La oposición ucrania recibe el espaldarazo de Saakashvili
El expresidente de Georgia exhorta a los manifestantes en Kiev a evitar la reconstrucción del imperio ruso
La tribuna del Euromaidán de Kiev se volvió directamente en contra del presidente ruso, Vladímir Putin, el sábado cuando el ex presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, exhortó a los pueblos que formaron la Unión Soviética a unirse para evitar la reconstrucción de aquel imperio (desaparecido en 1991). “Hoy ustedes no sólo defienden el futuro de Ucrania, hoy ustedes defienden el futuro de toda la gente que ama la libertad”, manifestó Saakashvili, probablemente el estadista extranjero que más rechazo visceral provoca en el Kremlin.
Las palabras del georgiano fueron recibidas con una estruendosa aclamación en la plaza de la Independencia, donde enormes banderas georgianas ondeaban en un mar de banderas ucranias. Para hoy domingo, la oposición a la política del presidente, Víctor Yanukóvich, ha convocado un mitin, al que espera atraer a un millón de personas y superar así la asistencia del pasado domingo, que se cifró en varios centenares de miles de personas.
Entre la multitud que seguía ayer en la calle hay cada vez más descontentos porque los líderes de la oposición reiteran una y otra vez sus consignas sin que se atisbe ningún progreso en conseguir las reivindicaciones populares. Estas incluyen el cese del presidente, cosa que hasta ahora el trío de líderes de oposición (el boxeador Vitali Klichkó, el urólogo nacionalista Oleg Tiagnibok, y el tecnócrata Yatseniuk) se han negado a asumir. En previsión de lo que pueda pasar, las fuerzas policiales reforzaron ayer la vigilancia de las instalaciones de televisión en Kiev.
Si los pueblos de Ucrania, Moldavia, Georgia y Azerbaiyán y otros países postsoviéticos que aspiran a integrarse en Europa no se unen, entonces la gente del Kremlin que echa de menos a la URSS y que trabaja con tesón para reconstruirla, “nos comerán, si vamos en solitario”, dijo Saakashvili, que leyó su alocución en ucraniano, idioma que domina por haber residido en Kiev cuando era estudiante.
El impulsivo Saakashvili, que en 2008 empeoró los problemas territoriales de su país al provocar una guerra con Rusia en Osetia del Sur, opinó que la victoria del Euromaidán supone el fin del imperialismo ruso. “Hoy ustedes hacen historia. Deben mantener la tranquilidad y el entusiasmo. No tengo dudas de que su victoria cambiará todo y (cambiará) a Rusia. El triunfo ucranio pondrá fin al imperialismo ruso” señaló. “En los libros de historia escribirán que el imperio ruso dejó de existir en el Euromaidán”, sentenció el ex presidente, que en repetidas ocasiones ha dado muetra de animadversión por los dirigentes rusos. “Soy ucraniano, soy georgiano y por eso soy europeo”, afirmó.
Desde Georgia, la ministra de Exteriores de ese país, Maya Pandzhikidze, hizo saber que Saakashvili hablaba a título personal y no representaba el punto de vista del Gobierno. Antes, en una rueda de prensa, el georgiano había acusado a Vladímir Putin de actuar con métodos de bandidos para apoderarse del estado soberano de Ucrania. Sus palabras provocaron una casi inmediata reacción en Moscú, donde, en un tuit del jefe del comité de internacional de la Duma (cámara baja del parlamento), Alexéi Pushkov dijo que es la Unión Europea y no Rusia la que intenta apoderarse de Ucrania.
La internacionalización del Euromaidán tuvo ayer otros protagonistas en los oradores pertenecientes a fuerzas integradas en el Partido Popular Europeo. En la tribuna intervino Vlad Filat, ex primer ministro de Moldavia, quien de forma más diplomática que Saakashvili se limitó a decir que “nadie podrá robar ni el futuro ni la libertad de Ucrania”. También se dirigieron a los manifestantes varios miembros del grupo popular del parlamento europeo, entre ellos el español José Ignacio Salafranca, coordinador de Asuntos Exteriores, el vicepresidente del partido Jacek Saryuz-Wolski, y el ex presidente de Polonia Jerry Buzek. Salafranca alabó el “coraje”, la “determinación” y el “compromiso con los valores europeos democráticos” de los manifestantes.
En Rusia, el secretario de Prensa del presidente ruso, Vladímir Putin, Dmitri Pskov, negó a la agencia Ria-Novostí que Yanukóvich y su colega ruso hubieran debatido sobre la integración de Ucrania en la Unión Aduanera la víspera cuando el líder ucraniano, de vuelta de China, hizo una escala en Sochi, en el mar Negro. Yanukóvich necesita desesperadamente créditos para hacer frente a la crítica situación económica de su país y se espera que firme en los próximos días un acuerdo estratégico con Rusia para impulsar la colaboración económica e industrial entre losdos países.
Analistas políticos en Kiev creen que Rusia no sacará de apuros a Yanukóvich hasta que éste no haya “cerrado la puerta” de Europa y sea capaz de demostrar que controla o puede controlar la situación en Ucrania, donde cada vez hay más radicales, hartos del presidente y de la corrupción que le rodea y también más cansados de la “moderación” de los líderes de la oposición, cuyas exigencias para sentarse a dialogar con las autoridades incluyen cese del primer ministro, exigencia de responsabilidades a los que reprimieron la manifestación en la madrugada del 30 de noviembre y liberación de los presos políticos. “Queremos que el mitin de la plaza de la Independencia se mantenga vivo, pero que no se descontrole ni se desborde”, señalaba una fuente diplomática de uno de los países europeos que, partiendo de consideraciones geoestratégicas y del temor a la Rusia de Vladímir Putin, más ha trabajado para que Ucrania firmara el acuerdo de Asociación con la UE, incluso aunque no cumpliera ninguna condición para ello.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.