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‘Operación salvar Bicimad’: Almeida rectifica y anuncia turnos de 24 horas para localizar cientos de bicicletas desaparecidas

El alcalde reconoce por primera vez que la puesta en marcha del servicio es mejorable: “No voy a negar que hay un problema, porque es cierto”

Estación de Bicimad, en la calle Segovia en Madrid. Foto: Inma Flores | Vídeo: Europa Press
Manuel Viejo

Por sorpresa, la jefa de prensa de Borja Carabante anuncia que el edil de Movilidad y Medio Ambiente realizará una rueda de prensa con preguntas en el palacio de Cibeles este martes, en el día grande de la política madrileña, donde se juntan los 59 concejales en el pleno mensual. El caos del sistema de transportes de bicicletas públicas de Madrid desde el 7 de marzo no se ha atajado. Todas las miradas se centran en Carabante. Algunos concejales y fuentes municipales reconocen sin miramientos que la gestión de este asunto a 60 días de las elecciones es mejorable. Uno incluso plantea la posibilidad de cesar ya con la gratuidad del sistema, vigente hasta el 31 de julio. El resumen es sencillo: un sistema de transportes se ha caído por completo. 17.000 madrileños no pueden utilizar correctamente el servicio desde hace 20 días. Carabante, la mano derecha del alcalde, con quien sale a correr en el Retiro y a quien el propio José Luis Martínez-Almeida ha delegado la portavocía de la campaña electoral del 28 de mayo, está visiblemente incómodo. Ajusta el micrófono en el patio de cristal del Ayuntamiento. Primera pregunta:

―¿Por qué han desaparecido 500 bicicletas?

Carabante no habla de desapariciones. “No están desaparecidas. Están dispersas por la ciudad de Madrid. Lo que pasa es que muchos usuarios no las están dejando en las bases. Están haciendo un uso de free-floating”. El anglicismo free-floating quiere decir que las bicicletas públicas se dejan en mitad de la calle tras su uso. El sistema de bicicletas de Madrid, conocido como Bicimad, funciona de base en base. Si un usuario utiliza una bicicleta, deberá desanclarla de su estación y, cuando concluya el viaje, la anclará en otra estación. Esto no sucede en Madrid desde el pasado 7 de marzo, con la puesta en marcha del nuevo sistema porque las viejas no se pueden anclar en las bases nuevas y las nuevas no se pueden anclar en las viejas. Hay cientos de bicicletas desaparecidas por parques, calles, portales, jardines. El sistema se ha caído. Apenas quedan disponibles en las 74 estaciones que existen por la capital. Una, dos. Cero. Milagro si hay tres y funcionan, sobre todo por la zona centro. Solo en la primera semana desaparecieron 500, según un documento interno al que tuvo acceso EL PAÍS.

Ahora, tres semanas después, Carabante ha anunciado un plan para recuperarlas que él mismo ha tildado de “urgencia”. El área de Movilidad ha contratado a seis trabajadores y seis conductores que se sumarán a los 14 que había hasta ahora. Desde este martes, 20 camiones de Bicimad recorrerán las calles de Madrid en turnos de 24 horas. El objetivo es localizar las cientos y cientos de bicicletas que hay desaparecidas por la capital. El Ayuntamiento guarda la cantidad exacta bajo llave. No facilita ningún dato. Este lunes, eso sí, echó la culpa al uso que hacen los usuarios. Según sus propias cifras, desde que el nuevo sistema entró en funcionamiento el pasado 7 de marzo, uno de cada cinco usuarios abandona la bicicleta por la calle. “Quizá teníamos que haber hecho una mejor campaña de comunicación”, ha dicho este martes Carabante. “Hemos reforzado esto con correos electrónicos para poder solucionarlo”.

Es la segunda medida que toma el Ayuntamiento en menos de 24 horas tras el anuncio de las primeras multas. Desde este lunes, los usuarios que no terminen su viaje en una estación serán sancionados con un aviso de información. Si repite, se cobrará una multa de 5,30 euros. Si reincide por tercera vez, el sistema le suspenderá la cuenta. No hay previstas más sanciones, según fuentes municipales. Este lunes se han incorporado otras 150 bicicletas nuevas al sistema, que se suman a las 802 desplegadas desde el 7 de marzo. 24 horas después, el edil de Movilidad también ha rectificado el plan inicial previsto para la puesta en marcha de las nuevas instalaciones. Los técnicos del Ayuntamiento se centrarán ahora en retirar las estaciones viejas, en lugar de ampliar las nuevas en todos los distritos, como estaba previsto. El objetivo marcado era alcanzar los 21 distritos antes de las elecciones. Actualmente, solo se usa en 16. Con este cambio, que lo busca es atajar el caos en el que está envuelto el servicio, la previsión es que no llegue a tiempo en todos los distritos. Bicimad es gratuito hasta el 31 de julio. El coste del servicio es de 1,7 millones, según fuentes municipales.

Una tormenta perfecta

El sistema ha entrado en una tormenta perfecta a menos de 60 días de las elecciones. El nuevo sistema de Bicimad incluye una nueva aplicación para poder usarla y unas nuevas bicis, pero al mismo tiempo se siguen utilizando las viejas y la vieja aplicación. Desde el primer día, esa convivencia está generando caos e incertidumbre entre los usuarios, que han descendido en un 20% desde que Almeida está en el Ayuntamiento. Los últimos datos disponibles son de septiembre de 2022. El área de Movilidad lleva cinco meses sin publicar las cifras. ¿Por qué? “Ahora, Bicimad se opera bajo la modalidad de gestión directa y la Empresa Municipal de Transportes será la encargada de publicar los datos de su gestión, evaluando el lugar de su publicación, la periodicidad y el contenido de los mismos”, asegura una portavoz del área.

Hasta el 31 de julio se verán dos tipos de bicicletas públicas por las calles de Madrid: las nuevas, de color azul, y las viejas, blancas. En 20 días de convivencia, la gestión de ambas ha demostrado ser un caos, según los usuarios y los propios trabajadores de Bicimad. Y todo se debe, según apuntan todos, a la planificación del Ayuntamiento. Las nuevas bicicletas no se pueden cargar en las estaciones viejas, ni tampoco anclar para evitar robos. Y las viejas, lo mismo, pero en las estaciones nuevas.

Este martes, durante una pregunta en el pleno municipal, Almeida ha reconocido que el sistema falla. “No voy a negar que hay un problema, porque es cierto”, ha dicho. “Es un problema derivado de un ambicioso proyecto. Cualquier madrileño podrá usarlo viva donde viva. Esto es complejo. No hemos hecho los deberes en materia de comunicación, eso también es cierto”.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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