El laberinto político y jurídico de Almeida para sacar adelante su alternativa a Madrid Central

José Luis Martínez-Almeida terminó la semana pasada el Camino de Santiago. El alcalde de Madrid se marchó a finales de agosto a Galicia para desconectar unos días de vacaciones. El nuevo curso político se preveía soleado en el Palacio de Cibeles y qué mejor manera de disfrutar de las vacaciones que con un plato de pulpo. No lo hizo solo, a su lado estuvo el delegado de Movilidad y Medio Ambiente, Borja Carabante, con quien despachó kilómetros y kilómetros de rutas. “Fue un gran viaje”, aseguro ayer en una entrevista en la cadena SER. Almeida, sonriente, subió varias fotos de la hazaña en su perfil de Instagram. De vuelta al asfalto de la capital, el PP afronta esta semana una cita crucial para el futuro de la capital de España.

Si no logra el apoyo a la nueva ordenanza de movilidad —conocida como la alternativa a Madrid Central— todos los coches, independientemente de que tengan o no etiqueta medioambiental, volverán en breve a circular por el centro de Madrid sin multas. Desde la semana pasada, la votación estaba fijada para este viernes en un pleno extraordinario. El equipo de Borja Carabante lidera las negociaciones con el resto de grupos para tratar de aprobar la normativa. Cesiones y concesiones hasta el último momento. Vox, su socio prioritario, se plantó hace semanas. No quiere ni oír hablar de Madrid Central.

El PSOE, por su parte, se muestra dispuesto a ceder en algunas cuestiones. La abstención puede llegar, pero populares y Ciudadanos tendrían que tragar con muchas alegaciones. Y Más Madrid quiere Madrid Central siga como hasta ahora: qué es eso de ceder más espacio a los coches con la entrada de hasta 15.000 nuevos vehículos por parte de los comerciantes.

Y, sin embargo, todo dio un giro a las seis de la tarde de este lunes. La Justicia ha decidido que cuatro de los 19 concejales de Más Madrid puedan formar el Grupo Mixto y voten así a favor de la ordenanza de Almeida, si aceptan algunas de sus enmiendas: planes para las bicis, soterramiento de la A5 y el mantenimiento de la entrada de las motos a la zona centro hasta las diez de la noche y no hasta las once, como proponen los populares. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí?

Desde hace varios meses, los ruidos y los cuchicheos en el Palacio de Cibeles están marcados por cuatro concejales que se presentaron con Manuela Carmena a las elecciones de 2019 y que, en abril de este año, decidieron salirse de la formación por discrepancias con la portavoz, Rita Maestre. Desde entonces, han estado arrinconados, sin voz, ni voto. Los cuatro se hacen llamar Recupera Madrid, pero no formaban parte del Grupo Mixto ni tan poco eran concejales no adscritos. Eran de Más Madrid, pero prácticamente ausentes. La justicia es quién determinará esa decisión en los próximos meses.

Pero, de pronto, a las seis de la tarde de ayer, un tribunal madrileño se sumó con un giro de guion inesperado para salvar la normativa de Almeida, al levantar la suspensión cautelar que impedía a los ediles formar el Grupo Mixto. Hasta que el caso se resuelva de manera definitiva, los concejales podrán constituirlo. Un espaldarazo a la tesis del Ayuntamiento, que considera que deberían estar ahí según la ley.

“Salimos de un limbo en el que llevábamos desde el 5 de abril”, cuenta por teléfono Luis Cueto, uno de los cuatro ediles escindidos. “Esta cuota de cuatro concejales hará que personas que sintonicen más con nuestra forma de ver la política se sentirán más representados que con Rita Maestre, que no ha gestionado nada”.

Más Madrid: “Condenamos que Almeida compre votos”

Por su parte, Más Madrid ha enviado una nota de prensa a los medios con unos ataques durísimos a sus excompañeros y al alcalde: “Condenamos que Almeida compre votos mostrando la peor cara de un PP que, ante la imposibilidad de apoyar esta ordenanza con los votos de los grupos municipales constituidos, utilice este tipo de artimañas que ensucian la institución y que pueden provocar graves perjuicios al Ayuntamiento y a la ciudadanía”.

Los cuatro concejales reciben la etiqueta de carmenistas: Marta Higueras es íntima amiga de Carmena y fue la teniente alcalde de la capital durante su mandato; Luis Cueto es el sobrino político de la exalcaldesa y fue su coordinador general de la alcaldía; Felipe Llamas fue su jefe de Gabinete en el Palacio de Cibeles y José Manuel Calvo, el máximo responsable de Urbanismo, una de las carteras más fuertes del Ayuntamiento.

El alcalde, según confirmó en la cadena SER a última hora de la tarde de ayer, convocará en las próximas horas un pleno extraordinario en el Palacio de Cibeles para configurar el nuevo arco parlamentario, que quedará de la siguiente manera: Más Madrid, con 15 ediles; PP, también con 15; Ciudadanos, 11; PSOE, ocho; Vox, cuatro y el nuevo Grupo Mixto, con cuatro. Tras este pleno, se convocará una comisión de Medio Ambiente para analizar todas las enmiendas de los partidos y, por último, otro pleno extraordinario para la votación final, que, como muy tarde, será el próximo martes.

Madrid Central era el proyecto estrella de Manuela Carmena. El principal legado de la anterior alcaldesa. La idea del actual Ejecutivo de populares y Ciudadanos era lanzar su nuevo proyecto hace un par de meses, pero todo se precipitó de golpe el pasado 11 de mayo. Ese día, el Tribunal Supremo dejó en el aire Madrid Central al dar por buenos los argumentos de una denuncia que inició el Grupo Municipal Popular en 2018, donde defendía que no se había tramitado correctamente esta zona de bajas emisiones porque no se tuvieron en cuenta los 11,7 millones de impacto económico que, se estimaba, tendría sobre las cuentas del Ayuntamiento de Madrid.

Tras esta sentencia, el equipo de Almeida se apresuró a preparar su nuevo Madrid Central, que se denominará Distrito Centro y que ocupará las mismas calles que planteó Manuela Carmena, pero dando entrada a más coches que antes por conceder nuevos permisos a los 15.000 comerciantes del centro y, si no se acepta la enmienda del nuevo y polémico Grupo Mixto, alargando la hora del paso de las motos, hasta las once. La semana, eso sí, se prevé ruidosa.

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