España le da al cava: el espumoso español bate récord con 252 millones de botellas vendidas en 2023
Según el consejo regulador, que reúne a 349 bodegas y 6.200 viticultores, con un volumen de negocio de 2.372 millones de euros, hay un incremento del consumo de los vinos de esta categoría ecológicos y rosados
Cada vez se descorchan más botellas de burbujas en España. Sirva como ejemplo la cifra de ventas del cava del año pasado, que registró otro récord histórico, llegando a los 252 millones de botellas (2,7 millones más que en 2022, esto es, un incremento del 1,09%). El dato relevante, según destacó el presidente de la D.O. Cava, Javier Pagés, se encuentra en el mercado nacional, con un aumento de las ventas del 4,02%. Por el contrario, los mercados exteriores cayeron un 0,25%, debido al impacto de la inflación en los principales mercados europeos y por la caída del negocio en Estados Unidos. La denominación de origen está presente en más de un centenar de países, genera el 70% de sus ventas en el exterior, tiene 349 bodegas asociadas y trabaja con 6.200 viticultores que cultivan 38.000 hectáreas de viña. El volumen de negocio de esta industria es de 2.372 millones de euros, según detalló Pagés a EL PAÍS.
Destacó además la fortaleza de este vino espumoso, ya que a pesar “de las turbulencias económicas y geopolíticas, nuestros productos siguen recuperando terreno en el mercado nacional e incrementan posiciones mientras los principales competidores mundiales han experimentado un sensible retroceso”. Se refirió, sin mencionarlo, a los datos de la Union des Maisons de Champagne, que reconocen que en 2023 se distribuyeron 299 millones de botellas, lo que supuso un descenso del 8,2% con respecto al año anterior, en el que se registraron 325 millones de unidades. Este descenso coloca al espumoso francés en cifras anteriores al Covid —en 2019, las ventas fueron de 297,3 millones—. También ensalzó el esfuerzo del sector al apostar por las producciones ecológicas, a la vez que ve con optimismo el futuro próximo, a pesar de los graves efectos causados por la persistente sequía. Por ello, afirmó que es necesario que “seamos capaces de trabajar conjuntamente y crear riqueza en toda la cadena de valor del sector”.
El responsable del consejo regulador subrayó, durante la presentación de los datos en el restaurante Vía Veneto, en Barcelona, la posición del cava como el espumoso que más creció en España durante 2023, tanto en volumen —un 3,9%, representando el 87,7% del total, como en valor, un 10,6%, llegando al 78,8% del total—. “El aumento de espumosos de calidad en España refleja que el consumidor cada vez aprecia y busca cavas de más calidad”.
Entre los países más relevantes para el mercado del cava destaca Alemania que, con un crecimiento del 4,14%, lidera sólidamente el ranking de exportación —con 31,1 millones de botellas—. Por su parte, Estados Unidos se mantiene en segunda posición con 21,6 millones de botellas, pese al descenso, un 13,48%, en la comercialización. Como tercer mejor mercado se coloca Bélgica, donde las ventas crecieron un 5,44%, alcanzando los 22 millones de botellas. En Reino Unido se vendieron 16,8 millones de unidades el año pasado, con un crecimiento del 5,38%. Otro de los mercados que anticipa un gran futuro, a la vista de los datos del anterior ejercicio, es Brasil, con un aumento de las ventas del 75,82% y 1,9 millones de botellas de cava distribuidas.
Si hay una categoría que destaca, esa es la de los espumosos ecológicos. La apuesta de la denominación de origen por la ecología, la sostenibilidad y los productos de mayor valor añadido con largas crianzas ha sido recompensado por el mercado con unos crecimientos sin precedentes: mientras que los productos obtenidos a partir de una agricultura convencional descendieron las ventas en un 1,65%, las del cava ecológico crecieron un 24,59%. Ya se venden 32,3 millones de botellas con certificado ecológico. El auge de esta categoría se debe a la nueva normativa que señala el año 2025 como decisivo para que todo el vino de guarda superior de esta tipología sea 100% ecológico.
Entre las tendencias del año pasado se observa un auge de los cavas rosados, cuyo consumo creció un 3,31%, llegando a los 23,5 millones de botellas vendidas. También 2023 fue el primer año en el que salieron al mercado cavas con la etiqueta de guarda superior, que recoge una crianza mínima de 18 meses para los reservas (15 meses anteriormente), con vocación ecológica procedente de viñedos específicos. En la nueva clasificación se establece que el vino de guarda debe tener un mínimo de crianza de nueve meses en botella, mientras que los cavas gran reserva, con gran complejidad aromática, ha de tener una crianza de más de 30 meses en botella, y el de paraje calificado es fruto de un viñedo y de una finca única, con unas características especializadas por la localización y el terruño. Según Pagés, “la nueva segmentación del cava ha dado un impulso al sector”, como también lo han dado los elaboradores integrales de este tipo de vino.
Son todos lo que están, pero no están todos los que son
El cisma dentro de la familia del cava ocurrió en 2018, cuando nueve bodegas de relevancia —Gramona, Llopart, Torelló, Nadal, Recaredo, Sabaté i Coca, Huguet de Can Feixes, Júlia Bernet y Mas Candí, a las que se sumaron posteriormente Descregut y Pardas— decidieron abandonar la D.O. Cava. Los productores optaron por desvincularse del consejo regulador, y ponerse bajo el paraguas de la Asociación de Elaboradores y Viticultores Corpinnat (AVEC). Se trata de “una marca colectiva de la Unión Europea nacida con la voluntad de distinguir los grandes vinos espumosos elaborados en el corazón del Penedès, a partir de la uva 100% ecológica recolectada a mano y vinificada íntegramente en la propiedad”, según los promotores. Todos los vinos espumosos llevan el distintivo Corpinnat en la etiqueta frontal de la botella.
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