La fiesta del feminismo conservador

Hay un feminismo de lazos morados y protesta callejera y otro feminismo de ejecutivas de traje que premian a hombres conservadores. El segundo tuvo un día importante este miércoles en Madrid con ocasión de la entrega por primera vez de unos reconocimientos llamados Embajadores de la Igualdad. La fiesta la organizaba Women in a Legal World, una joven asociación madrileña de mujeres directivas en el sector legal. Desde 2019, entregan anualmente unos galardones a mujeres, pero han decidido crear una nueva categoría con el fin de involucrar a los hombres en la lucha por la igualdad.

Había mucho poder bajo un mismo techo en un pabellón acristalado en los jardines de Cecilio Rodríguez del Parque del Retiro, donde se celebró la ceremonia. Muchos premiados son conocidos por su ideología conservadora: políticos del Partido Popular como el alcalde José Luis Martínez Almeida o el consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Enrique López; altos cargos del Poder Judicial nombrados por el PP como Carlos Lesmes, presidente del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Juan José González Rivas, presidente del Tribunal Constitucional, o el magistrado del Supremo Manuel Marchena. La propia asociación tiene en su consejo asesor a varias exministras del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, Isabel Tocino o Ana Pastor.

Una excepción llamativa entre los premiados, por tratarse de alguien de corte progresista, era el ministro de Justicia, Juan Carlos Campos, pero no fue al acto. Las organizadoras dijeron que se tuvo que ausentar por “motivos de actualidad”, sin mencionar una palabra maldita en la sala, indultos.

El feminismo de Women in a Legal World pone el énfasis en la desigualdad de hombres y mujeres en la competición por el poder. La presidenta de la asociación es Marlen Estévez, una abogada directiva en el despacho del padre de la Constitución Miquel Roca. Estévez relató cómo hace ocho años se produjo su epifanía como feminista, cuando se enfrentó al dilema de poner en pausa su carrera profesional para ser madre: “Hasta ese momento no había sentido diferencia alguna por ser mujer. Mis padres me habían dado la oportunidad de formarme en las mejores escuelas, pero cuando llegó el momento de la natalidad, mi entorno más cercano me preguntó qué iba a hacer con mi trabajo”.

“Fue en ese momento cuando descubrí que los hombres y las mujeres no éramos iguales, ya que solo se nos hacía a nosotras esa pregunta, y que lo que la sociedad esperaba de nosotras no era lo mismo. Fue en ese momento cuando entendí que esto no podía seguir pasando y que gran parte del problema era cultural”, añadió. Y reconoció que mujeres menos privilegiadas que ella lo pasan aún peor: “Si para nosotras es difícil, para ellas mucho más”.

A los hombres premiados que la escuchaban con atención les dijo que existe un problema real de desigualdad basado en datos objetivos: las mujeres son minoría en las altas esferas: “Ningún país del mundo ha alcanzado la igualdad de género. Las mujeres no están alcanzando las cimas de sus profesiones y ello incluye a España”. Otra de las organizadoras, Ana Martínez Enguidanos, confesó que siente “vergüenza” cuando apenas ve mujeres en las fotos del mundillo legal en España. La asociación ha elaborado informes sobre la brecha salarial o los impactos negativos del teletrabajo en las mujeres.

No quedaron muy claros los méritos de los premiados. Las organizadoras destacaron su apoyo a la asociación o el hecho de que habían sido miembros del jurado en los premios para mujeres que da la asociación. De haber sido miembros del jurado, la oposición en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid nunca hubieran dado un premio a Almeida o López. El primero suprimió la Dirección General de Igualdad en el organigrama municipal y apoyó en enero la propuesta de Vox de eliminar el mural feminista de Ciudad Lineal (que dos meses más tarde fue vandalizado). El grupo parlamentario del segundo ha apoyado esta semana que en adelante la Asamblea de Madrid guarde minutos de silencio por cualquier muerte, sea de hombre o mujer, en la violencia intrafamiliar. Ni uno ni otro político hablaron en el acto feminista, pero ambos dieron las gracias en un vídeo breve de todos los premiados.

En su alocución, Estévez resaltó que los premios buscan comprometer a los galardonados de cara al futuro. En ese sentido, pareciera que el verdadero fin del título Embajador de la Igualdad es que sus portadores den ejemplo, como cuando el presidente Barack Obama recibió el Nobel de la Paz sin haber hecho prácticamente nada.

La maestra de ceremonias reconoció la extrañeza que los condecorados podían sentir: “Este acto es muy simbólico ya que es la primera vez que una organización de mujeres directivas hace un reconocimiento de este tipo a vosotros, los hombres”.

“Os preguntaréis, ¿por qué?”, les dijo y explicó que muchos son feministas sin saberlo y que su participación activa es importante para conseguir romper el estereotipo del feminismo como una lucha de géneros. Sin mencionarlo, evocó a la feroz batalla cultural de parte de la derecha contra las “feminazis”. Acabó con un mensaje que fue recibido con un fuerte aplauso: “Viva España y vivan nuestros Embajadores”.

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