Esther Doña, de marquesa de Griñón a tertuliana del corazón en televisión
La viuda de Carlos Falcó ha aceptado una oferta de TVE que encaja con su gusto por la fama y los medios de comunicación
Esther Doña, viuda del marqués de Griñón, nunca ha ocultado su gusto por la fama y por los medios de comunicación. Seis meses después del fallecimiento de su esposo a causa de la covid-19 ha aceptado una oferta de TVE para convertirse en tertuliana de un espacio que aborda temas de la prensa del corazón, de los que ella ha sido protagonista durante su relación con Carlos Falcó. Su debú será el 7 de septiembre en Las mañanas de la 1, según ha anunciado el programa. Para comenzar su nuevo trabajo concederá una entrevista en la que abordará cómo han sido estos últimos meses tras la muerte del aristócrata y en qué estado se encuentra su relación con los hijos de este.
Carlos Falcó falleció el 20 de marzo en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid después de luchar contra el coronavirus. Doña explicó que nunca se le pasó por la cabeza un fatal desenlace conociendo la naturaleza de su marido. “Tenía los 83 años de un adolescente. Nos creímos los dos que era inmortal. El duelo está siendo especialmente duro”. Y añade: “Me siento muy orgullosa de haber podido disfrutar estos años junto a Carlos. No han sido muchos pero han sido muy intensos. Ojalá hubieran podido ser más. No hicimos felices mutuamente. Tenía a mi lado a un hombre que, pese a su edad, estaba lleno de juventud, de planes, de sueños”. Las primeras declaraciones de Esther Doña tras enviudar las concedió a la revista ¡Hola!.“Estaba lleno de planes y de sueños… Nos creíamos los dos que era inmortal” afirmaba. “El duelo está siendo especialmente duro. Vi a mi marido salir bien de casa y ya no he vuelto a verlo más”, confesó en plena cuarentena
Tras el confinamiento, Doña, que también enfermó de coronavirus, abandonó el palacio de El Rincón, situado en Aldea del Fresno., y se instaló en el piso que tiene en la localidad madrileña de Majadahonda. Esta decisión no ha causado demasiada sorpresa porque en 2018 Doña hizo público que había firmado un acuerdo prematrimonial “en el que queda claro que nuestra relación está basada en el amor y no en temas materiales”, dijo entonces.
Sin embargo, sí ha sorprendido la decisión de los herederos del marqués de Griñón, sus cinco hijos, de desprenderse de una de las propiedades más queridas de su padre. Se trata de una finca de 123 hectáreas con un palacio de aire medieval edificado en 1892 por José Manzanedo, primer marqués de Manzanedo y duque de Santoña. Una construcción que fue ampliada más tarde por su hija y heredera, y que llegó a tener visitantes tan ilustres como el rey Alfonso XIII, el conde de Romanones o la reina Victoria Eugenia, que asistían a las cacerías anuales que se celebraban en la finca. La propiedad llegó a manos de Carlos Falcó en 1994 como parte de la herencia de su tía Paloma Falcó, que la había recibido en 1967 de su esposo, José Mitjans y Murrieta, cuarto marqués de Manzanedo. Ella fue quien restauró y acondicionó el palacio y los jardines de la finca en la que también existen viñedos, y donde Carlos Falcó fijó su residencia principal en 1999. Parece ser que su venta tiene que ver con el estado en que se encuentra la propiedad y el elevado coste de su mantenimiento.
Desde hace unos años parte de sus instalaciones se utilizaban para celebrar eventos, un negocio que durante un tiempo controló Tamara Falcó, la hija que el marqués de Griñón tuvo con Isabel Preysler y que ha heredado este título nobiliario de su padre. En las 123 hectáreas con las que cuentan el palacio y su finca hay restos de una ermita del siglo XIII, viñedos, una plantación de bambú que da de comer a los osos pandas del Zoo de Madrid y varios jardines de diseño para los eventos. El edificio cuenta con 30 habitaciones, aunque solo se usan las que corresponden a la parte privada que Falcó y su última esposa utilizaban como vivienda. El valor de la propiedad puede variar por la situación del mercado inmobiliario, pero en 2012 un tasador fijó su precio en cinco millones de euros con motivo de la solicitud de una hipoteca que apoyara los negocios del marqués.
Doña mantiene una distante relación con los cinco hijos de su marido. Todos ellos han tratado de resolver los asuntos de la herencia de la manera más discreta posible. Tamara Falcó, hija de Carlos Falcó e Isabel Preysler, es quien ha heredado el título de marquesa de Griñón, ya que sus dos hijos mayores ya poseían otras distinciones,
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