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Bruselas pone en marcha el proceso para denunciar al Reino Unido por incumplir el acuerdo del Brexit

La Comisión abre expediente a Londres tras expirar el plazo que le dio para que enmendara el proyecto de ley que vulnera el Acuerdo de Retirada

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante su comparecencia en Bruselas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante su comparecencia en Bruselas.Delmi Álvarez
Lluís Pellicer

Bruselas abrió este jueves un nuevo capítulo en el complejo proceso de divorcio con el Reino Unido. La Comisión Europea decidió abrir expediente a Londres por su pretensión de modificar los términos del acuerdo firmado en enero que fija las condiciones del Brexit, lo que puede suponer que la justicia europea acabe dirimiendo el contencioso. La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, lamentó que el Reino Unido haya “incumplido su obligación de actuar con buena fe” al vulnerar los pactos sobre Irlanda del Norte. Londres defendió que debe proteger “la integridad” de su mercado.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha hecho caso omiso del ultimátum lanzado por Bruselas para que cumpliera con el Acuerdo de Retirada y enmendara de su proyecto de la ley británica para el Mercado Interior los apartados que violan el protocolo para Irlanda del Norte. Bruselas le dio de plazo hasta el 30 de septiembre, pero Johnson mantuvo los brazos cruzados. En una brevísima comparecencia, Von der Leyen anunció que había puesto en marcha el engranaje que puede llevar el conflicto al Tribunal de Justicia de la UE.

El borrador que el Gobierno británico llevó a la Cámara de los Comunes el mes pasado pretende dar marcha atrás en los compromisos alcanzados con la UE en Irlanda del Norte. En concreto, en dos áreas: el control aduanero de todas y cada una de las mercancías que van del norte de la isla de Irlanda al Reino Unido y el régimen aplicado a las ayudas de Estado en esa región británica. Lejos de congelar ese texto como gesto con la UE en plenas negociaciones sobre la relación futura entre ambos bloques, el borrador acaba de recibir el aval de la Cámara de los Comunes para que siga su tramitación.

Fuentes comunitarias se quejaron de que Londres no solo permanezca impasible a sus demandas, sino que admita que su ley modifica los términos del pacto que sellaba la salida del Reino Unido de la UE. “Habíamos invitado a nuestros amigos británicos a eliminar las partes problemáticas del borrador de su Ley de Mercado Interior para finales de septiembre”, recordó Von der Leyen antes de participar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, en Bruselas.

El Reino Unido tiene un periodo de un mes para presentar sus observaciones a la carta de emplazamiento que recibirá de Bruselas. Un portavoz del Ejecutivo británico sostuvo que responderá en su debido momento. Cuando lo haga, la Comisión examinará si Londres sigue vulnerando el Acuerdo de Retirada. En ese caso, los servicios jurídicos comunitarios pueden emitir un dictamen motivado, que daría una segunda oportunidad a Johnson para cumplir con lo previsto por el pacto. Pero si persiste en su actitud de ignorar las peticiones de Bruselas, el Ejecutivo comunitario podría mandar el caso al Tribunal de Justicia de la UE.

Un portavoz del Gobierno británico insistió en los argumentos para “introducir medidas” relativas al protocolo de Irlanda del Norte, territorio del Reino Unido. “Necesitamos crear una red de seguridad legal para proteger la integridad del mercado único del Reino Unido, asegurar que los ministros pueden siempre cumplir con sus obligaciones con Irlanda del Norte y proteger los avances del proceso de paz”, agregó.

Sin embargo, Bruselas considera que ese protocolo es clave para evitar una “frontera dura” que divida la isla de Irlanda y ponga en riesgo los acuerdos de paz del Viernes Santo. Además, la Comisión cree que sienta un mal precedente de cara a la negociación de un acuerdo para fijar las futuras relaciones, en especial comerciales, que regirán a ambos lados del Canal de la Mancha. ″Hace un flaco favor a las conversaciones en curso y a futuros pactos que tengamos que alcanzar al romper la confianza", señalan fuentes comunitarias, que recuerdan que Londres ya había violado en varias ocasiones la declaración política que acompañaba el acuerdo.

“La implementación total y efectiva del Acuerdo de Retirada siempre será una prioridad absoluta para la UE. Es el resultado de largas negociaciones entre la UE y el Reino Unido y la única forma de proteger el Acuerdo del Viernes Santo, garantizando la paz y la estabilidad en la isla de Irlanda”, sostuvo el negociador europeo, Michel Barnier.

Intento de órdago

Esas conversaciones, precisamente, se hallan esta semana en una etapa decisiva. Los equipos negociadores deberán valorar si hay suficientes puntos de encuentro para entrar en una etapa final, intensiva y alejada de los focos en el llamado túnel. Los plazos van agotándose. Johnson fijó el 15 de octubre como fecha máxima para llegar a un acuerdo en lo que intentaba ser un órdago a la UE. Pero Bruselas también opina que más allá de ese día la salida a las bravas gana enteros por la falta de tiempo para ratificar un pacto —el periodo transitorio acaba el 31 de diciembre—.

El Brexit apenas ocupó un punto informativo en la cumbre de este jueves de los jefes de Estado y de Gobierno, que querían centrarse sobre todo en el contencioso con Turquía en el Mediterráneo Oriental. Fuentes comunitarias consideraban que el hecho de casi soslayar el Brexit en la reunión ya constituía un mensaje a Johnson, que creen que con su borrador de ley de Mercado Interior buscaba de nuevo abrir una brecha en los Veintisiete.

Apenas se refirió al Brexit el primer ministro holandés, Mark Rutte, quien afirmó: “Tengo fe en que todos sean conscientes de lo importante que es llegar a un acuerdo común sobre este asunto”. Y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió con Barnier para abordar el estado de las negociaciones. Fuentes comunitarias insistieron en que la UE busca el acuerdo comercial. Pero su alcance dependerá de las cesiones que hagan los británicos en materia de competencia.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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