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Dwayne Johnson, de campeón de lucha libre a ser el actor mejor pagado del mundo

'La Roca' ha ganado en el último año 74 millones de euros y acaba de comprar por casi 13 millones la liga de fútbol americano XFL

Dwayne Johnson en un estreno en Los Ángeles en julio de 2019.
Dwayne Johnson en un estreno en Los Ángeles en julio de 2019.Richard Shotwell (AP)

Dwayne Johnson soñaba primero con trabajar en la CIA, luego con ser un jugador profesional de fútbol americano, pero la vida le llevó a ser un campeón de lucha libre y, más tarde, dedicarse a la interpretación. Ahora es el actor mejor pagado del mundo por segundo año consecutivo. Así lo ha establecido la revista Forbes, que ha calculado que en el último año se ha llevado al bolsillo 87,5 millones de dólares (unos 74 millones de euros). En la lista le siguen Ryan Reynolds y Mark Wahlberg, que no han superado a Johnson, también conocido como La Roca, a pesar de que en esta ocasión ha obtenido dos millones de dólares menos que el año pasado.

A diferencia de Reynolds y Wahlberg, Johnson no tenía orientada su vida al mundo artístico desde un principio. De hecho, su primer trabajo en la gran pantalla no fue hasta que cumplió los 29 años. Fue una breve aparición en El regreso de la momia, protagonizada por Brendan Fraser y Rachel Weisz. Una película que dio paso al año siguiente a otra centrada en su personaje: El rey escorpión. Por aquel papel cobró 5,5 millones de dólares, todo un récord para un protagonista debutante.

Han pasado casi dos décadas desde aquel gran salto al cine que marcó un antes y un después para el actor, que decidió cambiar el rumbo de su vida profesional. Su último proyecto más lucrativo ha sido Red notice, un largometraje de suspense que Netflix estrenará en 2021. La primera vez que Johnson apareció en la lista de Forbes fue en 2016, con unas ganancias de 64,5 millones de dólares, y desde entonces ha trabajado en proyectos como Baywatch: Los vigilantes de la playa y las sagas de Jumanji y Fast & Furious. Todas ellas comedias, películas de aventuras o acción que fácilmente se convierten en un éxito de taquilla que le han permitido ser hoy una estrella muy lucrativa.

Un éxito que de joven pensaba obtener como deportista. Estudió Criminología en la Universidad de Miami y quería entrar en la carrera de Derecho, pero un día se percató de que ninguna facultad le aceptaría con las bajas notas que acumulaba. Por aquel entonces jugaba en los Miami Hurricanes, pero a los pocos años desistió afectado por los comentarios de su entrenador —le llegó a decir: “No eres lo suficientemente bueno”— y una lesión de espalda.

Así que decidió probar suerte con la lucha libre, un mundo del que algunos miembros de su familia habían formado parte. Su abuelo materno, Peter Maivia, y su padre, Rocky Johnson, fueron luchadores profesionales y su abuela, Lia Maivia, una de las primeras promotoras de lucha libre femenina. De hecho, su padre fue uno de los integrantes del primer equipo negro en ganar el World Wresting Entertainment, el campeonato de esta disciplina más importante del mundo. Al principio, este era algo reticente a que su hijo compitiera porque era una profesión bastante dura, pero finalmente accedió a ser su entrenador.

Padre e hijo mantenían un fuerte vínculo, pero también una complicada relación. Las decisiones que tomó su padre a lo largo de su carrera llevaron a la familia al desahucio cuando el actor tenía 14 años. Rocky Johnson fue un hombre repleto de “complejidades”, reconoció su hijo a principios de este año tras su fallecimiento a los 75 años. “Daría cualquier cosa por poder darle un fuerte abrazo y un beso antes de que cruzara al otro lado. Para simplemente decirle gracias, te quiero y te respeto. No tuve la oportunidad de decir eso, pero así es la vida, como muchos de vosotros sabéis”, comentó a sus seguidores para darles las gracias tras recibir multitud de mensajes de apoyo: “Habéis levantado mi ánimo de una manera que no podéis ni imaginar”.

A pesar de que otros famosos de su categoría son más celosos de su intimidad, Johnson prefiere compartir lo bueno y lo malo de su vida con sus fans. En Instagram acumula más de 193 millones de seguidores a los que mantiene entretenidos con vídeos graciosos, fotografías de sus entrenamientos, mensajes motivadores o experiencias divertidas con su familia. Suele cantar con su hija pequeña, Tiana Gia, de dos años, la canción You’re welcome de la película de Disney Vaiana en la que el actor da voz a uno de sus personajes. Pero la niña, como muestra una de sus últimas publicaciones, sigue sin creerse que su padre haya participado en el largometraje de animación por mucho que Johnson intente convencerla de lo contrario.

Además de Tiana Gia, el intérprete tiene dos hijas más: Jasmine, de cuatro años, fruto de su relación con su actual esposa, Lauren Hashian, con la que se casó el año pasado, y Simone Alexandra, de 18 años, hija de su anterior matrimonio con Dany Garcia, con la que mantiene una buena relación y es partícipe de los negocios del actor. Recientemente Garcia se ha convertido en la primera mujer propietaria de una liga profesional americana gracias a que forma parte del consorcio de su exmarido que ha adquirido por 12,7 millones de euros la XFL, una liga profesional de fútbol americano.

Una inversión que aumenta la fortuna de Johnson. Los beneficios vienen del cine, de su productora Seven Bucks Productions y de su línea de ropa deportiva Project Rock, además de otros negocios. Pero el actor también obtiene ganancias con sus publicaciones en Instagram. El mes pasado se coronó como el famoso mejor pagado en Instagram, puesto que ostentaba hasta ese momento Kylie Jenner, la pequeña del clan Kardashian. Según la empresa británica de marketing Hopper HQ, Johnson supera el millón de dólares (alrededor de 890.000 euros) por cada publicación con publicidad en esta red social.

Su carisma y su simpatía convierten a Johnson en uno de los actores más queridos de Hollywood y, por tanto, en un producto atractivo para los anunciantes. No interpretará grandes papeles para ganar un Oscar, pero sí participará en películas que tienen el éxito garantizado. Él es diferente y prefiere aprovechar su fama para apoyar causas solidarias, ya sea tras los daños del huracán Harvey o donando dinero para la investigación de enfermedades terminales.

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