Papeletas fotocopiadas salvan las elecciones legislativas en Colombia
Las protestas por la mala distribución de las tarjetas para las consultas presidenciales de la izquierda y la derecha protagonizan la jornada electoral
Los colombianos han votado desde las ocho de la mañana del domingo y hasta las cuatro de la tarde (hora local) quiénes serán sus representantes en el Senado y la Cámara, los dos organismos que forman el Congreso de Colombia, en los que son los primeros comicios desde que se firmara la paz con la exguerrilla de las FARC. Pero el protagonismo en las elecciones legislativas se lo han llevado otras dos consultas. La derecha y la izquierda del país deciden en las mismas mesas electorales quiénes serán sus candidatos presidenciales en lo que se conoce como consultas interpartidistas, una suerte de primarias.
En una jornada inusualmente soleada para la fría Bogotá, las consultas parecían por momentos desbordar las expectativas. En muchos puestos de votación de la capital, los electores que querían elegir a los aspirantes a la presidencia, reportaban que se habían acabado los tarjetones, como se conoce en Colombia a las papeletas. En sedes como Unicentro, en el norte de la capital, y en varios puestos de la ciudad de Medellín, las protestas han obligado a la Registraduría, el organismo electoral, a autorizar el uso de fotocopias en aquellos lugares donde se habían agotado los originales. Esta modalidad será válida siempre que vaya firmada por uno de los miembros de la mesa electoral.
"Se han impreso 15 millones de tarjetas para cada consulta, 30 millones en total. Nos parece un número suficiente", ha aclarado Guillermo Rivero, ministro del Interior. "Lo que ocurrió fue un problema de distribución y esto es competencia de la Registraduría, no del Gobierno". El portavoz del Ejecutivo de Juan Manuel Santos ha asegurado que al final del día el número de colombianos que haya votado en estas consultas "no superará la cifra de 30 millones". De esta manera, ha salido al paso de las acusaciones de fraude electoral.
Gustavo Petro, representante de la izquierda colombiana y exalcalde de Bogotá, e Iván Duque, candidato del partido conservador Centro Democrático, no son solo los amplios favoritos para imponerse en las consultas interpartidistas, encabezan, además, los sondeos para las próximas elecciones presidenciales del 27 de mayo. Las cifras finales serán un termómetro casi tan importante como la distribución del Congreso.
Duque, pupilo del expresidente Álvaro Uribe, férreo opositor de los acuerdos, pedía a sus simpatizantes “esperar con paciencia hasta que se garantice el derecho al voto”. Desde la campaña de Petro denunciaban que en algunos puestos o bien se habían acabado los tarjetones de su consulta, o bien los estaban “ocultando”.
La abstención, esa vieja enfermedad de la democracia en Colombia, donde el voto no es obligatorio, se siente con más fuerza en las elecciones legislativas, donde suele superar con creces la mitad de los electores. Las más recientes, en 2014, registraron una abstención del 55,8%. Como incentivo, el certificado electoral ofrece una serie de ventajas, como medio día de descanso remunerado. Muchas empresas se suman al promocionar descuentos al presentarlo en restaurantes.
Votos, fotocopias y tintos
“La gente debería interesarse mucho por el Congreso, ahí es donde se generan las leyes”, se lamentó José Manuel Quimbay desde las escalinatas de la Plaza de Bolívar, donde acababa de depositar su voto. Este joyero canoso de 66 años vive en El Tunal, en el sur, pero vota desde hace mucho tiempo, más del que puede recordar, en este emblemático puesto en el corazón de Bogotá, junto al Congreso, la Alcaldía y el Palacio de Justicia, pues le gusta la zona histórica, y el desfile de personajes políticos. Muy cerca de allí, en la mesa 1 dentro del Capitolio, votó a primera hora el presidente Juan Manuel Santos, así como Uribe, acompañado por Duque.
Quimbay cuenta que simpatiza con candidatos más que con partidos, que ha llegado a apoyar a los liberales, a los conservadores e incluso al M-19, el partido surgido de la desmovilización de aquella extinta guerrilla que llegó a tomarse en los años ochenta el Palacio de Justicia. En esta ocasión se inclina por Duque, pues se considera “más de derecha”.
A pocos metros, Yohana Yepes, una abogada y defensora de derechos humanos de 32 años, manifiesta que votó “la consulta diversa, la consulta demócrata, que fue la de Gustavo Petro y Carlos Caicedo”, el exalcalde de Santa Marta con muy pocas opciones frente a Petro.
“Toda la vida, desde que cumplí 18 años, nunca me perdí una jornada electoral, fundamentalmente porque soy mujer y los votos de las mujeres tienen un valor agregado porque nos ha costado más en la historia conseguir y ejercer ese derecho”, declara con acento costeño esta mulata originaria de Barranquilla que llegó hace seis años a la capital. En Colombia, las mujeres tienen derecho al voto desde 1957.
Más al norte, en la calle 85, se encuentra otro concurrido puesto de votación sobre la carrera 15, que normalmente está ocupada por la tradicional ciclovía de los domingos, suspendida por la jornada electoral. Paula Serrano, una comunicadora social de 34 años, se acerca a las urnas “con optimismo” junto su esposo ingeniero, acompañados por sus hijos de cinco y tres años. Planea votar en la consulta de la derecha por Duque y al Senado por Antanas Mockus, el excandidato presidencial y exalcalde de Bogotá que encabeza la lista del Partido Verde, una formación progresista, y uno de los más importantes aliados de la candidatura presidencial de Sergio Fajardo, el exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia que marcha tercero en las encuestas.
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