Rusia anuncia la retirada de parte de las tropas concentradas cerca de Ucrania
La OTAN ve señales para un “optimismo cauto”, pero aún no detecta síntomas de que se esté produciendo una desescalada real
¿Verdadera desescalada, señal o despiste? El Ministerio de Defensa ruso ha anunciado este martes que las unidades de los distritos militares del oeste y del sur de Rusia, concentradas a lo largo de las fronteras con Ucrania desde hace meses, empezarán a volver a sus bases tras concluir su entrenamiento. El anuncio, que provocó una reacción positiva en los mercados y en el rublo, que lleva semanas bajo presión, se produce un día después de que el Kremlin señalase que aún hay espacio para el diálogo diplomático. Sin embargo, mientras anuncia que algunos grupos de tropas vuelven a sus cuarteles, Rusia mantiene las maniobras militares en varios sectores y sigue concentrando soldados en otras zonas cercanas a Ucrania.
La OTAN, por su parte, muestra cautela sobre la retirada de tropas. Su secretario general, Jens Stoltenberg, ha declarado este martes desde Bruselas que ve señales para un “optimismo cauto” por las muestras del Kremlin a seguir la vía diplomática, pero que aún no detecta síntomas de que se esté produciendo una desescalada real.
En la primavera pasada, cuando Rusia anunció la retirada de militares que había agrupado en sus fronteras occidentales y que había desatado la alarma de la Unión Europea y la OTAN, dejó sobre el terreno a varios equipos y la mayoría del armamento pesado. Este martes, el portavoz del ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, ha hablado de la retirada de los contingentes de los distritos del oeste y del sur —han llegado brigadas desde toda Rusia, incluso desde puntos tan distantes como el Lejano Oriente, pero son estos dos los que tienen bases en las zonas más cercanas a Ucrania—. Pero el portavoz ha anunciado que las tropas rusas seguirán las maniobras “en varios sectores operativos”. “Las Fuerzas Armadas rusas continúan con una serie de ejercicios a gran escala que involucran prácticamente todos los distritos militares, las flotas y las Fuerzas Aerotransportadas”, dijo, según recoge la agencia rusa Interfax.
Defensa señaló que también se están desarrollando maniobras navales que involucran “barcos de superficie, submarinos y aviación marina en sectores operativos de los océanos del mundo y los mares adyacentes al territorio ruso”.
“Todo preparado para un nuevo ataque”
“Hasta ahora, no hemos visto ninguna señal de desescalada sobre el terreno”, ha afirmado Stoltenberg en la rueda de prensa previa a la reunión de los ministros de Defensa de la Alianza. “Todo sigue preparado para un nuevo ataque” contra Ucrania, ha añadido. Stoltenberg cree que, a pesar de todo, las señales que llegan de Moscú a favor de seguir negociando dejan algo de espacio para el optimismo, pero advierte: “Rusia mueve tropas de un lado para otro, pero eso no es desescalada (...) lo que necesitamos es una retirada significativa y duradera de tropas y armamento”.
El dirigente de la OTAN está convencido de que el despliegue militar que mantiene el Kremlin en torno a Ucrania “le permitiría lanzar un ataque en cualquier momento sin ninguna señal de alarma previa”. Y ha advertido de que Rusia retira soldados “pero deja el armamento donde estaba, lo que le permitiría devolver las tropas a la misma posición muy rápidamente”.
Rusia ha concentrado a unos 140.000 soldados a lo largo de las fronteras con Ucrania, en la península ucrania de Crimea, que se anexionó ilegalmente en 2014, y en suelo bielorruso, donde realiza maniobras conjuntas con tropas de Minsk, según las estimaciones del Ministerio de Defensa ucranio y de Estados Unidos. El Ejército ruso ha trasladado también al oeste baterías de cohetes y ha desplegado sistemas de misiles tierra-tierra Iskander. El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeriy Zaluzhny, dijo este lunes que Rusia había movilizado entre 85 y 87 grupos tácticos de batallón cerca de Ucrania, con unos 20 más en constante movimiento.
Ante las alertas de Estados Unidos, que ha asegurado que esta semana es decisiva y que el Kremlin podría lanzar una invasión a gran escala en breve, Moscú niega que tenga intención de emprender otra agresión militar contra Ucrania, donde se desarrolla la última guerra de Europa, en el Donbás, entre el Ejército de Kiev y los separatistas prorrusos apoyados por el Kremlin.
Rusia argumenta que puede mover las tropas dentro de su territorio como desee y que es la OTAN la que amenaza la seguridad y la soberanía rusa y que la maniobras belicistas de la Alianza Atlántica (que invitó a Kiev a unirse en 2008, aunque esa membresía no ha avanzado) en Ucrania están provocando la crisis. Moscú acusa a Occidente de preparar provocaciones para iniciar una guerra, mientras Washington cree que Rusia podría estar preparando una operación de falsa bandera (una acción militar orquestada para que parezca obra del enemigo) a fin de intervenir en Ucrania con la excusa de defender a los ciudadanos de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, donde ha entregado alrededor de un millón de pasaportes rusos, según cálculos de altos funcionarios de Rusia.
Vender aire
El Kremlin ha vuelto a cargar este martes contra la OTAN y Estados Unidos, a los que acusa de inflar la crisis, promoverla y de histeria. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, recalcó que Rusia siempre tuvo intención de completar las maniobras y que los soldados volviesen a sus bases, y que las reacciones a la concentración de tropas rusa evidencian la debilidad de Occidente que probablemente se atribuiría ese repliegue como un logro. “Occidente, si no lo ha hecho ya, dirá: ‘Mira, tan pronto como los presionamos y [el presidente estadounidense, Joe] Biden se movilizó, inmediatamente se asustaron y cumplieron con nuestras demandas’”, afirmó Lavrov en una conferencia de prensa en Moscú junto a su homólogo polaco, Zbigniew Rau. “Eso es vender aire: nuestros colegas occidentales han tenido bastante éxito en eso”, dijo el jefe de la diplomacia rusa.
En Ucrania, el Gobierno ha tomado el anuncio de la retirada de algunas tropas rusa con cautela. El ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, señaló que hay motivos para el escepticismo. “Cuando veamos la retirada, creeremos en la desescalada”, comentó en una sesión informativa por videoconferencia.
Frente a las alertas constantes de Estados Unidos —donde informes de espionaje han llegado a poner incluso fecha a la supuesta invasión, este miércoles 16 de febrero—, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se esfuerza por pedir calma a una ciudadanía que parece tranquila. Kiev teme que en esta guerra de asfixia, Moscú logre su objetivo de desestabilizar el país. “Hoy están asustando a Ucrania con una gran guerra y, una vez más, están fijando la fecha para una invasión militar, pero nuestro estado es más fuerte que nunca”, dijo Zelenski en un discurso televisado el lunes por la noche. El presidente ha declarado el 16 de febrero como el Día de la Unidad de Ucrania y ha decretado que la bandera ondee en todos los edificios oficiales y que a las 10 de la mañana suene el himno nacional.
Ucrania denuncia ciberataques contra las webs del Ministerio de Defensa y varios bancos
El centro de ciberseguridad de Ucrania ha alertado este martes de que se han lanzado ataques informáticos contra las páginas web del Ministerio de Defensa, el Ejército y contra los bancos estatales PrivatBank y Oschadbank, que han derribado los sitios de internet de los afectados y también bloqueado el uso de las aplicaciones financieras y algunos cajeros automáticos.
La organización de ciberseguridad, dependiente del centro de comunicaciones estratégicas y seguridad del Gobierno, no señaló quién está detrás de los ataques informáticos. Sin embargo, sí deslizó que Rusia o piratas informáticos rusos podrían ser los autores. “No descartamos que el agresor esté usando tácticas de la lucha sucia porque sus planes agresivos a gran escala no estén dando resultado”, dijo el centro ucranio en un comunicado publicado en su Facebook. Kiev ha culpado a Moscú de ataques similares en el pasado.
El desarrollo de ciberataques que afecten a los servicios básicos es uno de los asuntos más temidos por la ciudadanía ucrania y un escenario que ven más factible que una hipotética invasión rusa a gran escala. En enero, Ucrania sufrió dos importantes ciberataques. Uno de ellos afectó a decenas de webs de organismos estatales y llegó a penetrar en el sistema que almacena datos médicos de los ucranios.
La agencia nacional de ciberseguridad ucrania ha asegurado que por ahora no hay riesgos para el dinero de los ciudadanos en este último incidente, confirmado por los bancos PrivatBank y Oschadbank, que informaron de que sus servicios se han ralentizado y alertaron de la posibilidad de más ataques.
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