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Ayuso: “No voy a acabar en la cárcel y no voy a ir a ningún tribunal, porque no he hecho nada”

La presidenta de Madrid defiende su gestión en medio de la polémica por el contrato de su hermano y evita hablar sobre el del Ayuntamiento de Martínez-Almeida

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante el pleno de este jueves en la Asamblea.Foto: KIKE PARA (EL PAÍS) | Vídeo: EUROPA PRESS
Juan José Mateo

Este es el pleno de la Asamblea de Madrid, aunque parezca la sede de un juzgado. La oposición usa la sesión de este jueves para recordar a la presidenta regional todas las polémicas que rodean al PP de Madrid por su gestión de la pandemia: el contrato del Gobierno regional que permitió ganar más de 55.000 euros al hermano de la líder conservadora; el acuerdo del Ayuntamiento que proporcionó una comisión de seis millones de euros a dos intermediarios, que se compraron con ella coches de lujo, casas o un yate; el caso del empresario que pasó de facturar 80.000 euros con su negocio de vino a más de 26 millones al año por proporcionar mascarillas o tests; o la cita para un acto de conciliación entre CC OO y la presidenta por cuestionar la profesionalidad de los trabajadores de los centros de salud. Hablando de este último asunto, Ayuso acaba dejando una frase de las que marcan una carrera: “No voy a ir a la cárcel”.

La presidenta de Madrid evita defender a José Luis Martínez-Almeida y guarda un prudente silencio sobre la polémica que rodea al contrato municipal, ya judicializado. Ni una palabra de los relojes de lujo. Nada de los Ferrari. Menos de los hoteles vip. Bastante tengo con lo mío, debe pensar Ayuso, porque la oposición la acorrala de nuevo, pregunta tras pregunta sobre el contrato de su hermano.

Pero no solo eso. Los representantes de Más Madrid, PSOE y Podemos intentan trazar una línea entre los casos Púnica, Gürtel y Lezo y las investigaciones abiertas por los contratos de la pandemia. Buscan diseccionar un supuesto modus operandi, que entienden endémico al PP. Y acusar, en consecuencia, a toda la organización, y con ella a Ayuso, bajo el argumento de que lo previsible es que la líder conservadora acabe por presidir el PP de Madrid a finales de mayo.

“Viene de un congreso en el que se ha cargado al líder de su partido por tirar de la manta, y por señalar unas irregularidades evidentes sobre los sapos de los Ayuso”, arranca Alejandra Jacinto, de Podemos. “Hasta las instituciones europeas están preocupadas por si su clan ha metido otra vez la mano en la caja. El mérito me temo que va a tener que compartirlo usted con el señor Almeida, porque menuda vergüenza”, añade. “Mándale un whastsapp a su hermano y dígale que lo de esconderse lo hacen solo los culpables”, remata, en referencia a que no se ha localizado a este comercial sanitario para entregarle la solicitud de comparecencia ante la comisión que investiga si el PP usó medios municipales para investigar un contrato con la Comunidad en el que participó (1,5 millones de euros para traer mascarillas).

“Yo siempre doy la cara y responde a todas las preguntas, a todas, y mientras tanto usted va acumulando decepciones”, le espeta Juan Lobato, el portavoz del PSOE, que una vez más, como todas las semanas, le recuerda las diez preguntas sobre el acuerdo que no ha contestado, y que una vez más, como todas las semanas, se va sin respuesta.

“El escándalo de Almeida también es suyo”, argumenta Mónica García, de Más Madrid. “No hay fiscalías en el mundo par que den abasto con toda su delincuencia”, añade, en referencia al PP. Y remata: “Se han puesto las botas en plena pandemia. Europa se pregunta cómo es posible que hayan dedicado el dinero, en vez de a salvar vidas, a dar mordidas. Nunca han tenido la intención de dejar de robar. La coartada es la libertad”.

Ayuso asiste impertérrita a la lluvia fina de las acusaciones. Hace tiempo que se especializó en hacer oídos sordos. Más en jornadas como la de este jueves, a la que llega sabiendo que el PSOE ha apartado de todos sus cargos a una diputada (Carmen López) por el simple hecho de ser madre de una acusada de estafar dos millones de euros a UGT. Un argumento para responder e intentar igualar a todos.

“No voy a acabar en la cárcel, no voy a ir a ningún tribunal, y no soy juzgada por nada, porque no he hecho absolutamente nada”, dice sobre el acto de conciliación con CC OO al que ha sido convocada por un juez, al que no acudirá. “Hay que aguantarles todo por la inviolabilidad parlamentaria, pero cualquiera de sus acusaciones, fuera (en la calle), serían objeto de una querella”, asegura. “¿Saben cuántas lleva ya la izquierda madrileña contra mí durante los casi tres años que llevo siendo presidenta de Madrid?”, pregunta. “¡Dieciocho! ¡Dieciocho fracasos!”, añade.

“La medida principal para luchar contra la corrupción es, democráticamente, a través de las urnas, mantenerles fuera de las instituciones”, le espeta en otro momento a Podemos. Y al PSOE, le dice, sobre la diputada López:” Me gustaría que me juzgaran por lo que yo hago, que es algo que no están haciendo ustedes ni siquiera con su propia compañera, a la que están juzgando por ser la madre de. Es verdad que en vigilancia de las contrataciones no parecía la más ducha, pero vaya investigación la que han realizado ustedes”.

Díaz Ayuso se encastilla en la defensa de su gestión. Ladrillo a ladrillo, construye su fortaleza recordando casos de corrupción y polémicas que han afectado a sus oponentes. No se detiene a opinar sobre lo que está pasando en el Ayuntamiento. Almeida corre riesgo de achicharrarse en la polémica por el contrato con seis millones en comisiones, y en el PP no hay ahora mismo ningún bombero dispuesto a acudir en su auxilio para apagar el fuego.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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