Filomena cerró Madrid con un nevada histórica
Caos en la M-30 y en la M-40, túneles cerrados, clausura prematura de El Corte Inglés y recomendación de usar cadenas en la capital
Filomena será un nombre para recordar en Madrid. Llegó Filomena y cerró Madrid. O confinó Madrid y no por decreto. Será recordado: 8 de enero de 2021, en medio de la tercera ola de una terrible pandemia como nunca antes se había conocido.Desde luego, cerró El Corte Inglés a partir de las 20.00 horas, que no es cualquier cosa, en el comienzo de las rebajas. Colapsó la M-40, luego la M-30, las dos arterias de la capital y dejó a media tarde un aviso que no se recordaba: será necesario el uso de cadenas en la capital a partir de las diez de la noche. La imagen idílica del Retiro nevado, de la Casa de Campo con esquiadores, de los tejados, parques y jardines vestidos de blanco para la ocasión, pasó a un segundo plano en tanto avanzaba la jornada sustituida por las noticias de que la tormenta se transformaba en caos y los autobuses, para empezar, comenzaban a tener dificultades para circular.
El alcalde José Luis Martínez -Almeida anunció aquello de “alerta roja” a media tarde de ayer en su cuenta de Twitter, para advertir a continuación de que la situación en las calles de la capital “no era buena” y pedir precaución a los madrileños. Muchos habitantes de la capital y de la Comunidad sabían que estaban en alerta roja desde la noche anterior, por los avisos de los servicios meteorológicos que lo han propagado por todos los medios de comunicación. Fuera tardío el aviso del alcalde o extemporáneo con tan solo mirar por la ventana, estaba cantado que se iba a producir una gran nevada, con aperitivo el jueves y con un segundo plato para el sábado, y que las temperaturas podrán alcanzar cifras récord con el inicio de la semana. Madrid, a media tarde, ya vestía de blanco incluso sus calzadas, como hace mucho tiempo que no se veía. ¿Gran nevada?, ¿nevada récord?, habrá que esperar el juicio de los meteorólogos.
El Ayuntamiento informaba a primera hora de la anulación de los parquímetros hasta el lunes y pedía “minimizar los desplazamientos y extremar las precauciones”. Era el primer paso.
Las consecuencias de lo que se veía venir, antes del aviso del alcalde de la capital, aparecieron por numerosos lugares. La primera polémica saltó con el empeño de la Universidad Rey Juan Carlos y de la Politécnica de exigir que los exámenes del lunes sean presenciales aunque se esperen temperaturas que pueden bajar de los -10 grados no sin antes calmar a la población estudiantil advirtiendo de que las ventanas estarán abiertas, para que circule el aíre polar y se reduzcan los riesgos de contagio.
“Las previsiones de hasta 13 grados bajo cero para la semana próxima, sumadas a la alerta roja de temporal de nieve para hoy y mañana, hacen inviable la continuidad de los exámenes de enero”, aseguran los alumnos en un comunicado, donde piden cambiar los exámenes presenciales de enero. La Politécnica no dio respuesta. Diferente decisión tomaron tanto en la Autónoma como en la Complutense, que aplazaron la convocatoria de enero.
Polémica no hubo ninguna en lo que respecta a colegios e institutos, que encenderán la calefacción el sábado como previsión para lo que pueda suceder el lunes. “He dado la orden de dejar la calefacción puesta en todos los colegios, institutos, escuelas infantiles y demás centros durante todo el fin de semana, de cara al lunes”, manifestó la presidenta Isabel Díaz Ayuso en su cuenta de Twitter, “La nieve nos dirá cómo evolucionan calles y caminos durante el fin de semana”.
Ya a mediodía, Ayuntamientos como los de Alcorcón y Móstoles, entre muchos otros, anunciaban el cierre de polideportivos y bibliotecas y la instalación de algunos locales para acoger a personas sin hogar o vulnerables. La Federación de Fútbol de Madrid anunciaba la suspensión de todos los partidos previstos para el fin de semana en las categorías inferiores y regionales.
En la sierra, la situación estaba prevista. Los puertos de Morcuera, Canencia y Navafria, y las carreteras M-328, M-319 y M-325 de la red de carreteras dela Comunidad permanecían cerrados al tráfico desde las seis de la tarde. Emergencias avisaba, sin embargo, que se daría prioridad a las vías con más afluencia de tráfico y advirtía de que estas zonas podían estar cortadas durante horas. Pero si el corte de carreteras en las inmediaciones de la sierra madrileña era un hecho previsible, el aviso hacia las 19.00 horas de que la M-40, una de las dos vías de circunvalación de la capital, quedaba cortada por el bloqueo de varios automóviles, significaba que los problemas empezaban a ser más graves.
A las incidencias en las carreteras se sumaba lo que estaba empezando a pasar en el interior de la capital. Quedaba cortado el túnel de Sinesio Delgado, el de la República Dominicana, llegaba el anuncio de que el SER (Servicio de Estacionamiento Restringido, los parquímetros) quedaba anulado para el lunes. Después de la M-30, le llegó el turno a a M-40. “cortada entre el nudo Norte y el nudo de Manoteras en ambos sentidos”. Los dos cinturones que marcan la circulación de la capital, quedaban colapsados. El Corte Inglés anunciaba el cierre de sus establecimientos. ¿Ha vuelto el estado de alarma? A las 19.30 llegó la noticia más inesperada: se recomendaba el uso de cadenas para transitar por la capital a partir de las 22.00 horas. Lo nunca visto.
Avanzada la noche, con las carreteras cortadas y las calles impracticables, llegó la noticia que terminaba por consumar la jornada: el cierre del aeropuerto de Barajas. El remate final de la esperada gran nevada.
La tarde, como anunciaba con retraso Almeida, no pintaba bien, efectivamente.
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