro proyecto socialmente duro, porque es agotador emocionalmente, tengo a Miguel Ángel con la fase previa al guion: tiene que haber un libro sobre esto, con una parte luminosa, de solidaridad, de anécdotas con los vecinos y desahogarte gracias al humor, pero también drama, como en la vida misma, y una reivindicación de los servicios públicos, que tendrían que haber estado aquí el primer día”, confiesa. Lo achaca a “la nefasta gestión de la Generalitat”. ”El sector editorial admite la pérdida de más de un millón de euros y más de medio millón de libros perdidos en locales como Bufanúvols, Somnis de Paper, Samaruc o La Moixeranga, distribuidoras como Gea Llibres y editoriales como Drassana, Bromera, Afers o Sargantana. Hubo quien perdió a su padre en un garaje de Paiporta, como el dibujante de cómics Adrián Bonilla.

Instrumentos musicales en la sala Assaig de Massanassa. / David Coronado
Instrumentos musicales en la sala Assaig de Massanassa. / David Coronado

Los locales musicales de ensayo más concurridos de la comarca – y posiblemente de toda la provincia, junto a los que se ubican en Alboraia, al norte de la capital –, los L’Assaig de Massanassa, también vieron cómo 42 de sus 63 salas quedaron anegadas, con cientos de instrumentos y amplis inservibles. Bandas como Star Trip (quienes acababan de publicar su nuevo álbum) y Wau y los Arrrgs lo han perdido prácticamente todo. Voro Benito, su gerente junto a Satu Moya (quien pasó casi toda la noche sobre el techo de su furgoneta aguardando la bajada del nivel del agua), comenta entre lágrimas que lo más jodido es “ver cómo las ilusiones de la gente están rotas”. Le consuela un poco saber que las quince personas que había ensayando pudieron salvar su vida gracias al segundo de sus pisos. Por sus locales han pasado Los Rebeldes, Benito Kamelas o Manu Tenorio. El futuro de los músicos, que “más que clientes, son amigos” (de hecho, él también es músico, al frente de su proyecto La Golferia), es incierto porque cree que el seguro de responsabilidad civil no cubre el material de los grupos: “Es como si alquilaran un apartamento”, arguye. Ni siquiera él se había preocupado de sus enseres.

“Pianos eléctricos y de pared, instrumentos de percusión, amplificadores, equipos de megafonía para exterior, mesas de sonido, discos, libros y partituras originales” son algunos de los materiales que han perdido en Sedajazz, el colectivo y escuela de músicos ubicado entre Paiporta y La Torre, con más de 300 alumnos y 24 profesores, tal y como cuenta su director musical, el saxofonista y clarinetista Francisco Blanco “Latino”. A punto de coger un avión junto a María Schneider, dentro de una gira por Europa que ha tenido que combinar con algunas visitas a la zona del desastre, donde también reside, cuenta su situación: “Durmieron allí ocho personas, hicimos un crowfunding con el que apenas vamos a cubrir unos pocos gastos”. Indica que han tenido que trasladar casi toda su actividad a la Escola de Música Societat Musical la Uniò de Tres Forques, al otro lado del Turia, que ha tenido el detalle de cederles parte de sus instalaciones, y lamenta que una de sus alumnas de diversidad funcional, Susana, fuera una de las personas encontradas sin vida tras días de búsqueda. Su padre sigue sin aparecer. Hará falta mucho tiempo, trabajo, capacidad de regeneración y medios para volver a levantar todo esto.

Plan de choque de 100 millones

Este martes, la Consejería de Educación, Cultura, Universidades y Empleo está trabajando en un plan de choque para activar para la reconstrucción una vez finalizada la primera fase de recopilación de daños. La secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, junto al director general de Cultura, Miquel Nadal, y el director del Institut Valencià de Cultura (IVC), Álvaro López-Jamar, han mantenido diversos encuentros con representantes de los sectores culturales para trasladar las diferentes medidas que se están llevando a cabo para su recuperación y recoger sus sugerencias. Este lunes, Tébar se reunió con representantes de artes escénicas y del sector de la música y este martes con el sector audiovisual, con el sector de artes visuales y diseño y con las editoriales. Las reuniones de seguimiento tendrán una periodicidad de quince días.

Cultura ha proyectado una estimación preliminar de recuperación de industrias culturales de 94.800.000 euros a financiar mediante presupuesto de la Generalitat, del Gobierno de España y a través de fondos europeos.

Donación de cuatro millones de Hortensia Herrero

Además, la mecenas Hortensia Herrero, vicepresidenta de Mercadona, donará cuatro millones de euros a los afectados por la dana, a través de la Fundación que lleva su nombre. Desde la fundación de la también vicepresidenta de Mercadona inciden en que “en los últimos días se ha ido conociendo el alcance real de la devastación del temporal en las localidades afectadas y Hortensia Herrero ha decidido colaborar en la recuperación de parte del sector cultural, educativo y con fuertes raíces en el territorio”.

Así, la mecenas valenciana aportará esos cuatro millones de euros para “ayudar e impulsar cuatro sectores muy concretos: el textil tradicional valenciano, sociedades musicales, escuelas de danza y centros Educativos”, detallan las mismas fuentes.

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