Doce productos de marca blanca que valen la pena
Los morrofinos de El Comidista confiesan su secreto mejor guardado: lo que pillan bueno y barato cuando van al supermercado.
Pobre marca blanca. Comprada por millones de españoles, pero denostada por los gourmets que desconfían de lo que no viene avalado por un sello de renombre. Capaz de empujarnos hasta el fin de mes sin que tengamos que robar ni que pedir, pero escondida muchas veces como signo de cutrez o mal gusto.
Aunque su relación calidad-precio suele ser buena, los productos con la etiqueta del supermercado que los vende no acostumbran a causar grandes emociones en términos de sabor, textura o acabado. Sin embargo, hay excepciones, y esta selección elaborada por los colaboradores habituales de El Comidista está aquí para celebrarlas.
Ante el riesgo de meterse en líos por llamar “yogur griego” a un lácteo que no proviene del país de Varoufakis, Lidl debió de decidir que era mejor conservar la segunda palabra que la primera en el etiquetado. Por eso, o porque el producto en sí se parece más a una cremaza que a un yogur convencional. Como bien dice nuestro polemista de cabecera Jordi Luque, "los Griego vienen cargaditos de nata. Son para untarse el cuerpo y autofagocitarse. O para untar a otra persona y canibalear. También los puedes comer a secas". Sin haber practicado aún estas perversiones tan típicas de Luque, doy fe de que está que te pees.
ZUMO DE TOMATE REFRIGERADO DE MERCADONA
Aunque los gazpachos de Hacendado no me convenzan -y esto es una opinión personal, no hace falta que te rasgues las vestiduras en los comentarios porque a ti te ponen como una moto-, algún día tendré que probar su zumo de tomate refrigerado, dado el entusiasmo que genera en nuestra coordinadora Mònica Escudero. “Nunca voy a comprar a Mercadona, pero cuando paso cerca de uno me es prácticamente imposible no entrar a comprar un par de botellas de su zumo de tomate gourmet y alguna lata de aceitunas rellenas de jalapeño. Me siento mal por generarle beneficios al opresor del proletariado por definición, pero ese zumo no es de este mundo, joder".
Salvo los mejillones, los moluscos en conserva son las nuevas pulseras de diamantes, por lo que sus fanses menos acaudalados deben refugiarse a veces en las marcas blancas para seguir disfrutando de ellos. En este campo, el hombre que más vino bebe del equipo, Pascual Drake, confiesa su consumo compulsivo de berberechos de Carrefour. "Me los como en ensalada o a bocaos, depende del ansia con la que llegue a casa. Son un poco más baratos que los berberechos de marca y además en la estantería están sin la caja de plástico esa para que no los robes, que sí tienen otros berberechos que por lo visto están bañados en orín de unicornio y son la panacea de los ladrones de conservas de lujo. Muy peligrosos".
Como gourmet sobrevenido y experto en comidas de chiringuito y sandías shores, pocos pueden hablar con más autoridad de pizzas cerdis de marca blanca que Ángel Sanchidrián. “A mí, que me gusta la comida basura más que a una choni el capó de un Opel Astra, me encanta la pizza de bacon de Alipende (la marca blanca del Ahorramás, tu súper del barrio, donde lo importante es tu sonrisa). Aunque al abrirla descubrirás que todos los ingredientes vienen amontonados en una esquina, como si la hubieran envasado con los pies, una vez colocado todo en su sitio y horneado, el resultado es crujiente, sabroso y con enjundia. Nadie se esperaría algo así de una pizza congelada, y menos aún de una de marca blanca. Pero así es, amigos y amigas”.
MUESLI CON CHOCOLATE DE EROSKI
Con la irresponsabilidad que me caracteriza, incluyo un producto bien cargadito de azúcar porque lo recomienda alguien de quien me fío al 100%: Ana Vega Biscayenne. “Las bolas de cereales con chocolate son de la submarca Seleqtia”, explica la pastelera más bilbaína de El Comidista. “Esto de las submarcas se divide entre las básicas, con un empaquetado triste que te hace pensar en la posguerra, y las que van de gourmet y llevan impepinablemente parte del embalaje en negro y dorado, para que creas que estás ante una delicatesse de puturrú de fuá. Estos cereales son de la gama premium y merecen sus letras en brillibrilli: crujientes y fantásticos, llevan frutos secos y chocolate que sabe a tal. Cuando quedan pocas cajas en el lineal se montan verdaderas batallas campales para hacerse con una”.
El salmorejo de bote es tendencia desde que Pablo Iglesias lo usó para untar unas tostadas en el desayuno que le sirvió a Ana Rosa en la bellísima cocina de su casa. Seas podemita, antisemita o manflorita, deberías probar el de Aldi, que se vende en dicho supermercado bajo la marca Casa Morando. No está fuerte de ajo, su tomate sabe razonablemente dulce y cumple con creces como alternativa aquí te pillo aquí te mato al casero.
Soy de esas personas que, tras pagar una pasta en trastos inútiles en la caja de Ikea, se deja otra en el minisúper de comida que hay a la salida. Mis comistrajos suecos favoritos son las mermeladas de bayas con nombres en klingon, pero nuestra embajadora en el mundo de la coctelería Mar Calpena señala las galletas de jengibre como objeto de culto. “Servidora admite haberse cogido el autobús para pasarse el sábado sorteando gente entre muebles de nombre impronunciable con el único fin de agenciárselas. También compro pasta de pescado, sirope de saúco y albóndigas congeladas (por cierto, que las vegetarianas que acaban de sacar me gustan bastante tirando a mucho)”.
Mientras va metiendo sus cosas en una caja de cartón tras su despido de El Comidista por no prepararlo en casa, Claudio Martín insiste en que el hummus de Mercadona está muy bueno. “Es lo único que me hace ir de peregrinaje para llenar la nevera fuera de Malasaña, barrio que aprovecho para denunciar que será muy hipster y tendrá tiendas de cupcakes y polos artesanos a cholón, pero es el único al que no hace repartos ningún supermercado de esta cadena”, asegura el periodista en un arrebato muy de señora a la que le entrevistan por la calle y cuenta sus problemas aunque no vengan a cuento. “Sé que el hummus no cuesta nada hacerlo en casa, pero la relación tiempo invertido/resultado final hace que la balanza se incline hacia estas tarrinas que suelen estar agotadas en las neveras del establecimiento (por algo será, de ahí que me las lleve de tres en tres) y que doy fe que aderezadas con un poquito de aceite de oliva y pimientón triunfan como aperitivo en meriendas y reuniones. Delicioso”.
CHOCOLATE NEGRO FIN CARRÉ DE LIDL
La implacable Defensora del Cocinero de El Comidista, Marta Miranda, no sólo se alimenta de la sangre y las vísceras de los que escribimos recetas en esta web, sino que de vez en cuando hace sus excursiones al súper en busca de comida humana. Su producto favorito es el chocolate negro (cooking chocolate) Fin Carré de Lidl. "Me lo chivó mi madre, que no perdona un chocolate con picatostes de meriendacena en invierno, y ahora suelo tener siempre un par de tabletas a mano. Es baratísimo y hace un chocolate a la taza más que decente. Además, cuenta con la certificación UTZ, un programa de agricultura sostenible para la mejora de las condiciones de los productores".
ESPÁRRAGOS NAVARROS DE HIPERCOR
"Espárragos baratos de marca blanca" suele ser sinónimo de "espárragos mediocres traídos de las Quimbambas pero empaquetados como si fueran de la mismísima huerta tudelana". Los de Hipercor son una bendita excepción: su denominación de origen garantiza que son navarros de verdad, y no incas disfrazados de San Fermín. Lo mismo se puede decir de los pimientos de piquillo, dulces y tiernos como Caperucita Roja.
"Me sulibeyan sus perjúmenes desde que me acompañara fielmente durante un largo período en el que viví sola", asegura una melancólica Biscayenne. "Ni placer culpable ni porras, es placer del bueno a pesar de su aproximación extraña a lo que los españoles equivocadamente consideramos salsa carbonara. No puedo evitar abrazar el paquete como si fuera el Santo Grial cada vez que vislumbro un Mercadona (en el que siempre hay varios bilbaínos llegados a la meseta para hacer acopio de hacendados y delipluses en cantidades pre-apocalípticas). ¡Ah! Y la pizza campesina de Hacendado tiene su propio hilo laudatorio en Forocoches, un signo de calidad al nivel de la Guía Michelin, a más a más".
CEREZAS CONFITADAS DEL LIDL
Un último consejo para los que a) os gusta pimplar con elegancia o b) todavía vivís en 1975 y les ponéis guindas a los pasteles: corred a comprar las cerezas confitadas de Lidl. No lo digo yo, lo dice Mar Calpena: “Son mucho mejores que las cerezas nariz de payaso radioactiva que te sirven en algunas coctelerías, e infinitamente más baratas que las Luxardo, que son las que se supone que recomiendan los expertos". Aaamén.
Documentación: Xavi Sorinas.
¿Conoces productos de marca blanca que estén buenos? ¡Confiesa tus perversiones en los comentarios!
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