Pasta con alubias y mejillones
El plato ‘fagioli e cozze’ es un clásico del verano en Apulia, aunque en realidad eso de mezclar pasta con legumbres -o con cualquier cosa- es muy común en la cocina de todo el país
La pareja pasta y legumbres es muy común en la cocina italiana, por la sencilla razón de que los italianos le intentamos poner pasta a todo. Cualquier potaje que se te pueda ocurrir se puede enriquecer con un poco de pasta, volviéndose un plato único, práctico, delicioso y normalmente económico.
Pasta y lentejas, pasta y garbanzos, pasta y alubias: más secas o más soposas, en frío o en caliente, las combinaciones son numerosas. Además de seguir recetas codificadas puedes tunear tus potajes añadiendo un puñado de pasta: el límite está en tu imaginación.
La receta que te propongo hoy se inspira en la cocina meridional italiana: la pasta fagioli e cozze es un clásico del verano en Apulia. Se suele hacer con unas pasta locales como los cavatelli o las orecchiette, pero conseguirás algo rico con cualquier pasta de calidad que te quepa en la cuchara.
Las legumbres
Podrías hacer esta receta también con garbanzos. El resultado será menos meloso, ya que las alubias es probable e incluso deseable que se rompan un poco. De hecho, podrías triturar algunas adrede. Con los garbanzos el caldo final será más limpio y aportarán ese toque tostado característico. Recuerda que la legumbre seca dobla más o menos su peso una vez remojada, y no aumenta una vez cocida. Es decir, que si lo que tienes en casa son alubias secas y quieres saber cuántas necesitas para realizar esta receta, tendrás que poner la mitad (200 gramos).
La pasta
En la cocina italiana hay, por supuesto, unos formatos de pasta dedicados a este tipo de potaje. No es la pastina, que se destina a las sopas de caldo limpio, y que se encuentra también en la despensa española. Son unas pastas un poco más grandes que, sin embargo, aún se pueden comer con cuchara. Hablamos de ditalini o ditali, que desafortunadamente no son muy comunes -aún, todo llegará- en nuestros supermercados. Se sustituyen fácilmente con unos tiburones, por ejemplo, o incluso unos fideos gorditos. Piensa en una pasta que puedas comer con cuchara, y acertarás.
Los mejillones
No es necesario darse el trabajazo de limpiar los mejillones en crudo. Si quieres pásalos por debajo del grifo, pero no te preocupes de quitarles las barbas con el cuchillo: cuando vayas a sacarlos de la concha podrás hacerlo con mucha más facilidad. Filtra el jugo que sueltan, con un colador o una gasa fina: un paño de cocina limpio también hará el a-paño -festival del humor-, porque ahí es donde estará todo el sabor.
Tiempo: 30 minutos
Dificultad: La de servir la pasta
Ingredientes
Para 4 personas
- 2 kg de mejillones
- 400 g de alubias blancas remojadas (o ya cocidas)
- 400 g de tomates cherry
- 300 g de pasta corta para potajes
- Un manojito de perejil fresco
- 2 dientes de ajo
- Cayena (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra
Instrucciones
Si no se usan las alubias en conserva, ponerlas a cocer en agua fría ligeramente salada (se puede usar también la olla exprés). Cuando estén listas, reservarlas en su líquido de cocción.
Abrir los mejillones: en una cazuela amplia poner una cucharada de aceite de oliva, un diente de ajo y los mejillones. Tapar y dejar que se abran a fuego alegre. Cuando estén abiertos, dejar enfriar un poco.
Limpiar los mejillones: sacarlos de las conchas, quitar las barbas, y reservar. Filtrar el líquido y reservarlo también.
En una cazuela amplia, calentar dos cucharadas de aceite de oliva, sofreír el otro diente de ajo y, si se utiliza, la guindilla.
Añadir los tomates cherry cortados por la mitad, y dejar que suelten sus jugos unos cinco minutos a fuego alto.
Añadir las alubias escurridas y casi todo el perejil picado, dejando un poco para acabar el plato.
Añadir la pasta, mezclar todo bien y cubrir con el líquido de cocción de los mejillones y, si es necesario, con parte del líquido de cocción de las alubias. Si se usan alubias ya cocidas, añadir un poco de agua caliente.
Cocer hasta que la pasta esté al dente, controlando la cantidad de líquido. El resultado final no debería ser muy caldoso, pero tampoco seco del todo.
Cuando la pasta esté casi lista, añadir los mejillones y terminar de cocer.
Servir con una vuelta de aceite de oliva, pimienta negra y un poco de perejil picado.
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