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Netanyahu proclama que los Altos del Golán siempre serán israelíes

El Gobierno de Israel se reúne por primera vez en el territorio sirio ocupado desde 1967

Juan Carlos Sanz
Benjamín Netanyahu, con su Gobierno en los Altos del Golán.
Benjamín Netanyahu, con su Gobierno en los Altos del Golán. Sebastian Scheiner (AP)

El primer ministro Benjamín Netanyahu proclamó este domingo que los Altos del Golán, territorio sirio ocupado desde la guerra de 1967 y anexionado por en 1981, “seguirán siempre bajo soberanía israelí (...) y pase lo que pase en Siria, la frontera no se moverá”. Netanyahu lanzó esta advertencia a la comunidad internacional después de haber reunido por primera vez en la historia al Gobierno israelí en la disputada meseta. Antes aseguró que le había trasladado esta tesis por teléfono al secretario de Estado de EE UU, John Kerry. El jueves se la presentará previsiblemente también al presidente ruso, Vladímir Putin, durante su viaje oficial a Moscú.

Esta declaración pública de Netanyahu se produce mientras el régimen de Bachar el Asad y la oposición siria negocian una salida pactada tras cinco años de conflicto bajo los auspicios de la ONU en Ginebra. Israel teme que, tras un acuerdo de paz, la comunidad internacional le presione para que abandone los Altos del Golán. La prensa israelí asegura que el presidente El Asad ha impuesto como condición a cualquier pacto con la oposición que se reconozca que la región del Golán se halla bajo ocupación israelí y debe ser reintegrada a Siria.

“No nos opondremos a un acuerdo (de paz) en Siria, salvo que comprometa la seguridad del Estado de Israel, y a condición de que las fuerzas de Irán, Hezbolá y del ISIS sean expulsadas [del país árabe]”, puntualizó Netanyahu, quien considera que Siria “no volverá a ser lo que era” antes de la guerra, dando a entender que la vecina nación saldrá fragmentada del conflicto.

En los 1.200 kilómetros cuadrados de los Altos del Golán viven más de 20.000 colonos israelíes y unos 20.000 miembros de la minoría drusa de origen sirio. “Hay miles de familias [israelíes] más que van a acudir en los próximos años y nosotros continuaremos fortaleciendo los asentamientos”, afirmó el primer ministro en presencia de los miembros del Consejo de Ministros.

Precisamente ayer se cumplía el 70º aniversario de la declaración de independencia de Siria del poder colonial francés. Durante el último medio siglo de ocupación, los gobernantes de Israel han emprendido varios procesos negociadores con el Gobierno de Damasco —el último de ellos protagonizado por el propio Netanyahu–, para devolver la mayor parte del territorio de la meseta a cambio de un tratado definitivo de paz. Israel y Siria siguen formalmente en guerra, con un alto el fuego en vigor desde 1973, cuando ambos países se enfrentaron encarnizadamente en las alturas del Golán durante la llamada guerra del Yom Kipur.

Hace una semana, Netanyahu sorprendió a la opinión pública israelí en otra vista a los Altos del Golán al desvelar un secreto a voces. El primer ministro confirmó que, durante los cinco años de guerra, Israel ha lanzado “docenas de operaciones” dentro de Siria para impedir que la milicia chií libanesa de Hezbolá se rearme en el sur de Líbano. “Hemos atacado cuando lo hemos considerado necesario”, destapó.

Las negociaciones de paz sobre Siria, mientras tanto, afrontan nuevos escollos en Ginebra, después de que la delegación rebelde haya revelado que el mediador de la ONU, Staffan de Mistura, ha planteado la continuidad de Bachar el Asad como presidente durante un periodo de transición política. Se trataría de un puesto simbólico y sin atribuciones, ya que las competencias quedarían atribuidas a tres vicepresidentes ejecutivos, entre los que figurarían miembros de la oposición. La iniciativa ya ha sido frontalmente rechazada, e incluso ha desatado reacciones como la del jefe de la milicia salafista Jaish al Islam, Mohamed Alush, quien ha llamado a romper la tregua vigente desde el pasado 27 de febrero y lanzar una ofensiva contra el régimen. Ambas partes ya combaten de hecho desde hace una semana por el control de la provincia de Alepo.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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