Louis Partridge, un Sid Vicious para el siglo XXI: “El punk se impuso en una sociedad desgarrada por la economía. No es tan distinto a lo que vivimos ahora”
El joven británico apunta al estrellato: interpreta al bajista de los Sex Pistols en la nueva serie de Danny Boyle, director de la mítica ‘Trainspotting’
Al pronunciar el nombre de los Sex Pistols, sucede lo mismo que con otros gigantes de la música: saltan los fans exaltados que creen saberlo todo sobre ellos, asienten con estoicismo quienes solo conocen de oídas a la banda y el resto responde con una mueca de hastío ante una leyenda que les trae sin cuidado. Por eso, cuando Disney anunció en enero de 2021 que preparaba una serie sobre la banda de punk más célebre de la historia, hubo preguntas, muchas preguntas. ¿Qué quedaba por contar sobre esos cuatro chavales que fueron la punta de lanza del movimiento juvenil más importante del último medio siglo?
“Por suerte, guardaban un as en la manga”, anuncia Louis Partridge (Londres, 19 años), quien da vida a Sid Vicious, el más tormentoso de ellos: guapo, autodestructivo y no muy inteligente. Partridge suma casi ocho millones de seguidores en Instagram y acaba de desfilar para Prada, pero el as en la manga no es él: se refiere a Danny Boyle, director de Trainspotting (1996), la oscarizada ¿Quién quiere ser millonario? (2008) y ahora encargado de resucitar a la banda en Pistol, la serie que Disney+ acaba de estrenar en todo el mundo angloparlante y que a España llegará el 7 de septiembre. Boyle se ha basado en una máxima que hoy cita el actor: “Los Pistols son tan grandes que le pasa lo que a las grandes leyendas: conocemos más nuestra idea preconcebida sobre ellos que su historia real”.
Son las nueve de la mañana y Louis Partridge, admirador de directores como Paul Thomas Anderson o Luca Guadagnino, viste una camiseta en la que se lee Never Mind The Bollocks, Here’s the Sex Pistols, título del único álbum de estudio publicado por el grupo en 1977. “Cuando me enteré de que había en marcha una producción sobre los Pistols, pensé que había que intentarlo”, afirma. Había estrenado ya unos nueve proyectos, entre ellos el que fue su trampolín a la fama, Enola Holmes (2020), junto a Millie Bobby Brown (Stranger Things) y donde interpretaba al bullicioso vizconde de Tewkesbury. Con ese éxito bajo el brazo, Partridge se grabó en su propia casa hablando en el acento cockney típico del este de Londres y del bajista de God Save The Queen: su madre le daba la réplica como Nancy Spungen, la malograda novia de Vicious. “Para mi sorpresa me llamaron y, tras dos grabaciones más, me reuní con Danny [Boyle]. A las dos semanas tenía el papel”, cuenta.
Este galán de nuevas generaciones nunca pretendió dedicarse a la interpretación. “Siempre he querido estudiar y no depender de una profesión tan complicada”, explica. Su primer papel fue el de Lady Marian, la pareja de Robin Hood, en la obra de teatro que preparó en clase a los ocho años: seguía la tradición inglesa de encarnar papeles clásicos, repartidos sin reparar en el género. “Como ves, no tenía demasiados prejuicios en hacer lo que me pidieran”, bromea sobre encarnar a una noble enamorada de un bandido. “Tardé cinco años en que alguien me diera un papel relativamente decente, en cortos como About a Dog (2014) o Beneath Water (2014) y la serie Boomers (un capítulo en 2014): compaginaba esos rodajes con las clases y los exámenes, para que mis padres también confiaran en mí”. Su padre, abogado afincado en el barrio de Wandsworth, a las afueras de Londres, siempre había soñado con actuar: no fue difícil convencerle de que su hijo empezara a acudir a pruebas. “Igualmente, si me agobiaba y entraba en crisis sobre por dónde debía tirar, siempre pensaba en dejar la actuación antes que los estudios”, asegura.
No hizo falta: su trayectoria entró en ascenso con Pan: Viaje a Nunca Jamás (2015), su primer papel —sin diálogo, pero papel— en una producción de primer orden. Desde entonces, ha compaginado proyectos con exámenes. “La pandemia me ayudó bastante, porque al final pasaba la mayor parte del tiempo estudiando, a veces matemáticas y a veces un guion”, cuenta. Con los exámenes aprobados, Partridge tiene ahora unos cuatro títulos a punto de estreno. Aunque intenta normalizar el asunto, no le cuesta confesar que la superproducción Enola Holmes fue probablemente una experiencia surrealista para un chaval menor de edad que se ve, de repente, envuelto en un rodaje junto a estrellas como Henry Cavill (La Liga de la Justicia) o Helena Bonham Carter. “Les conocí en la primera reunión tras ser fichado por Harry [Bradbeer, director], quien había visto mi grabación, donde, de nuevo, actuaba con mi madre. Sería un memo si no admitiera que me quedé intimidado un buen rato hasta que pude trabajar”, confiesa.
En cuestión de días entabló tanta amistad con Millie Bobby Brown que los medios del corazón corrieron a hablar de un romance en el rodaje —”eso, la verdad, también fue un shock”— y, aunque ambos se rieron, su química facilitó que las escenas fluyeran con soltura. “Recuerdo asombrarme de cómo habían conseguido que hubiera ese buen rollo [en el plató] y, con lo que he vivido después, he entendido por qué: un director puede hacer que un rodaje sea increíble o una experiencia horrible”.
Entonces llegó Vicious de los Sex Pistols. Partridge solo conocía las anécdotas que le había contado su padre. Por ejemplo, cuando fueron invitados a una entrevista en televisión, en diciembre de 1976, al programa familiar de Bill Grundy y llegaron tan borrachos que solo supieron soltar una lluvia de tacos. Al día siguiente, el Daily Mirror llevaba en portada el legendario titular La mugre y la furia (variación del El ruido y la furia faulkneriano). El actor también sabía que los británicos más conservadores les odiaban por su antihimno God save The Queen, publicado durante el Jubileo de Plata de Isabel II y cuya primera estrofa —”Dios salve a la Reina / un régimen fascista / te han hecho un imbécil / una bomba H en potencia”— resume al grupo y a ese loco movimiento antisistema que es el punk.
“Pasé dos meses investigando tanto a Sid como al resto de la banda, y también a su mánager [el visionario pop Malcolm McLaren]. Y los hallazgos me resultaban tan interesantes como demoledores”, cuenta. Encontró reliquias como La gran estafa del rock ‘n’ roll, falso documental dirigido por Julian Temple en 1980 que mitificaba los orígenes de la banda. O películas como Sid y Nancy (1986), sobre la historia de amor entre Vicious (Gary Oldman) y Spungen (Chloe Web), a quien todo apunta que asesinó en octubre de 1978. Vicious murió de sobredosis en febrero de 1979, a los 21 años. “Cuanto más leía, menos claro tenía cómo encarnar a un tío que podía ser, según el día, el ser humano más asqueroso del planeta o un ejemplo de perfecta lucidez. A fin de cuentas, era un crío de 18 años cuando se unió al grupo y, claramente, estaba perdido en la vida. En pocos meses, pasó de ser anónimo a una de las personas más odiadas del país, pero también admirado por muchos. Todo un cóctel molotov”, dice Partridge.
La serie, que cuenta con Maisie Williams (Juego de tronos) como la grupi Pamela Jordan Brooke y con Toby Wallace, Christian Lee, Anson Boon y Dylan Llewellyn en los papeles del resto de la banda, está basada en el libro Lonely Boy, memorias de un Sex Pistol (Cúpula) que el guitarrista Steve Jones publicó en 2017. Algo que no le gustó nada a quien fuera líder del grupo, John Lydon, que intentó detener la serie e incluso recurrió a los tribunales para prohibir el uso de canciones de la banda. Perdió. El actor cree que el libro es la mejor materia prima posible. “Todos los episodios están unidos por una narrativa específica y sólida, la de este tipo que siempre era un secundario aquellos años. Se podrían hacer cientos de series sobre los Sex Pistols, pero solo una con tantas garantías de realismo: la narra quien vivió la historia. Steve no era el protagonista, ni el líder, probablemente tampoco el más guapo o carismático, por eso su papel de narrador es tan interesante”, discurre Partridge. “He pensado bastante en el porqué de su éxito, y no me resulta tan raro que el punk se impusiera en una sociedad desgarrada por la crisis económica. Después de todo, estos cuatro tipos hablaban de la ausencia de futuro para los de su generación, y tampoco era una opción tan marciana. No es una situación tan distinta de la que vivimos ahora”.
Partidge acaba de terminar el rodaje de la siguiente aventura de Enola Holmes, que también debería estrenarse este año. Mientras espera su estreno, también prepara Ferryman (debut en dirección de la guionista Kelly Marcel, de Cruella, Venom y 50 sombras de Grey); la serie de AppleTV+ Disclaimer (junto a Cate Blanchett o Sacha Baron Cohen) o The Lost Girls, la versión de Livia de Paolis sobre el clásico Peter Pan donde encarnará al eterno infante de Nunca Jamás. El futuro promete, pero Louis Partridge tampoco tendría problema si el teléfono dejara de sonar: “¡Por si acaso, al menos ya tengo el Bachillerato!”.
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