Las entradas irregulares a Europa caen al mínimo en un lustro
Es la primera vez, desde que se tienen datos, que la ruta hacia España aparece como la más activa
A pesar de los discursos alarmistas que prenden en los parlamentos de buena parte de Europa, 2018 ha sido el año con menos entradas de inmigrantes irregulares del último lustro. Frontex, la agencia europea de control fronteras, ha registrado cerca de 150.000 llegadas, más de un 25% menos que en 2017. Esta cifra además es un 92% inferior a la registrada durante el mayor pico de la crisis migratoria en 2015.
El descenso en el número de llegadas a Europa se debe fundamentalmente a la drástica reducción en el número de inmigrantes que optaron por la llamada ruta del Mediterráneo Central, con destino a Italia, que en 2018 registró 23.000 personas, un 80 % menos que un año antes.
La fuerte decaída de esta ruta, que no registraba números tan bajos desde 2012, está relacionada la política de puertos cerrados impuesta por Italia y Malta que impide desembarcar a migrantes que parten de Libia y naufragan en un su intento de alcanzar Europa. El número de salidas con destino a Italia desde Libia cayó un 87 % respecto a 2017, mientras que las de Argelia se redujeron en casi la mitad.
Por otro lado, la ruta marítima hacia España, se ha convertido en la principal puerta de Europa para la inmigración irregular por primera vez desde que Frontex comenzó a recopilar datos en 2009. Las entradas de 2018 se han doblado por segundo año consecutivo alcanzando la cifra de 57.000 personas que partieron en su inmensa mayoría de Marruecos, destaca la agencia con sede en Varsovia. Precisamente los marroquíes, con algo más del 20%, se situaron en 2018 como el colectivo más números a bordo de las pateras que desembarcaron en las costas españolas. Les siguieron los guineanos, malienses y argelinos.
Grecia, por su parte, registró en 2018 cerca de 56.000 llegadas irregulares a través de la llamada ruta del Mediterráneo Oriental, un tercio más que en 2017. El aumento, señala Frontex, se debe fundamentalmente a que ha crecido el número de entradas a través de las fronteras terrestres con Turquía. Los sirios y los iraquíes se mantienen como las dos principales nacionalidades en llegar a Grecia a través de la ruta del Mediterráneo Oriental.
La principal ruta migratoria a través de los Balcanes Occidentales, desde Serbia hasta Hungría y Croacia, mantiene un bajo número de entradas irregulares, mientras sufre más presión migratoria la ruta paralela a través de Albania, Montenegro y Bosnia.
El año pasado, Frontex comenzó por primera vez a recopilar datos detallados sobre el sexo y la edad de los migrantes, de los que se desprende que en 2018 las mujeres representaron el 18% de todas las llegadas, mientras que casi uno de cada cinco inmigrantes detectados afirmó ser menor de 18 años.
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