Los nuevos comienzos de Lalisa Manobal (‘Lisa’), la estrella de K-pop que está acostumbrada a pulverizar récords

Cuando Lalisa Manobal (Buiriam, Tailandia, 27 años) se fue a vivir a Seúl, con apenas 13 años, la única palabra que sabía decir en el idioma del país era Hola. Aquella preadolescente estaba dispuesta a asumir muchos sacrificios para alcanzar su sueño de convertirse en una estrella de K-pop, el género musical exportado de Corea del Sur que enloquece al mundo. Tanto es así que, para atraer la suerte, y asesorada por una tarotista, cambió su nombre de nacimiento, Pranpriya, por Lalisa, que significa “la que es alabada”. “Una semana después de cambiarme el nombre, YG [su discográfica] me contactó para formarme con ellos”, contó quien hoy es conocida como Lisa en Billboard acerca de sus orígenes en la industria.

Esa formación se tradujo en varios años de entrenamiento, clases de canto y baile. Pero el esfuerzo mereció la pena y en 2016 logró el premio gordo al convertirse en una de las cuatro integrantes de Blackpink, la banda femenina responsable del éxito del K-pop en Occidente. En 2021 llegó su debut en solitario, a lo que siguieron las colaboraciones con artistas internacionales como Rosalía, con quien grabó New Woman el pasado verano. “Soy muy fan suya, la quiero mucho y me siento afortunada de que haya dicho que sí a colaborar juntas”, expresó al respecto en la alfombra roja de los premios MTV Video Music Awards.

Lo último ha sido su salto a la interpretación como parte del reparto de una de las series del momento, The White Lotus. Mike White, creador, guionista y director de la ficción, ha contado con la tailandesa para grabar la tercera temporada, que transcurre precisamente en el país asiático en el que nació la artista. Si bien durante meses se ha mantenido en secreto el papel que interpretaría, hace unas semanas se desveló el primer teaser y se pudo ver a Lisa como una de las empleadas del lujoso hotel que recibirá a los nuevos huéspedes de este particular universo. “Es mi primera vez actuando, es mi debut, estoy muy emocionada. He grabado muchos videoclips donde tienes que expresarte, creo que es un poquito similar, pero quería probar algo que nunca hubiera hecho. Llevo cantando los últimos siete u ocho años y a veces sientes que necesitas intentar algo nuevo”, declaró en una charla junto a la cantante sudafricana Tyla, con quien también acaba de colaborar.

Sacrificios y disciplina: la dura formación K-pop

Lisa estaba acostumbrada desde pequeña a destinar buena parte de su tiempo libre a entrenar para ser la mejor en las competiciones de baile a las que asistía desde que tenía cuatro años. Sin embargo, esa rutina deportiva inculcada desde la infancia no tenía nada que ver con lo que vendría cuando a los 13 años dejó su Tailandia natal para irse a vivir a Seúl, la meca del K-pop. Tras realizar el casting para YG, la poderosa discográfica y agencia de talentos, fue elegida para iniciar su formación como trainee o aprendiz de la casa de discos. Ese proceso de formación al que deben someterse todos los aspirantes a cantantes de K-pop se dilata durante varios años y las prácticas abusivas que muchas veces encierra acaparan titulares recurrentemente.

Los adolescentes y potenciales estrellas del pop surcoreano (o ídolos, como se les denomina) abordan maratonianas jornadas de entrenamiento entre clases de baile, de canto o de idiomas, ya que, si bien cada vez más el inglés se impone en el K-pop, es necesario saber surcoreano (y quien no sepa, también inglés). Estos centros especializados funcionan como un internado para futuras estrellas y, por supuesto, los alumnos se mantienen alejados de amigos y familia. El férreo control ejercido sobre ellos no se limita solo a su imagen personal, construida al milímetro para conquistar a las masas, también a su vida privada: nada de escándalos ni relaciones amorosas públicas.

La presión es creciente conforme se acercan a la meta, tanto es así que la propia Lisa confesó hace unos años a Rolling Stone que, a pesar de su determinación, muchas veces estuvo a punto de tirar la toalla: “¿Cuándo se iba a terminar? ¿Tenemos que pasar tests todos los meses? Llamaba a mi madre en Tailandia diciéndole que quería dejarlo y ella me decía que aguantara otro año”. Al final, lo consiguió. Y en 2016 llegó la gloria de la mano de Blackpink. Se convirtió en la primera artista no surcoreana en formar parte de una banda K-pop. Junto al resto de compañeras del grupo, Jennie, Rosé y Jisoo, hicieron historia. Algunos hitos: en 2018 el videoclip de su tema Ddu-Du Ddu-Du fue el más visto del año en Corea del Sur. En 2019, ese impacto en visualizaciones alcanzó el planeta entero cuando Kill This Love batió récords en YouTube como el videoclip con más reproducciones de la historia de la plataforma en el día de su estreno. Un año más tarde se alzaron con el primer premio VMA para un grupo de K-pop y, en 2022, marcaron un antes y un después al liderar la lista Billboard con el álbum Born Pink, primera vez para una formación como la suya. Hace un año, las cuatro fueron condecoradas por el rey Carlos III como Miembros de la Orden del Imperio Británico en una cena de Estado con el presidente de Corea del Sur, una prueba más de su gran influencia más allá de la música.

Carrera en solitario

El fenómeno fan detrás del K-pop tiene dimensiones colosales, pero en el caso concreto de Lisa es incluso más llamativo, ya que es la cantante de K-pop más seguida de Instagram (tiene más de 105 millones). Una auténtica legión de seguidores (bautizados como Lilies) que ha encumbrado todavía más a la artista desde que apostó por su carrera en solitario en septiembre de 2021, fecha de lanzamiento de su álbum Lalisa, proyecto para el que recuperó su nombre entero. “Al principio estaba asustada y nerviosa, nunca había hecho mis propias cosas, ahora me estoy divirtiendo mucho”, recogió Just Jared. La respuesta del público ha sido, una vez más, abrumadora. Tanto que con su álbum de debut cosechó dos récord Guinness, adelantando por la derecha a la mismísima Taylor Swift con uno de ellos: videoclip más reproducido en YouTube por un artista en solitario en 24 horas. A sus 27 años, ella misma ha explicado que se está adentrando en una etapa más adulta y eso se refleja en la imagen que busca proyectar y que es menos inocente: “Ya no somos novatas. Tengo 27 años, voy de camino a los 30 (…) No es ninguna locura. Estoy haciendo lo que quiero y eso no daña a nadie”, sentenció en Billboard.

Su ambición no se queda ahí porque no solo está inmersa en una nueva etapa profesional en solitario, también ha tratado de tomar el control de sus propias canciones. Según recoge la prensa especializada, a comienzos de este año fundó su propio sello de representación y gestión musical, Lloud, además de llegar a un acuerdo con RCA Records según el cual será la dueña final de todos sus temas en solitario. Este movimiento se revela de lo más inteligente si se tienen en cuenta los problemas que han tenido en el pasado artistas como Taylor Swift con la propiedad de sus canciones. No obstante, y a pesar de su éxito volando sola, la etapa de Blackpink todavía no se ha clausurado: “Estamos muy orgullosas de Blackpink, amo Blackpink, no solo por nuestros fans, sino por nosotras mismas. No hay duda. Es nuestra vida”, relató recientemente a Elle. A fin de cuentas, con ellas ha vivido alguno de los hitos profesionales más celebrados de su carrera, como la actuación en Coachella como cabeza de cartel en 2023: “Ha sido la multitud más grande que hemos tenido nunca, no podíamos ver el final, era como un mar ¡como estar en el océano! Todavía pienso que es un sueño. No puedo creer que llegáramos tan lejos y que la gente nos quiera tanto a nosotras y nuestra música”, se sinceró en Vanity Fair.

El poder de influencia de la tailandesa no tardó en llamar la atención de las marcas, y la moda de lujo no perdió el tiempo cuando su nombre empezó a sonar con fuerza. En 2020, Celine y Bvlgari la nombraron como embajadora global de la firma, un fichaje al que se ha sumado Louis Vuitton en 2024. En octubre, además, actuó en el desfile de regreso de Victoria’s Secret. Sin embargo, el gran proyecto ha sido su salto a la televisión. De momento, se desconoce el peso que tendrá su personaje en The White Lotus, pero, sea como sea, ha sido una oportunidad única para ella: “Creo que lloré cuando me enteré de que me dieron el papel”, contó en una extensa entrevista a Elle.

“Estaba con mis amigos, los amigos de mi madre y mi madre también, pero no les había dicho que había hecho una prueba para ello”. Tras unas semanas de incertidumbre, pasó la audición y la artista se sumó al equipo de Mike White, a quien define como “un genio”. La ficción se ha filmado en Bangkok y las islas de Phuket y Koh Samui, lo que ha permitido a Lalisa volver por un tiempo a su país natal. En el único teaser publicado hasta la fecha, la primera en hablar es ella: “Bienvenidos a The White Lotus en Tailandia”, dice sonriendo caracterizada como una de las empleadas del lujoso hotel, apenas unos segundos que han corrido como la pólvora en redes sociales, donde sus seguidores convierten en tema de conversación cualquier asunto relacionado con la artista.

Los nuevos episodios aterrizarán en la plataforma el próximo febrero, de momento sin fecha exacta. Ese mismo mes saldrá a la venta Alter Ego, su primer álbum en solitario (hasta ahora, solo había lanzado canciones sueltas), del que ya ha desvelado sencillos como New Woman (su colaboración con Rosalía), Rockstar y Moonlit Floor, en cuya letra algunos han identificado un mensaje velado a Frédéric Arnault, la rumoreada pareja de la artista e hijo del magnate Bernard Arnault. Por si esto fuera poco, también para el año que viene se planea el esperado retorno de Blackpink. Si todavía no había oído hablar de Lisa, en 2025 será complicado no toparse con su nombre.