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La sombra de la corrupción acecha al nuevo hombre fuerte de Argelia

Vecinos de la ciudad natal de Gaid Salah piden que se investiguen los negocios de sus hijos y critican la relación del jefe del Ejército con los Emiratos Árabes Unidos

Francisco Peregil
Caricatura de Gaid Salah, este viernes en una manifestación en Argel.
Caricatura de Gaid Salah, este viernes en una manifestación en Argel.Fateh Guidoum (AP)

El jefe del Estado Mayor de Argelia, Ahmed Gaid Salah, de 79 años, lleva desde 2004 al mando del Ejército y desde 2013 como viceministro de Defensa sin que se le oyera denunciar algún abuso de poder ni desvío de fondos públicos. Sin embargo, desde que el 2 de abril forzó la dimisión del presidente Abdelaziz Buteflika, el general ha mencionado la palabra corrupción una treintena de veces durante sus discursos. Ha animado a la justicia a actuar contra las ramificaciones “políticas, financieras y mediáticas” de la corrupción. Y hasta siete veces pronunció la expresión “extranjero” referida a supuestas intervenciones de Francia que intentaría fomentar las protestas en el país. En los dos casos, el de la corrupción y la intervención extranjera, el tiro le está saliendo por la culata.

Gaid Salah no solo no ha logrado detener las protestas multitudinarias que persisten desde hace tres meses, sino que ahora se ha convertido en el blanco de un grupo anónimo de vecinos de su ciudad natal de Annaba, quienes reclaman que se investiguen los negocios de los hijos del general, a los que acusan de "pillaje" y "expolio de riquezas del país". La carta abierta dirigida al fiscal general del Estado ha sido eliminada de varios sitios de Internet. Pero aún circula en las redes.

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En la misiva se asegura que las “prácticas mafiosas” de los hijos del general les han permitido acumular “riquezas colosales”. En la misiva se menciona varios casos concretos de supuesto uso ilícito de fondos y terrenos públicos. En todos ellos se cita la intervención del diputado Baha Edine Tliba, paisano de Gaid Salah y vicepresidente del Parlamento.

Un vecino de Annaba que solicita el anonimato indicó a este diario por teléfono: “En la ciudad siempre se ha dicho que los hijos de Gaid Salah tienen muchos negocios. Pero también se piensa que el nombre de ellos no aparecerá por ningún lado. En su lugar constará el de Baha Edine Tliba. Sobre estos asuntos no hay nada probado y nunca se ha investigado nada”.

Tras las llamadas de Gaid Salah para que actúe la justicia varios empresarios han ingresado en prisión, además de tres generales, Luisa Hanún, líder troskista del Partido de los Trabajadores, y Said Buteflika, hermano del presidente dimitido. También están siendo investigados ante el Tribunal Supremo  12 altos responsables del régimen de Buteflika, entre ellos dos ex primeros ministros. En las redes sociales se pregunta constantemente por qué Baha Edine Tliba permanece aún sin cargos.

Respecto a la supuesta implicación de potencias extranjeras en las protestas de Argelia, buena parte de la sociedad civil cree que Francia siempre ha apoyado a Buteflika y ahora apoya a Gaid Salah. Nadie parece ver la mano del presidente Emmanuel Macron detrás de las protestas. A cambio, en las últimas manifestaciones se han mostrado numerosas pancartas donde se acusa al general de ser un “lacayo” y un “lamebotas” de Emiratos Árabes Unidos, país que ha apoyado abiertamente la represión de la primavera árabe en Egipto.

Supuesta implicación extranjera

El general viajó a Emiratos en diciembre de 2018, durante la celebración de la fiesta nacional del país del Golfo. Y volvió a viajar en visita a oficial desde el 16 al 21 de febrero de este año. Regresó a Argelia solo un día antes de que comenzaran las grandes protestas contra el régimen de Buteflika.

Varias semanas después, el 8 de marzo, cuando Buteflika aún era presidente, el general en la reserva Hocine Benhadid, de 73 años, declaró al diario El Watan: “Gaid Salah recibe órdenes de los Emiratos. ¿Encuentra usted eso normal? ¿Imagina usted a un jefe del Estado Mayor que habla de paz y de estabilidad mientras recibe órdenes del extranjero? No es más que un peón”. El 25 de abril el general retirado publicó en el mismo periódico una carta abierta dirigida a Gaid Salah donde le indicaba que la solución a la crisis debía ser política. Semanas después, el 12 de mayo, Hocine Benhadid fue encarcelado bajo la acusación de “atentar contra la moral del Ejército y la seguridad del Estado”.

En la manifestación del último viernes se vieron estos carteles: “El pueblo y el Ejército son hermanos, pero Gaid Salah está con los traidores” y “Gaid Salah, siervo de Emiratos”. “Este pueblo no quiere una vuelta al poder militar”. Gaid Salah no parece haber cedido hasta el momento a las reivindicaciones de la sociedad civil. Pero la calle sigue manifestándose de forma pacífica. Y tampoco cede.

El "derecho divino" de los generales argelinos

FRANCISCO PEREGIL

El profesor emérito de la universidad de Lyon Lahouari Addi escribió en su página Facebook el siguiente análisis sobre el funcionamiento del Estado argelino: “Gaid Salah insiste sobre dos palabras en sus discursos: respetar la Constitución y combatir la corrupción. (…)”. Sin embargo, señala Addi, el pueblo desea una Constitución que garantice la separación de poderes, mientras en Argelia todos los poderes están supeditados al militar, según el profesor.

“El derecho divino que tienen los generales [en Argelia] para designar presidentes y otros responsables del Estado a través de elecciones amañadas les sitúa automáticamente por encima de la ley y de la justicia. Los generales argelinos no son forzosamente todos corruptos, pero tienen tal poder en este sistema político que son atrapados por la corrupción. No es un problema de personas. (…) La estructura del sistema hace que los generales sean solicitados para proteger a un clan contra otro. (…) Los civiles no tienen ningún poder si no se benefician de la protección de un general. El propio Gaid Salah ha protegido a Said Buteflika (hermano del expresidente y actualmente en prisión) e indirectamente a [los empresarios] Ali Haddad y los hermanos Kuninef [todos ellos, actualmente encarcelados]”.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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