Javier Luengo, consejero de Políticas Sociales en Madrid: “Queremos redoblar la inspección a las residencias”
El sustituto de Alberto Reyero espera que 2021 traiga una lluvia de dinero público que permita al sector contratar más personal para mejorar la atención a los mayores
Javier Luengo prefiere aparecer sin chaqueta en la foto. Sale de su despacho de consejero de Políticas Sociales y aguanta en la terraza el frío en mangas de camisa durante casi cinco minutos de sesión. Luengo es un madrileño de 46 años criado en los barrios obreros de San Blas. Durante dos décadas trabajó en asociaciones para la defensa de las personas con discapacidad. Desde el 7 de octubre es el máximo encargado de gestionar los asuntos que afectan a los madrileños más vulnerables. Tomó el relevo de Alberto Reyero, el único consejero que ha abandonado el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Esta consejería que correspondió a Ciudadanos en el pacto del año pasado con el PP es un puesto difícil. Reyero salió del Ejecutivo tras sus quejas por la gestión de la pandemia en las residencias. Luengo era su mano derecha durante los días en que Reyero criticaba los protocolos de la Consejería de Sanidad que privaron de auxilio a miles de ancianos enfermos.
Pregunta. Hereda un cargo difícil. ¿Le preocupa acabar en una situación complicada como Reyero?
Respuesta. A mí esta consejería me parece la mejor. No me parece un puesto difícil. Me parece una consejería muy bonita en la que uno puede trabajar para cambiar cosas en la sociedad y llegar a los que más lo necesitan.
P. ¿Cómo se tomó la decisión de nombrarle a usted?
R. Son decisiones que toman las personas con más responsabilidad en Ciudadanos a nivel estatal y de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, César Zafra... Entiendo que confiaron en mi trabajo como viceconsejero y que era una solución razonable puesto que ya estaba dentro del equipo. De hecho, para mí ha sido un aterrizaje bastante fácil.
P. ¿No dudó?
R. No. La decisión fue fácil puesto que había estado en el proyecto anterior, trabajando codo a codo con Alberto Reyero.
P. ¿Quedaron abandonados a su suerte los mayores de residencias?
R. Lo importante es lo que hemos aprendido. Nos encontramos un virus que venía sin libro de instrucciones y hubo que tomar decisiones muy rápidas y transformar el modo en que estábamos viviendo prácticamente de un día para otro. Hoy podemos decir que hemos implementado muchas mejoras y la situación está controlada. Lo decimos siempre con cautela.
P. Su predecesor dijo en junio que el Gobierno de Ayuso tomó decisiones que pudieron ser inmorales e incluso posiblemente ilegales. ¿Qué opina usted?
R. Yo estuve trabajando con Alberto Reyero mano a mano muchos meses. Creo que todo el mundo se ha dejado la piel en esta consejería y en general en el Gobierno de la Comunidad. Lo que sí te puedo decir es que he formado parte del equipo de Alberto Reyero y hemos estado 24 horas pensando, trabajando y esforzándonos.
P. Él se refería a la Consejería de Sanidad y a los protocolos de no derivación a hospitales.
R. Sí, pero lo importante es cómo estamos hoy atendiendo a los mayores y todo lo que se ha aprendido. Ahora mismo el trabajo con la Consejería de Sanidad y su dirección general de coordinación sociosanitaria es muy fluido. Los mayores llevan muchos meses en aislamiento y necesitamos encontrar el cauce para que tengan las salidas y visitas que merecen. Necesitan ver a los familiares con cautela estas Navidades.
P. ¿Podrán salir todos en Navidad?
R. Tenemos un protocolo para Navidad. Si ya han pasado el covid podrán salir con cierta normalidad. Si no, haremos un control mayor. Como mínimo deberán salir tres días y deberán volver a la residencia un día laborable. Les haremos un test de antígeno y durante 48 horas estarán en una zona amarilla de contacto restringido. A las 48 horas les haremos un nuevo test.
P. ¿Deben ampliar sus plantillas las residencias?
R. La pandemia nos ha enseñado mucho y una cuestión para avanzar es dotar de más profesionales a los centros. Queremos hacer una inversión sin precedentes que rondará los 70 millones de euros para pagar más a las residencias privadas que conciertan plazas con la Comunidad. Queremos que ese dinero sirva para aumentar las plantillas. Es uno de nuestros objetivos fundamentales para 2021. Otro será redoblar la inspección a las residencias gracias a un aumento significativo de nuestra plantilla de inspectores.
P. A esos 70 millones se sumaría el posible dinero del fondo europeo y el presupuesto estatal ya aprobado por los diputados. ¿Trae 2021 una lluvia de millones para los mayores dependientes?
R. Ojalá. Desde luego podríamos mejorar las ratios de atención y los recursos porque tenemos un problema estructural. No hay que olvidar que la atención a la dependencia surgió con un acuerdo por el que el Estado iba a financiar el 50%. Nosotros actualmente financiamos el 85% y el Estado poco más del 15%.
P. Reyero prometió en octubre de 2019 una web con las sanciones a las residencias para que las familias elijan con la información más completa. ¿En qué ha quedado?
R. Ciudadanos ha supuesto para la Comunidad una apuesta por la transparencia. Hemos publicado las listas de espera de las ayudas a la dependencia. Nuestro compromiso es mantener esa promesa de Reyero y hacerlo lo antes posible. La pandemia ha supuesto un parón y estamos trabajando para recuperar ese tiempo.
P. La Comunidad ha difundido un vídeo donde aparecen niños con discapacidad. Ataca su inclusión en las escuelas ordinarias, uno de los objetivos de la ley Celaá. ¿Qué opina?
R. Yo creo que como Administraciones debemos poner los recursos para que los alumnos con algún tipo de necesidad educativa especial tengan la mejor educación. ¿Dónde tienen que estar los alumnos? Mi respuesta es donde quieran los padres.
P. ¿Eso no contradice lo que defendía usted como director de la plataforma Plena Inclusión Madrid?
R. No, no. Es lo mismo. Yo apuesto por una educación también inclusiva en la que los alumnos con discapacidad puedan estar en los centros donde está el resto de alumnos, y tengan los mayores recursos y los profesores más preparados para atender a la diversidad. Pero también apuesto por que aquellas familias de alumnos con mayores dificultades que quieran llevarles a un centro de educación especial tengan acceso a ellos con los mayores recursos.
P. EL PAÍS habló con un profesor del colegio donde se grabó el vídeo y dijo que a los niños no se les informó bien de cuál iba a ser el destino de la grabación. ¿Qué piensa?
R. La verdad que de eso no tengo información. Entiendo que es una pregunta que sería más razonable que contestara la Consejería de Educación.
P. ¿Cómo se explica que la Comunidad esté gastando menos en pobreza que antes de la pandemia?
R. El presupuesto de 2019 está prorrogado y las cantidades destinadas a colectivos vulnerables y en riesgo de exclusión son las mismas.
P. Me refiero a que el número de beneficiarios de la Renta Mínima de Inserción [RMI] es menor desde julio. Hubo un descenso significativo de beneficiarios cuando el Gobierno central introdujo el Ingreso Mínimo Vital [IMV]. Ahora la Comunidad se ahorra unos dos millones de euros al mes. ¿Qué va a hacer con ese dinero?
R. Sí que es verdad que se va a producir una reducción paulatina de los beneficiarios de la RMI autonómica porque el IMV estatal tiene preferencia según la ley. Y respondiendo a su pregunta, nuestro compromiso es que ese dinero que no se ejecute se siga destinando a la gente que más lo necesita para que no dejen de percibir un solo euro.
P. ¿Por qué la Comunidad no ha optado por combinar ambas prestaciones como han hecho Navarra o Euskadi?
R. Solo lo han hecho esas comunidades que tienen Hacienda propia y que ya entregaban unas rentas de inserción muy por encima del IMV. Lo que han hecho es acomodar el ingreso del Estado para mantener la renta de esas personas en el mismo nivel que tenían.
P. Madrid es una región cara, ¿no sería razonable sumarlos para que la gente más pobre tenga más recursos?
R. Lo estamos analizando. Cualquier propuesta de mejora para los colectivos que perciben RMI debe estar recogida en unos nuevos presupuestos que nos permitan seguir avanzando en políticas sociales.
"Debemos ir a un modelo con residencias mucho más pequeñas"
Uno de los debates en el sector de los geriátricos gira en torno a si la ley debe obligarlos a convertirse en pseudohospitales. Esa medicalización, que no fue real cuando llegó el virus ni lo es ahora, conviene a los gigantes del sector porque las pymes tienen menos recursos para transformarse. Prefieren seguir siendo hogares de mayores a secas.
Pregunta. ¿Es usted partidario de la medicalización?
Respuesta. Yo soy partidario de que las personas mayores o cualquier otra persona atendida en un centro social tenga la atención sanitaria en el momento que lo requiera y para eso hay múltiples maneras de hacerlo. Lo que tiene que existir realmente es una buena coordinación sociosanitaria que permita que aquellas personas que viven en una residencia, que no tiene que ser un hospital ni una residencia hospitalizada o semihospitalizada, tengan la atención sanitaria en el día y momento que lo requieran. Pero sí creo que hay que hacer una reflexión sobre cambios en el modelo. Tenemos que reflexionar sobre un modelo de atención mucho más personalizado, donde la persona mayor esté en el centro de la atención, y tenemos que reflexionar si los modelos de hace ya bastantes años son los que tenemos que tener en el futuro.
P. ¿A qué se refiere cuando piensa en atención personalizada?
R. Que las personas estén en el centro de la atención. Los centros no tienen que configurarse con una estructura basada en la gestión y luego la persona que viene de fuera debe adaptarse. Yo creo que es el centro el que debe acomodarse a la persona y estructurarse en función de sus necesidades que son diferentes para cada uno. No es lo mismo una persona con gran dependencia que una persona con discapacidad física, o una persona con discapacidad mental, o una persona mayor con capacidades mentales intactas.
P. ¿Eso supone una residencia más pequeña y menos masificada?
R. Eso es un aspecto fundamental. Para dar una atención personalizada debemos ir a un modelo con residencias mucho más pequeñas. Al final es el hogar de una persona y debemos reconstruirlo solo que con unos servicios que en su casa no tenía y nosotros debemos facilitárselos.
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