El príncipe Hussein, heredero al trono de Jordania, se casa con Rajwa Al Saif ante una congregación de ‘royals’
Los reyes Juan Carlos I y Sofía, los príncipes de Gales o Guillermo y Máxima de Holanda son algunos de los invitados a la ceremonia celebrada este jueves en Amán
Este 2023 se ha convertido en el año de las bodas reales en el seno de la familia real de Jordania. Hace menos de tres meses, la princesa Iman de Jordania, hija mayor de los reyes Abdalá y Rania, se casó en Amán con el financiero venezolano de origen griego Jameel Alexander Thermiotis. Hoy ha sido el turno del príncipe Hussein (28 años), heredero al trono jordano, que ha contraído matrimonio la tarde de este jueves con la arquitecta saudí, Rajwa Al Saif (28 años), hija del empresario Jalid Al Saif y de una prima del rey Salmán de Arabia Saudí. Y lo han hecho en una ceremonia íntima —aunque retransmitida por televisión—, en la que han estado rodeados de familia y miembros de la realeza europea, entre ellos Juan Carlos I y doña Sofía.
La joven pareja hizo público su compromiso el pasado mes de agosto, un anuncio que pilló por sorpresa a muchos. La reina Rania afirmó entonces, a través de sus redes sociales, que “no creía posible llevar tanta alegría” en su corazón. El matrimonio del heredero del trono con una saudí, más aún relacionada con la casa reinante en Arabia, es un paso simbólicamente importante para la familia real hachemita.
Casi 10 meses después, la boda, celebrada por el rito islámico en una carpa instalada en los jardines del palacio de Zahran, ha congregado en Amán, capital del país, a representantes de casas reales de todo el mundo, algo que no ocurrió con el enlace de Iman el pasado mes de marzo. Al tratarse de un heredero al trono, la cita vuelve a ser una nueva gran reunión de royals tras la coronación de Carlos III. En esta ocasión han asistido los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía. Ataviado en un bastón y con paso lento e inestable, el rey Juan Carlos I, acompañado de la reina Sofía, ha llegado a la ceremonia junto a una tercera persona. Era Vicente García Mochales, Mochi, el jefe de escoltas del emérito en Abu Dabi, quien le ha ayudado en todo momento a caminar y subir los escalones hasta el lugar donde les esperaban Rania y Abdalá. Tras saludar y charlar unos pocos minutos con los padres del novio, y debido a los problemas de movilidad del rey emérito, don Juan Carlos ha llegado hasta el lugar en el que se ha celebrado la boda en silla de ruedas. Don Juan Carlos y doña Sofía se han sentado entonces en la segunda fila, junto a la exjequesa de Qatar, Mozah Bint Nasser al Missned, y el presidente de Ruanda, Paul Kagame. Tras la corta ceremonia, don Juan Carlos se ha vuelto a apoyar en Mochi en su camino hasta saludar a los recién casados. Quienes no han acudido han sido los actuales monarcas españoles, los reyes Felipe y doña Letizia, a pesar de estar invitados.
Entre los pocos invitados a la ceremonia ha habido muchos de los príncipes herederos europeos. Los primeros royals en llegar han sido los príncipes de Gales, Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, con quienes los reyes jordanos han compartido varios minutos de conversación. Rania y Abdalá de Jordania han sido los encargados de recibir, uno a uno, a los 140 invitados a la ceremonia. A continuación, llegaba el también príncipe heredero Federico de Dinamarca, acompañado de su esposa Mary, que han viajado hasta Jordania en nombre de la reina Margarita, convaleciente tras pasar por quirófano en febrero para tratar sus problemas de espalda. La casa real sueca también ha estado representada por la princesa heredera de Suecia, Victoria, acompañada de su marido Daniel. No han faltado los reyes de Holanda, Máxima y Guillermo —sentados en la primera fila durante la ceremonia, y acompañados de su primogénita, la princesa heredera Amalia, en el banquete—, así como la princesa heredera Isabel de Bélgica, que ha acudido acompañada de su padre, el rey Felipe. Una de las sorpresas de la tarde ha sido la asistencia de Beatriz de York, hija mayor del príncipe Andrés de York, hijo de la difunta reina Isabel II, junto a su marido, Edoardo Mapelli Mozzila. También han acudido el rey de Malasia y sultán de Pahang con su esposa, la reina consorte Azizah; y Jetsun Pema, reina consorte de Bután.
Más allá de las casas reales, la primera dama estadounidense Jill Biden ha sido otra de las pocas invitadas a la boda. En esta ocasión no ha ido acompañada de su nieta, como hizo recientemente en la coronación de Carlos III, sino que ha asistido junto a su hija Ashley Biden.
El desfile de invitados ha comenzado a las 16.00 hora local (una hora menos en la España peninsular), en el palacio de Zahran, residencia hasta 1994 de la reina Zain al Sharaf, madre del rey Hussein y abuela del actual monarca. Este también es el lugar en el que se celebró la boda de los reyes Abdalá y Rania en 1993, de la que el próximo 10 de junio se cumplirán 30 años. Este tipo de exhibiciones públicas, habituales en la realeza occidental, son inusuales en el mundo árabe, donde rara vez se comparten detalles de su vida privada.
La novia, Rajwa Al Saif, ha caminado por el altar agarrada del brazo de su cuñado, el príncipe Hashem, hijo pequeño de Abdalá y Rania de Jordania. Escoltando a la novia y encargadas de colocarle la cola de su vestido de la firma Elie Saab, iban las princesas Iman y Salma, hermanas también del príncipe Hussein, vestido para la ocasión con uniforme militar. La ceremonia no ha durado más de 30 minutos, exactamente como fue la de Iman el pasado marzo. Tras el enlace, oficiado por el imán de la Corte Real hachemita, el Dr. Ahmed Al Khalaileh, los novios se han subido en un todoterreno descapotable. Escoltados por varios Land Rover con soldados armados, así como también motocicletas, los recién casados han saludado a los centenares de curiosos que les esperaban en las calles de la capital —hoy se ha declarado festivo en el país— en su camino hacia el palacio Al Husseiniya. En este segundo palacio se ha llevado a cabo una recepción más multitudinaria (se calcula que habrá unos 1.400 invitados) y también se ha organizado un banquete en honor a la pareja, para el que la novia ha cambiado de traje. Según informaciones publicadas por varios medios, el diseño y la decoración son una muestra de la tradición jordana, la artesanía y el paisaje, desde una alfombra y asientos hechos a mano hasta café árabe tradicional, música en directo y presentación de dátiles, un signo de hospitalidad en las culturas jordana y saudita.
Poco después de firmar el contrato matrimonial ante dos testigos y de terminar la ceremonia, la Corte Real Hachemita ha anunciado en su cuenta de Twitter que Rajwa es ya oficialmente una princesa: “Se emitió un Real Decreto para otorgar el título de Su Alteza Real Princesa Rajwa Al Hussein a la señorita Rajwa Khalid Alseif, con motivo de su matrimonio con Su Alteza Real el Príncipe Heredero Al Hussein”, dice el comunicado.
Este segundo palacio alberga las oficinas del rey Abdalá, la reina Rania y también del príncipe Hussein. Y hace una semana fue el escenario en el que se celebró la fiesta de la henna. En esa ocasión, Rania de Jordania se convirtió en la anfitriona de la tradicional despedida de soltera de la novia. En el evento estuvieron presentes las mujeres de la familia real jordana, así como otras invitadas. La despedida del novio, celebrada este miércoles 24 horas antes del enlace, se inició con una fiesta íntima a la que asistieron los familiares más cercanos. Pero después, la celebración se completó con otra mucho más multitudinaria: más de 4.000 compatriotas masculinos asistieron al evento. El rey Abdalá entregó al príncipe Hussein su regalo de bodas: una espada hachemita de hierro que simboliza la justicia y su futuro reinado.
Más allá de los preparativos del enlace, han sido unas semanas llenas de eventos para la familia real jordana: la princesa Salma, hija menor de los reyes, se graduó en la Universidad de California a mediados de mayo; hace una semana, el príncipe Hashem, el menor de cuatro los hermanos, terminó sus estudios de Bachillerato en Jordania. “Chicos, ¿podemos reducir la velocidad un poco? ¡Mamá necesita coger aire!”, escribió Rania de Jordania junto a las fotografías de la ceremonia que compartió en su cuenta de Instagram, en la que cuenta su día a día a sus 8,7 millones de seguidores.
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