De defender no presentar leyes a prometer siete
El Ejecutivo, que dijo que lo “liberal” es no legislar para explicar su poca productividad, cambia de rumbo
Mucho antes de que estallara la crisis del coronavirus, cuando la Asamblea de Madrid seguía activa, el Gobierno de coalición formado por PP y Cs ya transmitía síntomas de parálisis: no había logrado aprobar ni una sola ley, y en sus primeros cinco meses en el poder solo había enviado a la Cámara un proyecto —luego rechazado—, por los ocho que había preparado en el mismo periodo de tiempo el Gobierno de Cristina Cifuentes, y los cuatro del último Ejecutivo de Esperanza Aguirre. Ayer, sin embargo, Isabel Díaz Ayuso anunció un cambio de rumbo: enumeró hasta siete proyectos legislativos en cartera.
En un discurso preñado de referencias al liberalismo y la libertad — “Este es un gobierno liberal. Liberal porque cree en la Libertad por encima de cualquier otra cosa”, llegó a decir la presidenta— ese listado de proyectos supuso una alteración radical del guion mantenido por el Gobierno hasta la fecha.
“Este es un Gobierno liberal, que no aspira a legislar por legislar, sobrecargando innecesariamente al ciudadano con un exceso de normativa”, había argumentado hasta ahora el Ejecutivo para justificar la falta de proyectos tramitados en la Asamblea.
Y de repente, siete en cartera: la del Mercado abierto, la del Juego, la de Presupuestos, la de la Sociedad del Aprendizaje, la de Economía Circular, la que debe blindar la educación concertada y la especial en la región, y la reforma de la ley del suelo.
“Una cosa es legislar por legislar, creando más maraña burocrática, estos proyectos van en la línea de la desregulación, la liberalización”, explicó un portavoz gubernamental, que precisó que algunos de esos proyectos ya eran conocidos antes del discurso: por ejemplo, las leyes de la Sociedad del Aprendizaje, la de Presupuestos, o la reforma de la del suelo.
No obstante, esas propuestas legislativas del Gobierno, que se unen a su voluntad de reformar el estatuto de autonomía, se toparán con las mismas dificultades que explican su nula producción hasta la fecha.
Desde que accedió al poder, en agosto de 2019, la conjunción de PP y Cs siempre ha dependido de Vox para aprobar cualquier medida. En este tiempo, el entendimiento de PP y Vox ha sido tan explícito como el desencuentro entre Cs y Vox. Esa circunstancia, que ya impidió aprobar una rebaja fiscal, se repetirá ahora.
“Nada en los próximos meses será fácil. A todos este virus nos ha complicado mucho nuestras vidas”, dijo Díaz Ayuso. “Sin comprensión, sin empatía y compromiso por un proyecto común, la reactivación será más complicada”, aseguró. “De esta circunstancia tan difícil, saldremos con unidad y con trabajo, o no saldremos”, añadió, como pidiendo el apoyo de la oposición. “A esto invitamos a todos desde el Gobierno: a trabajar unidos”.
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