Günter Schabowski, el hombre que cambió la historia con tres palabras
Sus comentarios improvisados al decreto que ponía fin al muro de Berlín precipitaron la descomposición de la RDA
Cuando en la tarde del 9 de noviembre de 1989 Günter Schabowski recibió un documento que habían aprobado el buro político y el comité central del partido comunista de la RDA para darlo a conocer a la prensa, se sobresaltó y solo le hizo un breve comentario a Egon Krenz, el político que había reemplazado a Erich Honecker en la cúpula del poder. “Egon, este es un notición para la prensa mundial”, le dijo, cuando leyó el decreto que hacia posible que todos los habitantes del país de obreros y campesinos pudieran viajar al entonces prohibido mundo occidental.
Ese dia, Schabowski, que murió el domingo en Berlin a la edad de 86 años, tuvo el privilegio de escribir un gran capítulo en la historia de su país y de Europa, a causa de un error involuntario y de una frase de solo tres palabras que pronunció en alemán casi al final de una tediosa rueda de prensa. “Ab sofort!, unverzüglich”, (¡De inmediato!, sin demora) respondió el portavoz a una pregunta que le formuló Peter Brinkmann, un periodista del periódico Bild, y que estaba sentado en la primera fila de la sala de prensa del Centro Internacional, una pequeña sala sin ventanas, después de leer el documento que había recibido de manos de Egon Krenz
“No era un pedazo de papel, como todo el mundo dice”, dijo Schawowski, que en ese día histórico detentaba el cargo de portavoz del comité central, en su último encuentro con periodistas extranjeros. “Yo fui la persona que anunció el contenido del decreto, pero nunca pensé en las consecuencias que traería consigo”. El muro de Berlín, la odiosa construcción de acero y hormigón que dividió a la ciudad y a Europa durante 28 años, se vino abajo esa noche a causa de esas tres palabras que no estaban incluidas en el guión original.
Pero el portavoz había cometido un error de una gran dimensión histórica:. No leyó la segunda página del decreto, en la que se establecía que la medida entraría en vigor a partir del día siguiente. La lectura del documento electrizó a Brinkmann, quien interrumpió la lectura con una pregunta. “¿Cuando entra en vigor?”. A partir de ese momento se produjo un caos en la sala y Schaboswki revisó sus papeles con desesperación.
“¿El permiso también es válido para Berlín Occidental?”, quiso saber otro periodista. Schabowski tampoco tenía una respuesta y después de revisar su legajo de documentos terminó de abrir el odioso muro con otra frase legendaria. “Las salidas permanentes se podrán realizar en todos los pasos fronterizos entre la RDA y la RFA, incluidos los de Berlín”.
Schabowski , a pesar de haber sido el protagonista de una rueda de prensa histórica, cayó rápidamente en desgracia, perdió su empleo de portavoz y su elegante casa en Wandlitz, donde vivían los jerarcas de la RDA. Terminó siendo condenado, en 1997, a una pena de tres años de cárcel por haber participado en una reunión del buró político en el que se autorizó a la policía de fronteras disparar contra los alemanes que intentaran huir del paraíso socialista.
Pero a diferencia de los otros acusados en el juicio, Schabowski tuvo la dignidad de reconocer su culpa, pidió disculpas por los crímenes cometidos y solicitó públicamente el perdón a los familiares de las victimas. “Como antiguo seguidor y protagonista de esa visión del mundo, me siento culpable y avergonzado cuando recuerdo a las personas que murieron en el muro”, dijo, cuando se inició el juicio.
Después de vivir un año tras las rejas, Schabowski fue indultado y logró volver a ejercer como periodista en un periódico regional en el Land de Hesse, una profesión que había desempeñado casi toda su vida en Berlín Este y que, gracias a su cercanía con Erich Honecker, le ayudó a convertirse en director del periódico Neues Deutschland, el órgano oficial del partido, cargo que desempeño entre los años 1978 y 1985.
Después de abandonar la cárcel, Schabowski no ocultó sus simpatías por la CDU y cada vez que podía recordaba con emoción y nostalgia la tarde en que la que se convirtió en el protagonista de un capítulo histórico. “Después de la rueda de prensa me fui a la cama con la sensación de que nos habíamos transformado en un país civilizado, pero abrir el muro fue una decisión táctica, no humanitaria, que tenía como finalidad acabar con la presión popular y mantener con vida al régimen”, solía repetir.
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