Susana Rodríguez, médica, deportista y ahora, Barbie: “Está de moda el ‘querer es poder’ y para nada es verdad”
Coincidiendo con el 65º aniversario de Barbie y la celebración de los Juegos de París, Mattel lanza una nueva línea de muñecas inspiradas en referentes femeninos del deporte y la triatleta gallega es la única española incluida. “Hay que mostrar que hay cuerpos diferentes y que todos son respetables”, sostiene la medallista olímpica
Lo primero que hace Susana Rodríguez (Vigo, 36 años) es pedir perdón. Está tan ocupada compaginando su trabajo como médica con el de triatleta que se está preparando para los Juegos Paralímpicos de París, que su único hueco libre para conversar es el 1 de mayo, Día del Trabajador y festivo nacional. “Hoy no iba al hospital y tenía más margen”, se disculpa por teléfono desde Vigo. El verano de los Juegos de Atlanta de 1996, a los ocho años, Susana ya “jugaba a las olimpiadas” con su hermana en la terraza de su casa, según ha rememorado en más de una entrevista. Lo que no había contado antes es que también les encantaba trastear con muñecas. “Una amiga de mi hermana tenía muchísimas Barbies y siempre estábamos deseando ir a su casa para jugar con ellas”, recuerda. Quién le iba a decir a esa niña que recortaba banderas del atlas para pegárselas en el chándal que 25 años después lograría una medalla de oro en los Juegos de Tokio. Y cómo iba a imaginar, cuando fantaseaba con las muñecas, que las nuevas generaciones podrían hacerlo con una Barbie que es a la vez deportista y médica, y también tiene albinismo, como ella. Que un día sostendría en sus manos una Barbie Susana Rodríguez.
“Tener una Barbie a tu semejanza es algo impresionante”, confirma la gallega. Tiene que serlo, sobre todo ahora que la muñeca, que acaba de cumplir los 65 años, está más de moda que nunca gracias al arrollador éxito de la película protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling. Este 2024, con motivo de ese 65º aniversario que coincide con los Juegos Olímpicos, Mattel ha designado una serie de referentes femeninos en el deporte y Susana forma parte de esa colección de muñecas a las que han bautizado como Role Models (modelos a seguir). “Mi muñeca es un ejemplo de que con trabajo se pueden alcanzar muchas de las metas que soñamos en la infancia y eso es lo que quiero que transmita”, señala la campeona paralímpica. Ella es la única española en la nueva línea de Role Models, con nueve muñecas en total, en la que también están incluidas la tenista estadounidense Venus Williams, la nadadora italiana Federica Pellegrini, la boxeadora francesa Estelle Mossely o la atleta polaca Ewa Swoboda. Antes de ella, sí que han formado parte de esta línea otras españolas como la empresaria y diseñadora Vicky Martín Berrocal, la cantante Alaska, la piloto Laia Sanz o la atleta olímpica Ana Peleteiro.
Desde luego, Susana Rodríguez es un modelo a seguir. Nació con una discapacidad visual grave inherente a la condición genética del albinismo, pero eso nunca la paró. Su padre es anestesista y le inculcó su pasión por la medicina. Pero, ¿había “médicos ciegos”? Se lo preguntaba al buscador de internet y le devolvía evidencias en Estados Unidos, así que, una vez confirmado que era posible, no paró hasta lograrlo. Ahora trabaja como médica especializada en Medicina Física y Rehabilitación en un hospital público de su Vigo natal. La carrera deportiva la arrancó a los 10 años, gracias a una profesora de la ONCE. Ahora acumula, además del oro en Tokio, nueve medallas en el Campeonato Mundial de Triatlón Adaptado y ocho en el Campeonato Europeo de la misma categoría. También se convirtió el pasado abril en la primera mujer con discapacidad en ganar el Premio Nacional de Deporte, que recibió de manos de la reina Letizia. “Mi Barbie es la muñeca de alguien que tenía unos sueños un poco locos y al final demuestra que la vida da muchas vueltas y si le pones esfuerzo, trabajo y pasión puedes alcanzar muchos de ellos. Yo siempre digo que no todos, porque está muy de moda el ‘querer es poder’ y no. Existen los límites y eso para nada es verdad, pero sí que el trabajo diario nos acerca mucho a las cosas que nos gustaría”, reflexiona.
En tres meses estará en la capital francesa para afrontar sus terceros Juegos Paralímpicos. En su estreno en los de Río de Janeiro, en 2016, quedó quinta. En los de Tokio, en 2021 (se retrasaron un año por la pandemia), logró el ansiado primer puesto y se quitó un enorme peso de encima. “En ese momento partía como favorita y todos los focos estaban puestos en mí. Disfruté mucho de todo, pero sí que es verdad que en los días previos a la carrera lo pasé regular porque, a veces, sin ninguna mala intención, todo el mundo como que ya está celebrando cosas y yo en ese sentido soy muy cautelosa, consciente de mis posibilidades, pero también con el máximo respeto al trabajo de los demás. Ahora lo veo de otra manera, obviamente me encantaría estar en el podio de París, ese es el objetivo, pero disfruto más de cada paso que hay hacia allá”, reconoce.
Al año siguiente de volver de Japón, Susana sufrió burnout (agotamiento mental que se padece cuando se está emocional, física o mentalmente exhausto tras una sobrecarga de trabajo). “Fue una situación bastante dura”, admite ahora. Pero también fue una lección: “Aprendí algunas cosas y una de ellas es a no dejar de lado lo demás”. Define la preparación para los Juegos de París como “intensa” y dice que está “haciendo los deberes” lo mejor que puede, pero también asegura que todos los días intenta dedicar un rato, “aunque sea pequeño, pero de calidad”, a estar con su gente. “Si no, te metes en la burbuja del deporte que es muy guay, pero para mantener el equilibrio hay que cuidar todos los aspectos del ser humano y eso sí que es algo que ahora tengo muy claro”, sostiene. Antes, decía que el día más feliz de su vida fue en el que ganó el oro olímpico. Ahora lo ha cambiado por el del nacimiento de su sobrino, el 1 de enero de 2024. “También vive aquí en Vigo y, aunque sean unos minutos, me gusta ir y sonreír un poco y jugar con él. Al final, el tiempo pasa y es lo que nos llevamos”, advierte.
En su perfil de Instagram tiene fijadas dos publicaciones. Una es la portada de la revista Time que protagonizó en 2021. “Susana Rodríguez, la atleta paralímpica en primera línea de combate contra la covid-19 en España”, tituló el prestigioso semanario estadounidense. “Fue un punto de inflexión”, confiesa la gallega. “Antes de esa portada yo ya llevaba haciendo lo mismo durante bastantes años, pero muchas veces las cosas no se conocen hasta que nos las muestran. De repente a alguien se le ocurre que tu historia es bonita para contar y de alguna manera te cambia la vida”, considera. Esa portada fue su gran escaparate internacional para las marcas y ahora es embajadora de grandes firmas como Adidas, cuyas prendas luce en la segunda publicación que tiene fijada en su perfil, la portada de la edición española de la revista Elle que protagonizó el pasado febrero. “Posar como modelo me saca bastante de mi zona de confort, pero me gusta porque creo que ayuda a darle visibilidad a la condición genética del albinismo, que todavía tiene bastantes prejuicios. La riqueza de la sociedad radica en la diversidad de personas y en el respeto que tiene que existir entre ellas, y creo que hay que mostrar que existen cuerpos físicos diferentes y que todos son respetables”, sostiene. Por eso está tan orgullosa de la Barbie Susana Rodríguez.
Hay más cosas que tiene muy claras. Por ejemplo, que aunque haya mejores instalaciones deportivas en otras ciudades, su casa está en Vigo. “La calidad de vida es muy buena y tengo a mi familia, mis amigos, mi grupo de entrenamiento y ahora mismo eso es lo que me hace feliz. Si eso supone alguna renuncia, hay que asumirlo y ya está”, apunta. También sabe que a su carrera deportiva le quedan menos años de los que ya ha disfrutado, pero no le preocupa demasiado porque ya tiene su camino hecho en la medicina. “Solo entenderé continuar compitiendo en triatlón de alto nivel si se cumplen dos cosas: que me vea en condiciones de pelear y ponerle las cosas difíciles al resto, y que siga teniendo ilusión, lo disfrute y me apetezca más estar entrenando que haciendo otras cosas. Mientras eso se cumpla, no tengo fecha de retirada”, garantiza. En cuanto a la muñeca, ya tiene candidata a la que legársela. “Si tuviera más de una, me gustaría regalársela a Martina, que es la hija pequeña de Luis, mi entrenador, y es una amiguita muy especial porque la he visto crecer. Estoy segura de que le encantaría tenerla en sus manos”, afirma. Eso si tuviera más de una, porque la que tiene, la suya, no la piensa soltar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.