El activista bahreiní Abdulhadi al Khawaja abandona la huelga de hambre
El defensor de los derechos humanos no logra obtener la libertad tras 110 días de ayuno
El activista bahreiní Abdulhadi al Khawaja va a poner fin a sus 110 días de huelga de hambre, según ha confirmado a EL PAÍS su hija Maryam. Al Khawaja, al que un tribunal militar condenó el año pasado a cadena perpetua por intentar derrocar a la monarquía, inició su protesta el pasado 9 de febrero para pedir que se revisara la sentencia y que entretanto se le pusiera en libertad.
“Va a terminar la huelga esta noche porque ha logrado llamar la atención sobre la situación de los derechos humanos en Bahréin”, explica Maryam al Khawaja por teléfono desde Dinamarca, donde se encuentra refugiada tras las protestas del año pasado. Su hermana Zeinab, también como ella muy activa en el movimiento prodemocracia de Bahréin que encabeza su comunidad chií, acaba de ser condenada a un mes de cárcel por protestar contra la detención de su padre.
El Gobierno de Bahréin rechazó el pasado marzo una propuesta de Dinamarca para hacerse cargo de la custodia de Al Khawaja, que también tiene nacionalidad danesa porque residió en ese país durante algún tiempo. Sin embargo, a finales de abril la Corte de Casación ordenó la revisión de su juicio en un tribunal civil. Las semana pasada, el activista compareció ante el juez en silla de ruedas y mañana hay prevista una segunda audiencia.
Maryam admite que su padre “no ha conseguido su principal objetivo, que era obtener la libertad”, pero señala que también han pesado las numerosas “peticiones que ha recibido de familiares y amigos” para que pusiera fin a la huelga. Después de casi cuatro meses sin ingerir alimentos, aunque sí líquidos y suero en vena, la salud de Al Khawaja es muy frágil.
“Va a necesitar seguir un programa especial para empezar a alimentarse de nuevo”, señala Maryam, quien remite a un comunicado que la familia va a emitir dentro de unas horas.
Nabil Rajab, en libertad
Otro destacado activista, Nabil Rajab, acusado de organizar protestas no autorizadas y de insultar a las autoridades, fue puesto en libertad ayer tras depositar una fianza de 300 dinares (unos 600 euros), según informó su abogado. Rajab sucedió a Al Khawaja al frente del Centro de Derechos Humanos de Bahréin y es un rostro habitual en las protestas de la mayoría chií contra la monarquía suní de los Al Jalifa, que alentadas por la Primavera árabe se repiten desde febrero de 2011 en esa pequeña-isla Estado.
Tras una brutal represión inicial que dejó una treintena de muertos, la familia real ha hecho algunas concesiones, pero para la mayoría de los opositores no son suficientes. Así que los enfrentamientos entre manifestantes y policía se repiten casi cada noche en las poblaciones chiíes que rodean Manama, la capital.
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