Almeida sentencia a Villacís en el tercer aniversario de la coalición: “Yo aspiro a gobernar en solitario”

Begoña Villacís llega un pelín tarde. La vicealcaldesa de Madrid acude al tercer aniversario de Gobierno de coalición del PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de la capital pasadas las 12.00. José Luis Martínez-Almeida, mientras tanto, mira con el rabillo del ojo derecho el reloj. El alcalde conversa con sus ediles. Hay dos taburetes negros en los alrededores del monumento a Alfonso XII del parque del Retiro, uno de los más visitados por los turistas y madrileños, donde la única sombra es un pequeño cobertizo blanco de 40 metros cuadrados instalado por los empleados del Ayuntamiento: el lugar escogido para la tercera foto icónica del mandato. No están siendo días sencillos para tomar el sol en Madrid. Tampoco la sombra, pese a que el parque cuenta con miles de árboles. Finalmente, todos los ediles se colocan a espaldas de sus líderes con un ventilador de fondo que se mueve de izquierda a derecha para periodistas, concejales y asesores invitados. La foto de familia, al fin, está lograda. Villacís toma la palabra:

―Almudena, calla.

Almudena Maíllo es la delegada de Turismo en el Ayuntamiento. Del PP.

“La mejor prueba de salud de un Gobierno de coalición ―observa Villacís― es que uno puede mandar callar a concejales del PP y no pasa nada”. Si todo va según las encuestas andaluzas, la vicealcaldesa de la capital será la figura más importante de Ciudadanos en toda España el próximo lunes. Comicios tras comicios ―primero en la Comunidad de Madrid, luego en Castilla y León y ahora, previsiblemente, en Andalucía―, el partido de Inés Arrimadas no logra salir a flote. En la capital, sin embargo, Villacís sí tendría su pica en Cibeles. Las últimas encuestas publicadas ―El Mundo y La Razón― reflejan que los madrileños respaldan su gestión. Todavía resistiría el partido con un pequeño reducto liberal en 2023.

“Se me da mal ser humilde, pero tenemos uno de los gobiernos de coalición más serios que hay que en España”, continua. “Estamos demostrando que el liberalismo funciona [...] Fue extremadamente fácil pactar. Fuimos dos partidos políticos distintos que siguen teniendo sus diferencias, pero que fueron capaces de llegar a un pacto de coalición”. Durante los casi 10 minutos de intervención, solo menciona a Almeida una vez. Antes, eso sí, deja caer algunas situaciones incómodas: “Hemos tenido discusiones ideológicas en la Junta de Gobierno y siempre hemos sabido encontrar una forma de discrepar elegantemente, ¿verdad?”. Almeida la mira. Asiente. “No hay más opciones que [repetir en 2023] este Gobierno bicolor”, proclama la vicealcaldesa.

El alcalde recibe entonces el micrófono de Villacís: “Mi primer agradecimiento es para los madrileños [...] el segundo es para Begoña”. Dice que este año tendría que ser la “culminación” de una labor de Gobierno “conjunta”. Tras la puesta en escena, algunos ediles se marchan a ver el lago del Retiro, otros se sientan en las escaleras cercanas. Otros se quedan solos. Y da comienzo la rueda de prensa. Los jefes de prensa de ambos mandatarios habían pactado que fuera primero Villacís, que insiste en que esta coalición es muy fuerte y que Ciudadanos tiene todavía cuerda para rato. Almeida, mientras tanto, decide sentarse en las escalinatas del monumento junto a varios de sus ediles, ajeno a las palabras de su vicealcaldesa.

Al regresar al micrófono, solo, va con todo. Nada de coaliciones futuras. “Lo único que puedo decir es que, desde luego, aspiro a gobernar en solitario con el PP en 2023”. Villacís tampoco escucha estas palabras. La mayoría de los concejales de Ciudadanos andan dispersados por el parque. Se enteran después, por los asesores y periodistas. “Ha sido una falta de respeto decir esto”, se queja uno de ellos más tarde, por teléfono. “Ha tenido una cara con nosotros durante su discurso y otra durante la rueda de prensa. Lo ha hecho por la espalda, cuando no estábamos presentes”.

La relación entre ambos mandatarios nunca ha sido excelente, según señalan varios ediles consultados. Un cargo del PP la resume como cordial. “La mayor parte de las trifulcas en estos años han venido por los actos protocolarios”, cuenta. “Habla tú, hablo yo. A veces se nos olvida que tenemos un socio que es Ciudadanos”. Otros asesores creen que Villacís ha sido mucho más generosa con Almeida que al revés. “El problema de la vicealcaldesa es que ella no entiende que la figura oficial del Ayuntamiento es el alcalde”. Los cargos intermedios de ambos partidos ―jefes de prensa y de gabinete, principalmente― han mitigado la mayoría de las tiranteces: cuando anunciaron por error la candidatura de los Juegos Olímpicos, la negativa de Almeida a colgar la bandera LGTBI... ¿Teme Ciudadanos que el PP pesque entre sus ediles en los meses que queden hasta las elecciones? “¿Qué sentido tiene?”, responde una voz del partido. “No nos pueden tocar ya las narices, ¿para qué lo van a hacer ya? Falta un año para las elecciones, pero si lo hacen, entonces el que pierde es el PP porque la lealtad se desmontaría”.

Ciudadanos pide tiempo para la campaña. Pero el alcalde ya ha mostrado en el acto del tercer aniversario de su mandato que el PP hace tiempo que ya está en la carrera electoral.

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