El exceso de matriculados paraliza el inicio de las clases en tres carreras de la Complutense

Los estudiantes de primer año de los grados de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) deberían haber comenzado las clases este lunes, pero el inicio de curso ha quedado en stand by hasta nuevo aviso. Del motivo, cuentan varios alumnos, se enteraron el jueves pasado durante el habitual acto de bienvenida. “Nos dijeron que habían tenido mucha demanda este curso y que había el doble de alumnos”, relata una de las matriculadas. Ese mismo día, la facultad publicó en redes sociales y en la página web del campus que la suspensión se debía “a la alta matrícula” en las tres carreras y a la “redistribución de espacios y recursos” de última hora para dar cabida al exceso de nuevos alumnos.

Quienes no fueron a la bienvenida se enteraron de la noticia por un correo electrónico, donde les explicaban lo mismo que en el comunicado y señalaban que avisarían de la nueva fecha para el comienzo de las clases también por email. “Nos han dicho que nos reorganizarán entre los turnos de mañana y tarde, pero que todos nos quedamos. Han tenido medio verano, porque la admisión se hizo el 15 de julio y hasta el jueves no nos dijeron nada”, se queja un estudiante de enfermería.

Los alumnos con los que ha hablado este periódico prefieren no decir su nombre, por miedo a posibles represalias una vez regresen a la facultad. Muchos opinan que es “una locura” reestructurar el curso a todo correr y les preocupa que en las prácticas o seminarios ―donde el número de personas por clase debe ser más reducido― el ritmo de las clases se resienta. “Nos estamos comiendo la cabeza porque no nos han dicho el motivo exacto”, lamenta otra alumna. La pasada semana les aseguraron que, aunque hubiera más personas por aula, se iba a mantener la misma calidad de la educación.

Una portavoz de la Complutense indica que “ha habido un comportamiento inesperado de la preinscripción y matrícula” en los grados de Fisioterapia, Podología y, especialmente, Enfermería. “Los últimos años había mucha caída de matrícula y teníamos que hacer llamamientos ya empezado el curso. Este año se ha producido un incremento de estudiantes que se han preinscrito y matriculado y no se ha producido la caída de matrícula habitual”, explica. A ese incremento “imprevisto”, señala, se le suman las obras en la facultad y “necesitan unos días para cuadrar los espacios”.

Según la página web de la UCM, el grado de Enfermería oferta 250 plazas, y los de Fisioterapia y Podología 70 cada uno. Eso son 390 nuevos estudiantes cada año. Preguntada por cuántos matriculados de más hay este curso, la portavoz de la universidad comenta que “aún es pronto” para saberlo porque están “anulando a estudiantes que no han pagado ni las tasas de matrícula” y todavía puede haber bajas. Varios alumnos cuentan que en el acto de bienvenida les dijeron que había “el doble”. “No es normal que cojan tantos alumnos y luego se desentiendan [hasta septiembre]”, critica uno de los admitidos.

La portavoz explica que todavía tienen que estudiar los datos, pero creen que el aumento ―que se ha dado en mayor o menor proporción todas las titulaciones de ciencias― se debe a que ha crecido la demanda en Madrid y no ha habido tanta de fuera como otras veces. “Se suelen admitir a más alumnos que las plazas [ofertadas] porque se prevé una caída al inicio de curso. Mucha gente de provincias se preinscribe, pero luego deciden quedarse en su provincia”, señala. El plus de plazas que se ofrece varía de grado a grado: 30, 40 o incluso 50 en aquellos donde se espera un mayor descuelgue en septiembre. “Como no ha habido esa caída, hay que reestructurar la organización docente, porque hemos admitido a estos alumnos”, añade. En principio, la Complutense asegura que todos los admitidos se van a quedar con la plaza asignada y prevén que el curso comience esta semana.

Este lunes, por los grupos de WhatsApp los alumnos se preguntaban unos a otros si había novedades: “¿Alguien ha ido [a clase]?”, “¿hay clase o no?”. La incertidumbre es total y se agarran a lo que oyeron el jueves, sentados en las butacas del salón de actos a las diez de la mañana. “Nos dicen que los horarios cambiarán y que las aulas que pone tampoco serán esas. Hay profesores que ya están subiendo temario y no sabemos si lo tendremos que ver por nuestra cuenta”, dice una estudiante de enfermería. A ella, y muchos otros, les preocupa que les cambien al turno de tarde, porque por incompatibilidad de horarios no podrán asistir a clase. La universidad, por el momento, no puede dar detalles de cómo se reestructurarán las aulas, si habrá espacio suficiente o si tendrán que ampliar los grupos y contratar a más profesores. “Están trabajando en ello”, indican.

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